RELIGION DE
NIÑOS EN CONTRASTE RELIGION DE ADULTOS
YAMADA
KOUN ROSHI
San
Un Zendo
Hubo
un tiempo en que las madres intentaban parar las diabluras o impertinencias de
sus pequeños riñéndoles y diciendo: “Si no te portas bien, te va a coger el
coco’ o ‘va a venir a por ti el hombre del saco. Recuerdo que a mí también me
decían esto. Cuando me refiero aquí a una religión de niños, se trata de una
religión que sigue esta línea, que trata de guiar a la gente proporcionándoles
una cierta imagen o concepto. Por otra parte, llamo religión de adultos aquélla
que conduce a la gente a la paz, llevándoles a experimentar claramente la
realidad y liberándoles de esta manera del miedo, tal como lo expresa un haiku
(poema de 17 sílabas) :
Hierbas secas de la estepa,
no era más que esto
el fantasma que había visto.
En
consecuencia, una podría caracterizarse como una religión de conceptos o
pensamientos y la otra, en contraste, como una religión de la realidad.
Se
nos ha enseñado que existen cinco fases en la religión: creencia, comprensión,
práctica, autorrealización y actualización. Siguiendo esta división, podemos
llamar religión de niños a la de la creencia y comprensión y religión de
adultos a la religión de práctica, autorrealización y actualización. Se
sobreentiende que ‘creencia” es simplemente creer algo, y “comprensión es
conocer su significado. Por otra parte, ‘práctica” es encarrilarse de hecho, “autorrealización”
es alcanzar una experiencia de iluminación, y “actualización” es integrar la
“autorrealización” en la personalidad de uno.
La
humanidad tomada en su conjunto, aún se encuentra en la fase del niño. Gente de
ciertos grupos aún son niños, otra gente es del grupo que está en el nivel de
enseñanza básica, la de otro grupo ha progresado hasta el nivel de enseñanza
media o superior. Pero, en su conjunto, la humanidad no ha salido de su
infancia. Por tan to no es exagerado decir que la mayoría de las religiones son
para niños. Creo que la humanidad está en un proceso irreversible de crecimiento
espiritual, pasando poco a poco de niño a adulto, y que, en consecuencia, la
religión también debe seguir el curso ineludible de progreso gradual de una
religión de niños a una de adultos.
Por
ahora, creo que el Zen-budismo es el que está en la avanzada de una religión de
adultos. Repito a menudo que el Zen no es una religión. Naturalmente ha de
tratarse de una religión si se considera la salvación de todos los hombres como
una tarea religiosa. Pero el Zen, considerado en términos de una religión de
niños, ciertamente no pertenece a esta categoría.
Como
deben saber la mayoría de los lectores, el Zen rechaza todos los conceptos y
pensamientos para tratar con insistencia de percibir la realidad y conseguir la
paz de espíritu sobre la base de la realidad percibida así. Zen es el camino
por el que, creyendo que esta meta nos es alcanzable, demostramos a través de
la experiencia personal, que este es el único medio capaz de salvar a la humanidad.
El
Zen a veces utiliza expresiones escandalosas, como ocurre en el comentario de
Mumon al primer caso de la ‘Barrera sin Puerta”: ‘Si te encuentras con Buda,
mátalo; si te encuentras con un patriarca, mátalo”. Sin embargo, es un crimen
horrible, considerado uno de los cinco pecados graves, dañar el cuerpo de Buda
o hacerle sangrar. ‘Mata a Buda, mata al patriarca’ quiere decir que deberíamos
saber que Buda y patriarca son meros conceptos y que deberíamos desechar esto
erradicando tales conceptos. Esta doctrina no se suele aceptar en otras
religiones.
El
Zen exige que todos los conceptos y pensamientos sean exterminados y que sea
percibida claramente la realidad desnuda. Realidad es lo que uno realmente es,
a saber, el verdadero yo—mismo. Cuando descubrimos lo que realmente somos,
entonces experimentamos claramente que por medio de esta realidad podemos
alcanzar la paz de espíritu y satisfacción serena y continuar viviendo siempre,
día tras día, en infinita tranquilidad y alegría y total satisfacción.¿ Qué más
nos hace falta?
Tengo
la impresión de que el número de personas sin religión va aumentando
progresivamente. Me parece que es un fenómeno que tiene lugar en el curso de la
transición de una religión de niños a una religión de adultos. Cuando ya no
resulta posible creer en conceptos y se considera que no hay más verdad que el
hecho, entonces se cree que sólo el mundo objetivo es un mundo real y que sólo
las ciencias naturales son el camino que lleva a la verdad. El materialismo
quizá sea la culminación de semejante modo de pensar. La gente que piensa así
dice, sin conocer ni lo más mínimo la sustancia de la mente, que la conciencia
es las cosas que concibe. Es esta una falacia que nace de una ignorancia
extrema de la naturaleza del
ser humano.
En
estas circunstancias, estoy ahora decidido a dedicar el resto de mi vida al
Zen. Me siento especialmente agradecido por el hecho que el Zen ofrece un
método de entrenamiento concreto y sistemático. Creo que hay un considerable
número de cristianos distinguidos que
han penetrado plenamente en lo que suelo llamar el mundo de la realidad. Pero
en el Cristianismo no hay un método concreto de guía que lleve a alcanzar este
nivel. En consecuencia, sólo existen casos aislados de genios extraordinarios
que han surgido. Tal vez
el Maestro Eckehart sea uno de ellos, pensándolo bien, tengo la impresión que
la práctica del Zen, que Japón ha ido conservando hasta hoy, es un bien
cultural exclusivo del que Japón puede sentirse orgulloso ante el mundo.
(Traducido
de KYOSHO nQ 183,1983)
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