En este capítulo hace referencia Titus
Burckhardt a la alquimia interior, especialmente acentuada por el maestro chino
Ko Ch'ang-Kéng' que incorporó la alquimia al budismo Dhyána. Que es lo que hay
de realidad y lo que es sólo pura imaginación en la alquimia interior, se aclara por la realización
alquímica misma, que, a fin de cuentas, no añade contenido a la conciencia
humana, sino que revela la propia sustancia de ésta, que existe ya con
anterioridad a todas las experiencias.
(Alquimia, Titus Burckhardt, Editorial Planeta, pp. 177-188)
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