A LA LUZ DE UNA CANDELA
FIESTAS Y CABALGATAS
Jose Jiménez Lozano, premio Cervantes
(Diario de Ávila 20-dic-2009)
Resulta una evidencia que en nuestra Europa de hoy entra como un componente más de la vida pública una cierta cristofobia, especialmente en minorías muy bien situadas e influyentes desde el punto de vista político y cultural sobre todo, y con los correspondientes penosos reflejos en los planos de la cultureta y de las politiquerías más bajas. Es decir, sin haber llegado todavía a la siniestra Revolución china contra las antigüedades, por un camino paralelo van las cosas, en el aspecto de la cultura como nivelador de ignorancias, y en el plano del intento de liquidación del cristianismo; y digamos que, a fuerza de regresión a los doscientos y pico años atrás en la historia; y a fuerza de olvido de veinte siglos ni más ni menos. Así que nos bañamos en este inmenso Leteo o río del olvido, y en esta Laguna Estigia que está a la otra orilla del vivir, y quedamos llanos como una tabla rasa en la que no solamente no hay nada escrito, sino nada recordado. Y estos asuntos de la Navidad y de los Reyes, que antes dependían del conocimiento y de los adentros del ánima, ahora dependen de la Sección de Producciones Culturales y Faraónicas, que tornan nuestros ojos y nuestras almas en meras covachas de política, sociología, y espectáculos.
Podríamos evocar, por ejemplo, la catarata de hipótesis y malabares mentales que se exhiben, pongamos por caso, para mostrar a unos alumnos en un museo un cuadro de la Huida de la Sagrada Familia a Egipto. Para explicar de dónde vienen y a dónde van y quiénes son los tres personajes de él, sin aludir para nada al universo religioso en cuyo seno había nacido la pintura, se decide concluir que trata del éxodo del campo a la ciudad.
Las avanzadas pedagogías de los últimos años se han llevado todo el mundo cultural por delante y se ha descubierto un idioma, como decía el recién muerto Leszek Kolakowski, que permite hablar de todo sin haber estudiado nada; y explicarse la complejidad del ser humano mediante las proteínas que nos sacaron de entre los antropoides. Ya no precisamos saber más. ¿Para qué?
En punto a Belenes y Cabalgatas de los Reyes Magos, la mayoría de las autoridades municipales se atenían a la tradición, más o menos ilustrada luego con algunos esplendores y aditamentos, por ejemplo, como los esplendores que hay en esas escenas en la pintura occidental, como las de Sassetta o Paolo Uccello Pero estos esplendores guardaban lógicamente, la exigible respetuosa distancia para que aquello no fuera confundido con los jolgorios de una feria, o los excesos de un parque temático. Lo que son precisamente hoy, por determinación de los directores de la puesta en escena de todo eso para hacernos olvidar la antigualla cristiana, porque, como decía Ernst Bloch, -el cristianismo es altivez y voluntad de no dejarse tratar como ganado», y no puede haber nada más intolerable en medio de nuestras famosas libertades. No hay que mentar la bicha.
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