jueves, 29 de mayo de 2008

Decálogo democrático mínimo, en parte posible ya y atractivo electoralmente

Decálogo democrático mínimo, en parte posible ya y atractivo electorlamente (Juan Pablo Mañueco. web democracia-real)

Un ya veterano interesado por el tema de Castilla , Juan Pablo Mañueco (Guadalajara 1955), tiene ahora su espacio en Internet – democracia-real, hacia el final del estado totalizador de lo público -, desde el cual intenta difundir sus reflexiones políticas, no menos que desde el diario La Nueva Alcarria.

Si acaso sigue llamando la atención su impenitente posición pancastellanista proclive a un extraviado castellanismo extensivo e imperial que parece que para un hombre de su formación debería haber llegado el momento de revisarla críticamente. No obstante eso cabe reconocerle un recuerdo que le honra de las viejas instituciones medievales comunitarias castellanas (que no leonesas) y la capacidad que aun poseen para sugerir alternativas a la actual situación de partitocracia asfixiante a la que no se va fácil salida.

Muchas de las antiguas prácticas políticas castellanas nos recuerdan vivamente muchos de los principios y prácticas del federalismo helvético, con un tipo de democracia semidirecta en que claramente predomina el ciudadano frente a cualquier otro tipo de organización; particularidades entre las que cabe destacar:

a. Elección popular directa de los representantes y de los jueces.

b. Iniciativas legislativas populares.

c. Referéndum (a diversos niveles).

d. Mandato imperativo.

e. Juicio de residencia .

f. Pacto (phoedus) como principio de las leyes o federalismol (local, comarcal, provincial, autonómico, nacional, continental). -nacionalismo y federalismos, contradicción en los términos-.

g. Prioridad del ciudadano sobre los partidos. ( El ciudadano primera y última palabra en todos los ámbitos de decisión política, a través de iniciativas legislativas y referéndum).

A partir del viejo acervo político castellano – aunque esto no lo mencione explícitamente- sugiere Juan Pablo Mañueco su decálogo mínimo.

DECÁLOGO DEMOCRÁTICO MÍNIMO, EN PARTE POSIBLE YA Y ATRACTIVO ELECTORALMENTE.

Juan Pablo Mañueco.
Web democracia- real


La Democracia llega a España .

Esta mañana del 28 de diciembre la noticia más impactante figuraba en grandes titulares en todos los periódicos del día. Llevaba por título el mismo que encabeza este texto, y, de manera resumida, decía así:

A partir de ahora los ciudadanos españoles podrán...

· Elegir los actos de gobierno de sus representantes, puesto que los programas electorales habrá que cumplirlos.

· Decidir las cuestiones importantes de la vida pública mediante referéndum popular vinculante.

· Establecer los sueldos de la clase política y de los servidores públicos, e intervenir en la contratación de éstos y en la evaluación de su rendimiento laboral.

"Elegir directamente y al margen de los partidos los "Tribunales e Interventores de Cuentas Públicas". Formar parte de las "Comisiones democráticas de Investigación" que se establezcan para garantizar la higiene y limpieza de las cuentas públicas y cualquier adjudicación pública o cuestión de la vida política que deba investigarse.

Participar en el Poder Legislativo mediante la Iniciativa Legislativa Popular, que será sometida a referéndum vinculante cuando un porcentaje asequible del electorado lo demande.

· Juzgar los posibles delitos y negligencias de los jueces y fiscales a través del Tribunal del Jurado.

· Elegir democráticamente a jueces y fiscales, e incluso participar en la interpretación de la ley democrática desde un Tribunal, con el debido asesoramiento de los peritos en leyes.

· Organizarse y financiar sus organizaciones mediante el presupuesto público -que a ellos pertenece- y en la cantidad que ellos mismos decidan, para constituir "Organizaciones de Ciudadanos" encargadas de velar por sus intereses ante las Administraciones, a fin de que todas ellas cumplan en todo momento y con la debida diligencia los servicios que están obligados a prestar, garantizando también que la soberanía y supervisión del hecho público permanece siempre en los propios ciudadanos, e incluyendo la posibilidad de revocar al electo, en determinadas condiciones democráticas, si éste no cumple los términos del mandato que le ha sido conferido, o de despedir al empleado público que incumpla sus obligaciones.

· Mantener y ejercer en todo momento las potestades que les pertenecen como propietarios del "hecho público" o "república" que son y poseedores y soberanos del "Poder Social" o "Poder Verificativo de la Sociedad", a fin de que sus asalariados públicos -políticos y administrativos- les presten los servicios dependientes que les han sido encargados y por los cuales cobran sus salarios.

Algún día la democracia en España será real y esta noticia evidente.

Pero, incluso en el actual periodo predemocrático en que nos encontramos, algunos de los puntos de este decálogo ya serían dignos de suscribirse con sumo gusto. Y hasta sólo uno de ellos podría parecer resbaladizo; si bien, reflexionándolo un rato, también dicho punto podría defenderse.
¿Qué le parecen estos puntos a usted, inocente lector, que acepta por "democracia" un sistema como el actual, en el que usted nada decide verdaderamente? ¿Desearía disponer de alguno?

POSDATA. Y si todos estos puntos le parecen sensatos y racionales -imprescindibles para que exista algo digno de llamarse ´democrático´-, pero el programa entero le parece UTÓPICO... sepa que esa es la crítica más FÁCILMENTE REBATIBLE: No adopte todos los puntos, escoja uno o algunos... e incorpórelo(s) a su ideario democrático personal. Y comience a exigírselo a "nuestros" políticos.

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