Αl-munqiáh min ad-dalál
Este es el mal de los
espíritus débiles: reconocen la verdad sólo en la boca de ciertos hombres, en
vez de reconocer a los hombres cuando dicen la verdad.
Α.Η.Μ. al-Ghazáli
Nikos Vardhikas
(Vers la Tradition)
¿Se encuentra el esoterismo occidental, en este último
período del siglo ΧΧ, en la misma confusión donde René Guénon lo encontró en
sus inicios, o incluso al-Ghazáli hace 800 años, en la obra que sirve de título
(1)?
De hecho, se puede temerlo; esta vez, la obra de Guénon es
citada e incluso adulada por aquellos que participan más visiblemente en el
aumento de esta confusión (2). Esto demuestra hasta
qué punto todo es recuperable; pero más allá de eso, también indica el camino
de salida.
En efecto, no es conveniente hablar a cada momento de
"agentes de contra-iniciación” y que veamos en todas partes tramas,
¡algunas de las cuales serían incluso positivas! Los exponentes de los enfoques
erróneos son, sin embargo, a veces no sólo sinceros, sino también dotados de
una buena dosis de discernimiento; por lo tanto, es importante detectar por qué
medios el esoterismo puede convertirse en una trampa intelectual que no
excluye, en última instancia, incluso la aceleración de la decadencia.
No nos basaremos en, sino que usaremos las observaciones
hechas por Ghazáli en su "Preservador
del Error" para formular algunas observaciones simples que parecen
indicar la dirección de la verdad.
1. Las premisas del
esoterismo mοnοteista
Ghazali constata (3) que los
mutazilies (escisionistas cercanos a los filósofos profanos y precursores del
kalam) habían cerrado toda posibilidad teórica de iniciación y realización
espiritual (es decir, de acuerdo con la formulación de Guénon conocimiento mediante
la participación ontológica en la Verdad (4)), con
su doctrina, aparentemente "muy" islámico del tawhid, es decir, la negativa a distinguir entre la esencia de Dios y sus atributos, o, en términos de la Iglesia
indivisa, entre naturaleza y personas o esencia e hipóstasis
(formulación del siglo IV), o de nuevo, en términos de la Iglesia Ortodoxa,
entre esencia y energías (formulación del siglo XIV) (5).
Que el LOGOS y el ESPÍRITU divinos (identificados por el
Corán con Jesús) puedan ser legítimamente vistos como las "manos" o
"atributos" de Dios, por lo que desde este punto de vista le son
"inferiores" (aunque esta es una forma impropia de hablar de ello), se
ve, entre otras cosas, por la razón avanzada por la Ortodoxia por su oposición
al filioque: Disminuye la "monocracia"
del Padre; esto se ve también en la doble afirmación de Jesús: "quien me
ha visto a mí ha visto al Padre" y "mi Padre es más grande que
yo".
En un clima monoteísta en particular, sólo la distinción
entre esencia inmutable (e incognoscible en el estado humano) y
"energías" o "personas" o "atributos" o
"hipóstasis" participantes y santificadoras permite una aproximación
integradora es decir esotérica.
Pocos han entendido que lo que estaba en juego, en las querellas
tales como la "distinción entre esencia y energías" del siglo XIV bizantino
o la oposición de Ghazáli al tawhid, no era otra cosa que la posibilidad de la
realización espiritual; por tanto, el hecho de que de parte de los partidarios
de la mencionada formulación teológica (debido a San Gregorio de Palamas) se encontraban
los hesicastas y del otro los primeros tomistas bizantinos , debe ser tomado
como una prueba "práctica", más allá de la evidencia doctrinal de la
cuestión, de lo que avanzamos (6).
Con el tawhid, el "discernimiento" islámico se
convirtió en monofisita aunque este
término se refiere a Cristo, y no a Dios Padre, es obvio que cualquier
discusión cristológica concierne a la ipseidad de Dios- de hecho el término etíope (geez) para "monofisita"
es tawhedo.
Pero, si el término hiere, digamos "monismo",
vuelve a lo mismo y plantea el gran problema del monoteísmo, en cuanto a la
realización espiritual: ¿cómo ser lo
que se conoce, desde el momento que este sujeto-objeto del conocimiento es el
Dios Único?
Es, en todo caso, una ceguera singular la que consiste en
creer que el monismo (en su forma cristiana, donde es menos "natural"
que en el Islam: armenios, coptos, etíopes) podría ser a priori "más"
esotérica que la ortodoxia trinitaria. Esta ceguera golpea especialmente a
aquellos que a priori consideran esotérico todo lo que está oculto, filtrado y
organizado, pero no lo que es verdaderamente espiritual (y necesariamente
ortodoxo) (7).
2. Conocimiento
Espiritual
La oposición de Ghazáli al tawhid vino de su comprensión del
"método" sufí, que es el método de todo esoterismo auténtico.
El conocimiento participativo, único método esotérico
auténtico, se distingue (repitámoslo una vez más) de la asimilación de una
enseñanza infalible que no se pone en práctica; también se distingue de la
especulación individual (incluso en nombre de la mejor y más ortodoxa doctrina)
y de la creencia ciega en la autoridad.
El conocimiento se caracteriza por:
-"la degustación"
(VENID Y VED)
-la pobreza
(FAQR, BIENAVENTURADOS LOS POBRES DE ESPIRITU)
-la adquisición de estados y estaciones" (NO APRENDER SINO
"SUFRIR" LA VERDAD, dicen los monjes ortodoxos).
- y la transformación
(TRANSFIGURACIÓN).
Allí se encuentra, además, el centro de toda la
"teología mística" oriental (8).
Ya se puede, en este punto, entender, resumiendo, que:
-todo monismo y, en un clima cristiano, el monofisismo y el
arrianismo, así como la deformación filioquista (y especialmente sus
consecuencias y las razones de su adopción) de la ortodoxia excluyen la posibilidad de la
realización ritual y, por lo tanto, de la iniciación que la hace posible.
-sólo el sufismo, en un clima musulmán, porque admite la
"participación" en los "atributos" de Dios, permite la
realización, lo que lo distingue de tendencias que son tan
"indudablemente" iniciáticas en forma (pero no en sustancia) como la
bátiniyya o el ta'limismo.
-“Ser lo que se conoce" (definición guenoniana de
realización espiritual) es un concepto que excluye la noción de esoterismo
"social", "político", "mundano" o
"administrativo".
3. Tres aproximaciones
tipológicas
Sobre la base de estos dos criterios, podemos establecer
tres reconciliaciones:
1) entre la Ortodoxia y Tasawuf, que comparten la aceptación
de los dos criterios.
2) entre el Islam "cerrado" de tipo mutazílita y
el catolicismo escolástico. Porque la escolástica y Santo Tomás mismo no sólo
no distinguen suficientemente entre esencia e hipóstasis, sino que establece la
primacía de la esencia sobre la persona, por un pietismo que no ve que así
sienta las bases del determinismo divino (9).
3) entre los esoteristas católicos
("filioquistas", por lo tanto) y los esoteristas musulmanes no sufís,
cuyo punto en común es el malentendido de estas simples observaciones.
Estos son los esoteristas "epónimos", es decir,
los "bátinis de una parte y de la otra, que entienden por búsqueda espiritual
los objetivos más o menos políticos, que subordinan la realización personal (si
la noción de persona no les es ajena) al establecimiento de un régimen
"tradicional", pero que descuidan totalmente la absoluta necesidad de
interiorizar todo esto, a favor de las enseñanzas y obediencias a varios tipos
de infalibilidad, excepto precisamente la del gurú interior y la verdad.
Ahora bien, si "animamos" estas etiquetas por algunos
de los soportes que las han llevado, constatamos que nos encontramos en
presencia de la alianza de soportes que supuestamente han "aportado" el esoterismo a Occidente
(y que visiblemente no han "traído" más que el dualismo gnóstico):
-Armenios (monofisitas)
Preste Juan (o Jan): dinastía "salomónica" de
Etiopía
-Visigodos (arrianos)
-Catolicismo Franco (caballeros)
-Assacis (bátinís musulmanes (?))
Sin entrar en detalles que abrirían una polémica
innecesaria, podemos notar que en cualquier caso, no era verdadero esoterismo,
sino falsáfa, en lo que se opone al súfiyya -es decir, especulación
individual que se opone (o, en todo caso, no es lo mismo que) a la sabiduría (10)
4. Métodos y medios
Dejemos ahora el nivel de las premisas intelectuales y
teológicas que hacen posible la realización, para hablar de modalidades.
En un clima cristiano, la transmisión de la influencia
espiritual no humana que conduce a la adquisición del estado de Transfigurado (11) o incluso de Resucitado (12),
pasa por la cadena apostólica.
Cualquiera que sea, pues, la promesa de Cristo a su Iglesia,
basta que el clero, por ignorancia, altere el simbolismo de los ritos, para que
la transmisión no sea operativa. Y no es el hecho de que el rito se haga
"ex opere operato" lo que puede cambiar este estado de cosas; porque
esta noción se refiere a la posible no cualificación del oficiante, pero no al
significado del rito, ni a la conciencia de toda la Iglesia que no es sólo su
jerarquía.
Y como la realización sólo puede ser personal, es decir, no
predeterminada y no colectiva, la combinación de la inconsciencia con la
reducción de la "teología" a una jerarquía termina, si es posible,
por anular el significado original del cristianismo.
Esta constatación, sin embargo, no debe llevar a pensar que
la falta de rito adecuado o de conciencia eclesiástica pueda ser llenada por
una obra escrita, incluso la de R. Guénon.
En un clima musulmán, la cadena es necesariamente
exclusivamente esotérica, sin que esto signifique que deba ser "oculto",
más allá de lo que impone la realidad misma de la realización.
Hay que señalar que el Islam es la única tradición que
plantea tan claramente los términos exotérico y esotérico, porque corresponden en
ella a la realidad "práctica".
Por otra parte, la doctrina del imamato no es, a priori, una legitimidad abrumadora,
ya que presupone una sucesión por la sangre,
y no por inversión o calificación; por lo tanto, rechaza el aspecto personal, sin el cual no puede haber
realización.
No es el estado del Profeta lo que se realiza en el Islam,
sino de "su verdad"; uno se convierte
en el Corán.
El cristiano "come y bebe" a Cristo; el musulmán
"aprende el Corán con el corazón". En ambos casos, uno se convierte
en la Palabra de Dios, a través del
Espíritu Santo.
Su influencia, en principio no mediada en el Islam, se
transmite a través de un maestro viviente realizado; aquí no hay "opus
operatus". Si el cristianismo puede continuar ad infinitum en un
"camino de tabarruk" (o de bendición), aquí debe ser una excepción; y
de nuevo, en este caso, la virtualidad descansa en el baraka del último maestro
de la cadena que realmente sostiene el sirr,
o la realización verdadera.
Pensamos que estas simples constataciones a las que nos
condujo Ghazáli (13), aún hoy compartidas por la
ortodoxia y el sufismo (ambas entidades, menos "conectables" que el
catolicismo pero muy vivas), pueden ayudar a discernir un poco más en la
confusión que denunciamos al principio.
Que no sean comprendidos, sino oscurecidos en un grado
inimaginable, incluso por aquellos que citan a René Guénon a cada paso, prueba
sólo una cosa: que uno nunca encontrará la verdad si uno no es la verdad.
Nikos VARDHIKAS
NOTAS
1) Trad. fr. por Fard
Jabre, Beirut 1969, disponible en la Mezquita de París.
2) Citamos la "ofensiva"
reciente, en la edición,de representantes de dos tendencias, según nosotros
discutibles:
los dos "JR"
Jean Reyor y Jean Robin, para quienes el esoterismo en Europa es principalmente
una cuestión de organizaciones y contra-organizaciones. De la primera hubo,
entre 1988 y 1991, la publicación de 5 volúmenes de textos (con el nombre de
Guénon en los títulos); de la segunda, acaba de publicar (1993) un ladrillo de
700 pp. que "prueba" por el esoterismo que "Francia es la nueva
Tierra Santa" Esto sigue a su muy malvado Seth, el dios maldito, negado en el Reino del Grial como una
provocación en la ubicación de la contrainiciación.
-la tendencia
panislamística guenoniana, ilustrada en la última obra de Ch. André Gilis, Les sept étendards du Califat, obra
indebidamente (según nοsotros) alabada por SIRIUS en VLT n° 53 (Sept. 93) como
"ofreciendo al lector un apoyo seguro y atento en vista del adecuado
desarrollo de su intuición intelectual y por lo tanto de una auténtica
realización en el orden espiritual".
3) En el Faysal at-tafriqa bayn al-Islám waz-zandaqa
4) Lo que es, además,
una expresión estándar del propósito de la espiritualidad ortodoxa, como de
toda la espiritualidad.
5) Esta forma de
entender la Unidad de Dios también fue combatida por ibn Arabi, pero aún
sobrevive en el wahabismo de la Αrabia Saudi, que practica un Islam totalmente
exotérico.
6) Esta querella, poco
antes de la caída del estado bizantino, tiene una importancia insospechada para
la continuación del esoterismo cristiano, tanto en el Oriente como en el Occidente
cristiano. ¿Debemos añadir que los representantes del renacimiento hesicasta
del siglo XVIII se manifiestan en contra de cualquier veleidad nacional,
incluso al argumento de un Estado ortodoxo y ya no bajo tutela islámica?
7) ¿Es demasiado
"cruel" notar que este hábito caracteriza mayormente a los masones?
8) Recordemos, para
evitar malentendidos, que R. Guénon admitió que la palabra "místico"
en Oriente no tiene el mismo significado que en Occidente y con razón, ya que conserva su significado
etimológico, que no es otro que "iniciático". La realización es teleiosis
o "perfección", "consumación", "culminación": En
este contexto, llamar a los sacramentos "misterios" no es fortuito.
9) El acercamiento
entre el Islam y el catolicismo "cerrados" debe ser matizado: El
Islam, aun cerrado siendo una revelación divina y no una manifestación
hipostática, siempre otorga la salvación a los practicantes de los cinco
pilares; pero el cristianismo cerrado a su razón de ser (además de la
inevitable "reducción" durante su exteriorización del siglo IV) no
concede estrictamente nada excepto una "virtualidad virtual" y una
preservación del estado de kufr completo;
¿es, se dirá, "ya no malo"? Tal vez; pero es también, al fin y al
cabo, debido a los problemas insolubles y a las confusiones suscitadas por los
misterios inexplicados por aquellos que ya no son conscientes de ellos, algo
inferior en legitimidad metafísica (y en resultados concretos, incluso la
simple "salvación", tan pronto como la pertenencia deja de ser
obligatoria) al Islam más cerrado.
10) Cualquiera que sea
la legitimidad, incluido el valor iniciático y simbólico de la etimología de la
palabra sufí que la hace provenir de la "lana", creemos que no hay
oposición semántica entre sυfiyya y sοfia.
11) Lo que el Padre
Justin Popovítch define como "salvación" en su Dogmática, o Filosofía Ortodoxa de verdad.
12) Lo cual
corresponde a la Liberación. San Máximo el Confesor, en efecto, hacía corresponder
la iniciación a la "Encarnación del Verbo", es decir, a la comprensión de la Realidad en términos
simbólicos, y la "Resurrección del Verbo" a la elevación a esta
Realidad misma, es decir, a lo no sensible sino a lo inteligible.
13) Quien jugó un
papel como el de Genon en esto: que expresaba ciertas verdades de un
determinado medio en un lenguaje comprensible para otro medio - sufismo y "filosofía" o teología, en el caso de Ghazli, lenguaje
tradicional y oriental y el lenguaje intelectual occidental, en el caso de
Guénon -sin distorsionarlos, sino a través del conocimiento personal de ambos.