miércoles, 10 de diciembre de 2014

RELIGION DE NIÑOS EN CONTRASTE RELIGION DE ADULTOS


RELIGION DE NIÑOS EN CONTRASTE RELIGION DE ADULTOS

 

YAMADA KOUN ROSHI

San Un Zendo

 

Hubo un tiempo en que las madres intentaban parar las diabluras o impertinencias de sus pequeños riñéndoles y diciendo: “Si no te portas bien, te va a coger el coco’ o ‘va a venir a por ti el hombre del saco. Recuerdo que a mí también me decían esto. Cuando me refiero aquí a una religión de niños, se trata de una religión que sigue esta línea, que trata de guiar a la gente proporcionándoles una cierta imagen o concepto. Por otra parte, llamo religión de adultos aquélla que conduce a la gente a la paz, llevándoles a experimentar claramente la realidad y liberándoles de esta manera del miedo, tal como lo expresa un haiku (poema de 17 sílabas) :

 

Hierbas secas de la estepa,

no era más que esto

el fantasma que había visto.

 

En consecuencia, una podría caracterizarse como una religión de conceptos o pensamientos y la otra, en contraste, como una religión de la realidad.

 

Se nos ha enseñado que existen cinco fases en la religión: creencia, comprensión, práctica, autorrealización y actualización. Siguiendo esta división, podemos llamar religión de niños a la de la creencia y comprensión y religión de adultos a la religión de práctica, autorrealización y actualización. Se sobreentiende que ‘creencia” es simplemente creer algo, y “comprensión es conocer su significado. Por otra parte, ‘práctica” es encarrilarse de hecho, “autorrealización” es alcanzar una experiencia de iluminación, y “actualización” es integrar la “autorrealización” en la personalidad de uno.

 

La humanidad tomada en su conjunto, aún se encuentra en la fase del niño. Gente de ciertos grupos aún son niños, otra gente es del grupo que está en el nivel de enseñanza básica, la de otro grupo ha progresado hasta el nivel de enseñanza media o superior. Pero, en su conjunto, la humanidad no ha salido de su infancia. Por tan to no es exagerado decir que la mayoría de las religiones son para niños. Creo que la humanidad está en un proceso irreversible de crecimiento espiritual, pasando poco a poco de niño a adulto, y que, en consecuencia, la religión también debe seguir el curso ineludible de progreso gradual de una religión de niños a una de adultos.

 

Por ahora, creo que el Zen-budismo es el que está en la avanzada de una religión de adultos. Repito a menudo que el Zen no es una religión. Naturalmente ha de tratarse de una religión si se considera la salvación de todos los hombres como una tarea religiosa. Pero el Zen, considerado en términos de una religión de niños, ciertamente no pertenece a esta categoría.


Como deben saber la mayoría de los lectores, el Zen rechaza todos los conceptos y pensamientos para tratar con insistencia de percibir la realidad y conseguir la paz de espíritu sobre la base de la realidad percibida así. Zen es el camino por el que, creyendo que esta meta nos es alcanzable, demostramos a través de la experiencia personal, que este es el único medio capaz de salvar a la humanidad.

 

El Zen a veces utiliza expresiones escandalosas, como ocurre en el comentario de Mumon al primer caso de la ‘Barrera sin Puerta”: ‘Si te encuentras con Buda, mátalo; si te encuentras con un patriarca, mátalo”. Sin embargo, es un crimen horrible, considerado uno de los cinco pecados graves, dañar el cuerpo de Buda o hacerle sangrar. ‘Mata a Buda, mata al patriarca’ quiere decir que deberíamos saber que Buda y patriarca son meros conceptos y que deberíamos desechar esto erradicando tales conceptos. Esta doctrina no se suele aceptar en otras religiones.

 

El Zen exige que todos los conceptos y pensamientos sean exterminados y que sea percibida claramente la realidad desnuda. Realidad es lo que uno realmente es, a saber, el verdadero yo—mismo. Cuando descubrimos lo que realmente somos, entonces experimentamos claramente que por medio de esta realidad podemos alcanzar la paz de espíritu y satisfacción serena y continuar viviendo siempre, día tras día, en infinita tranquilidad y alegría y total satisfacción.¿ Qué más nos hace falta?

 

Tengo la impresión de que el número de personas sin religión va aumentando progresivamente. Me parece que es un fenómeno que tiene lugar en el curso de la transición de una religión de niños a una religión de adultos. Cuando ya no resulta posible creer en conceptos y se considera que no hay más verdad que el hecho, entonces se cree que sólo el mundo objetivo es un mundo real y que sólo las ciencias naturales son el camino que lleva a la verdad. El materialismo quizá sea la culminación de semejante modo de pensar. La gente que piensa así dice, sin conocer ni lo más mínimo la sustancia de la mente, que la conciencia es las cosas que concibe. Es esta una falacia que nace de una ignorancia extrema de la naturaleza del ser humano.

 

En estas circunstancias, estoy ahora decidido a dedicar el resto de mi vida al Zen. Me siento especialmente agradecido por el hecho que el Zen ofrece un método de entrenamiento concreto y sistemático. Creo que hay un considerable número de cristianos distinguidos que han penetrado plenamente en lo que suelo llamar el mundo de la realidad. Pero en el Cristianismo no hay un método concreto de guía que lleve a alcanzar este nivel. En consecuencia, sólo existen casos aislados de genios extraordinarios que han surgido. Tal vez el Maestro Eckehart sea uno de ellos, pensándolo bien, tengo la impresión que la práctica del Zen, que Japón ha ido conservando hasta hoy, es un bien cultural exclusivo del que Japón puede sentirse orgulloso ante el mundo.

 

(Traducido de KYOSHO nQ 183,1983)

 

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