domingo, 27 de diciembre de 2015

Alquimia y zen (El atanor)


Está en la esencia de todo arte sagrado que se funda de manera natural en el símbolo, integrar al cuerpo en su obra e incluso hacer de é su base metodológica. El atanor es el cuerpo humano, el fuego la concentración metódica, el fuelle la respiración, la ceniza la materia viva ininflamable por las pasiones. Durante la cocción para la realización de la obra, el atanor o huevo debe permanecer herméticamente cerrado para que no escapen las fuerzas que se desarrollan en su interior.


(Alquimia, Titus Burckhardt, Editorial Planeta, pp. 207-215)




 


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