martes, 22 de diciembre de 2009

Fiestas y cabalgatas (José Jiménez Lozano, Diario de Ávila 20-dic-2009)

A LA LUZ DE UNA CANDELA

FIESTAS Y CABALGATAS
Jose Jiménez Lozano, premio Cervantes
(Diario de Ávila 20-dic-2009)


Resulta una evidencia que en nuestra Europa de hoy entra co­mo un componente más de la vida pública una cierta cristofobia, espe­cialmente en minorías muy bien si­tuadas e influyentes desde el punto de vista político y cultural sobre to­do, y con los correspondientes pe­nosos reflejos en los planos de la cul­tureta y de las politiquerías más ba­jas. Es decir, sin haber llegado todavía a la siniestra Revolución chi­na contra las antigüedades, por un camino paralelo van las cosas, en el aspecto de la cultura como nivela­dor de ignorancias, y en el plano del intento de liquidación del cristianis­mo; y digamos que, a fuerza de re­gresión a los doscientos y pico años atrás en la historia; y a fuerza de olvi­do de veinte siglos ni más ni menos. Así que nos bañamos en este inmen­so Leteo o río del olvido, y en esta La­guna Estigia que está a la otra orilla del vivir, y quedamos llanos como una tabla rasa en la que no solamen­te no hay nada escrito, sino nada re­cordado. Y estos asuntos de la Navi­dad y de los Reyes, que antes depen­dían del conocimiento y de los adentros del ánima, ahora depen­den de la Sección de Producciones Culturales y Faraónicas, que tornan nuestros ojos y nuestras almas en meras covachas de política, sociolo­gía, y espectáculos.

Podríamos evocar, por ejemplo, la catarata de hipótesis y malabares mentales que se exhiben, pongamos por caso, para mostrar a unos alum­nos en un museo un cuadro de la Huida de la Sagrada Familia a Egip­to. Para explicar de dónde vienen y a dónde van y quiénes son los tres per­sonajes de él, sin aludir para nada al universo religioso en cuyo seno ha­bía nacido la pintura, se decide concluir que trata del éxodo del campo a la ciudad.

Las avanzadas peda­gogías de los últimos años se han llevado to­do el mundo cultural por delante y se ha des­cubierto un idioma, como decía el recién muerto Leszek Ko­lakowski, que per­mite hablar de to­do sin haber es­tudiado nada; y explicarse la complejidad del ser hu­mano mediante las proteí­nas que nos sacaron de entre los antropoides. Ya no precisamos saber más. ¿Para qué?

En punto a Belenes y Cabalgatas de los Reyes Magos, la mayoría de las autoridades munici­pales se atenían a la tradición, más o menos ilustrada luego con algunos esplendores y aditamentos, por ejemplo, como los esplendores que hay en esas escenas en la pintura oc­cidental, como las de Sassetta o Pao­lo Uccello Pero estos esplendores guardaban lógicamente, la exigible respetuosa distancia para que aque­llo no fuera confundido con los jol­gorios de una feria, o los excesos de un parque temático. Lo que son precisamente hoy, por determi­nación de los direc­tores de la puesta en es­cena de todo eso para ha­cernos olvidar la antigualla cristiana, porque, como decía Ernst Bloch, -el cris­tianismo es altivez y voluntad de no dejarse tratar co­mo ganado», y no puede haber nada más intole­rable en medio de nuestras famosas liber­tades. No hay que men­tar la bicha.

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