¡Oh maravillosa Faz
cuya belleza no terminan de admirar todos los que la ven!
El Rostro de los
rostros late de forma velada en todos los rostros. No se le encuentra
desvelado hasta que no se entra más allá
de todas las visiones, en un estado de secreto y recóndito silencio, en el que
ya nada queda del conocimiento o la imaginación de un rostro.
Nicolás de Cusa (1401-1464)
De Visione Dei
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