Bruno
Rovere:
EL CIELO ESTRELLADO
"Cielo
estrellado" es el nombre que se atribuye al techo diseminado de estrellas
que decora muchos templos masónicos, ya sea en las obediencias latinas como en
las anglosajonas. En estas últimas, a veces, el techo no está decorado a guisa
de un cielo estrellado (starry-decked heaven), sino como un cielo nublado, y en
tal caso es llamado clouded canopy, bóveda o dosel nublado. En los rituales
"especulativos" no hay ninguna referencia directa a este símbolo, y
quizás ello explica que en muchos templos no esté de hecho representado. Sin
embargo, pueden encontrarse numerosas menciones del mismo en los
"catecismos" y también en algunas "instrucciones"
(lectures).
El Manuscrito
Dumfries N. 4, que se remonta a 1710 y que es por ello anterior a la creación
de la Gran Logia de Inglaterra refiere las siguientes preguntas y respuestas :
P. ¿Qué altura
tiene vuestra Logia?
R. Tiene
innumerables pulgadas y palmos.
P. ¿Cómo que
innumerables?
R. Las de los
Cielos materiales y el firmamento estrellado.
Igualmente, el
Manuscrito Trinity College, de Dublín, de 1711, refiere lo siguiente:
P. ¿Qué altura
tiene vuestra Logia?
R. Es alta como
las estrellas, posee innumerables pulgadas y pies.
Pasando a fuentes
"especulativas", en el Masonry Dissected de Samuel Prichard, de 1730,
encontramos la siguiente pregunta:
P. ¿Qué cobertura
hay en la Logia?
R. Una bóveda
nublada de diversos colores.
En Francia,
Perau, en Le Secret des Francs-Maçons, publicado en 1742, menciona un "Dais
parsemé d'étoiles" en la descripción del Cuadro de Logia. L'Ordre des
Francs-Macons Trahi, de 1745, repite la bóveda estrellada del texto de Perau, y
en el catecismo la Logia estás cubierta de una bóveda celeste, ornada de
estrellas doradas. En la segunda edición de La Désolation des Entrepreneurs
(1747), el autor, Louis Travenol, introduce el siguiente cuestionario, omitido
en la primera edición:
P. ¿Qué es el
techo (de la Logia)?
R. Un dosel
celeste ornado de estrellas.
Le Maçon
Démasqué, de 1751, presenta una pregunta análoga:
P. ¿Qué cosa
cubre vuestra Logia?
R. Un dosel
celeste [de color] azul, ornado de estrellas doradas.
Volviendo a
Inglaterra, en 1760 la "Bóveda nublada" reaparece en el Three
Distinct Knocks, que refiere los usos de los Antiguos, y también en el J &
B de 1762, que habla de los usos de los Modernos, pero las estrellas no son
mencionadas en ninguna de ambas divulgaciones.
Más completo es
el Catechismo di Compagno de Guillemain de Saint-Victor, publicado en 1787:
P. ¿Qué forma
tiene?
R. Un cuadrado
largo.
P. ¿De qué
longitud?
R. De Oriente a
Occidente.
P. ¿Su anchura?
R. Del mediodía
al septentrión.
P. ¿Su altura?
R. Innumerables
codos.
P. ¿Su
profundidad?
R. De la
superficie de la tierra al centro.
P. ¿De qué está
cubierta?
R. De una bóveda
celeste sembrada de estrellas.
Por último, en
las "instrucciones" en uso en el rito Emulación se hallan las
siguientes referencias: (Primera instrucción, cuarta sesión) "Él ha
dispuesto el cielo como una bóveda; Él ha plantado la Tierra como un escabel;
Él corona Su Templo con Estrellas a modo de diadema, y con Su Mano extiende Su
fuerza y Su gloria"; (Segunda instrucción, segunda sesión): "Además
de el Sol y la Luna, el Omnipotente se ha complacido en adornar la concavidad
etérea con una multitud de Estrellas, a fin de que el hombre, a quien va a
crear, pueda contemplar y admirar así la Majestad y la Gloria de Su
Creador..." (1).
De los Catecismos
aquí referidos, y en particular del de Guillemain de Saint Victor, resulta
claramente que la presencia del "Cielo estrellado", definido como la
"Cubierta" de la Logia, indica que la Logia es considerada como un
símbolo del Cosmos. En apoyo de esta afirmación puede citarse la siguiente nota
de René Guénon: "Recordaremos que la 'Logia de san Juan', aunque no
asimilada simbólicamente a la caverna, no deja de ser, como ésta, una figura
del 'cosmos'; la descripción de sus 'dimensiones' es particularmente clara a
este respecto: su longitud es 'de oriente a occidente'; su anchura, 'de
mediodía a septentrión'; su altura, 'de la tierra al cielo'; y su profundidad,
'de la superficie de la tierra al centro de la tierra'. Es de notar, como
relación notable en lo que concierne a la altura de la Logia, que, según la tradición
islámica, el sitio donde se levanta una mezquita se considera consagrado no
solamente en la superficie de la tierra, sino desde ésta hasta el 'séptimo
cielo' " (2).
En este sentido,
la denominación de "Logia" es comparable al término sánscrito Loka
("mundo"), y René Guénon reconocía la exactitud simbólica, si no
etimológica, de esta comparación (3).
Los Cielos, es
decir, "el conjunto de las esferas luminosas superiores", representan
"los estados superiores del ser" (4), y por lo tanto la presencia de
un símbolo del Cielo en la Logia podría indicar el conjunto de los estados
informales o angélicos; pero en el caso específico del símbolo masónico
examinado no se trata simplemente del Cielo, sino del Cielo estrellado. Ahora
bien, si en el lenguaje ordinario "Cielo estrellado" es una expresión
que se emplea para designar al Cielo nocturno (5), tal como se presenta en
condiciones de visibilidad normal, en el lenguaje propiamente astrológico la
expresión "Cielo estrellado" sirve para designar en particular al
octavo Cielo, el "Cielo de las estrellas fijas" o el Firmamento. Se
trata del Cielo que ocupa una posición intermedia entre los siete Cielos
planetarios, inferiores a él, y el Cielo sin estrellas que lo cubre y lo
comprende; el Cielo de las estrellas fijas está caracterizado por sus
innumerables estrellas, reagrupadas en las constelaciones, entre las cuales las
más significativas son las doce constelaciones zodiacales. Pero el símbolo
masónico, ¿se refiere al Cielo estrellado en su integridad o tan sólo a una
parte?
Mientras que en
lo concerniente a las Logias "especulativas" anglosajonas esta
pregunta no tiene mucho sentido, es pertinente con respecto a las Logias
"especulativas" latinas, pues en la base del Cielo estrellado
frecuentemente está representada una cuerda intercalada de nudos a la que los
Masones llaman "cordón de nudos", pero que también es conocida como
"Cadena de Unión". Ahora bien, en base a la interpretación de este
símbolo ofrecida por René Guénon, la Cadena de Unión es un símbolo del marco
cósmico, es decir, del Zodíaco (6); pero si el Zodíaco ya está representado en
la base de la bóveda del Templo, debemos deducir que el Cielo estrellado sirve
para simbolizar en la Masonería a sólo una reducida y bien definida parte del
octavo Cielo. Antes de profundizar en este argumento, será todavía oportuno
añadir algunas consideraciones sobre el simbolismo astronómico en la Masonería.
En la mayor parte
de los Old Charges operativos, desde el siglo XIV en adelante, se citan las
Siete Artes Liberales, en las que la Astronomía ocupa generalmente el lugar de
la séptima: a este respecto, tan sólo constituye una excepción el Manuscrito
Regius, que atribuye a la Astronomía el quinto puesto. Uno de los diez libros
dedicados por Vitrubio a la Arquitectura está dedicado enteramente a la
Astronomía, e indica que esta ciencia constituía un elemento indispensable del
conocimiento necesario al arquitecto para ejercer su oficio o
"ministerio". No en vano Sir Christopher Wren, último Gran Maestre de
la Masonería operativa y arquitecto de muchos edificios religiosos y laicos de
Londres, antes de dedicarse al arte de la construcción, fue un astrónomo
ilustre.
A la Astronomía,
considerada como una de las siete Artes (o Ciencias) Liberales se aplican las
siguientes afirmaciones de René Guénon en referencia a las ciencias
tradicionales, cuyo interés se debe únicamente "en función del
conocimiento principial, es decir, en la medida en que, por un lado, éste se
refleje en tal o cual dominio contingente, y, por otro, sea susceptible de
conducir hacia este mismo conocimiento principial (...). Son éstas las dos
funciones complementarias que propiamente pertenecen a las ciencias
tradicionales: por una parte, como aplicación de la doctrina, permiten conectar
entre sí todos los órdenes de realidad e integrarlos en la unidad de la
síntesis total; por otra, constituyen, al menos para algunos y en conformidad
con sus propias aptitudes, una preparación para un conocimiento superior [...]
y son entonces como otros tantos escalones por medio de los cuales es posible
elevarse hasta la intelectualidad pura". René Guénon añade en nota:
"En nuestro estudio sobre El Esoterismo de Dante hemos indicado el
simbolismo de la escala, cuyos escalones, según diversas tradiciones, corresponden
a ciertas ciencias y simultáneamente a los estados del ser, lo que implica que
tales ciencias [...] deben posteriormente dar lugar a una trasposición que les
confiera un alcance verdaderamente iniciático".
A propósito del
viaje iniciático de Dante precisa además que la realización del estado
primordial no es sino la base "sobre la cual el ser se apoyará para salir
a las estrellas, es decir, para elevarse a los estados superiores, que están
figurados en el lenguaje astrológico por las esferas planetarias y estelares, y
en el lenguaje teológico por las jerarquías angélicas. Es importante el hecho
de que las tres partes del poema terminan con la misma palabra, estrellas, como
para afirmar la importancia muy particular que tenía para Dante el simbolismo
astrológico. La última frase del Infierno, "contemplar de nuevo las
estrellas", caracteriza el retorno al estado propiamente humano, en el
cual es posible percibir como un reflejo de los estados superiores; las
estrellas del Purgatorio son aquellas sobre las que nos hemos ya explicado. En
cuanto al verso final del Paraíso: "El Amor que mueve el Sol y las
estrellas", designa el término último del viaje celeste, el centro divino
que está más allá de todas las esferas, y que es, según la expresión de Aristóteles,
el motor inmóvil" (7). Los Cielos no representan aquí sólo a los estados
superiores, sino también a las "jerarquías espirituales, es decir, los
grados de iniciación" (8); en particular, "el octavo Cielo del
Paraíso, el Cielo estrellado (o de las estrellas fijas) es el Cielo de los
Rosa-Cruces" (9).
El Cielo
estrellado en la Logia no constituye entonces únicamente su
"cubierta", sino también una meta a la que el iniciado debe aspirar
unirse. En el catecismo americano de Duncan, en la tercera sesión de la primera
"instrucción", se halla la siguiente pregunta:
P. ¿Qué cubierta
tiene la Logia?
R. Una bóveda
(canopy) nublada, un cielo estrellado, al que todo buen masón espera llegar.
A esta
"salida" se refiere también otro símbolo, que está representado en el
Cuadro de Logia de Aprendiz de las Logias anglosajonas: la Escala de Jacob, que
del Libro de la Ley Sagrada se eleva hasta el cielo. La misma Escala de Jacob
es representada con tres soles, y a propósito de ello René Guénon coincide (10)
con la siguiente afirmación del Rev. Lawrence: "(...) La cubierta de
nuestra Logia es una bóveda celeste de diferentes colores. Confiamos en
alcanzar el vértice (summit) por medio de una escalera, conocida en la Logia
como la Escala de Jacob. Está compuesta de tantos peldaños o esferas (rounds)
como son necesarios para comprender todas las virtudes morales, aunque las tres
principales son la Fe, la Esperanza y la Caridad". Tal es lo que se enseña
en la "instrucción" del primer grado… No obstante, el número exacto
de los peldaños de la escala no se haya especificado en las instrucciones y es
usual considerarlos en número de siete (...)" (11). Los siete peldaños de
la Escala de Jacob no sólo representan las tres virtudes teologales y las
cuatro cardinales, sino también las siete Ciencias Liberales, correspondientes
a su vez a los siete Cielos planetarios: no puede ser alcanzado el Cielo
estrellado, o el octavo Cielo, sin haber atravesado antes los siete Cielos
Planetarios (12).
El "Cielo
estrellado" puede ser en consecuencia considerado ya como un símbolo de la
"cubierta" de la Logia, ya como un símbolo del grado iniciático a
alcanzar. Ambos significados, lejos de contradecirse, pueden integrarse por
otra parte en un tercero: la Logia masónica, donde ordinariamente se trabaja en
la realización de los "pequeños misterios", está "cubierta"
sólo si depende jerárquicamente de los grandes misterios. René Guénon hacía
notar a propósito de ello que "el conocimiento metafísico puro pertenece
propiamente a los 'grandes misterios', y el conocimiento de las ciencias
tradicionales a los 'pequeños misterios', ya que el primero es por lo demás el
principio del cual derivan necesariamente todas las ciencias tradicionales, y
también porque los 'pequeños misterios' dependen esencialmente de los 'grandes
misterios' y en este sentido tienen el mismo principio", añadiendo poco
después que "es sólo en el dominio de los 'pequeños misterios' que pueden
producirse desviaciones", las cuales "presuponen que la normal
vinculación con los grandes misterios ha desaparecido, de modo que los pequeños
misterios han acabado siendo como un fin en sí mismos; y en estas condiciones
ni siquiera pueden realmente conducir a su término (...)" (las cursivas
son nuestras) (13).
Tras esta
aparente digresión podemos afrontar mejor la cuestión de si el Cielo estrellado
representa en la Logia sólo una parte del octavo Cielo. La respuesta podría ser
buscada en las estrellas representadas sobre el cielo raso del Templo. En las
Logias anglosajonas, donde falta la "Cadena de Unión", a veces están
representadas las constelaciones zodiacales, pero en las Logias continentales
su representación constituiría una inútil duplicación de la "Cadena de
Unión". Una respuesta segura nos es dada una vez más por René Guénon, que
afirmaba: "La Osa Mayor está por otra parte figurada aún actualmente en el
techo de muchas Logias masónicas, incluso especulativas". La presencia de
la Osa Mayor sirve para indicar que el Cielo estrellado comprende la parte del
Cielo septentrional que está delimitada entre la base del zodíaco y el vértice
de la Estrella Polar. En muchos Cuadros de Logias continentales, la Luna,
situada al norte, está rodeada por siete estrellas, a veces agrupadas en un
ternario y un cuaternario, en los que no es difícil advertir una figuración de
la Osa Mayor. A propósito de esta última, René Guénon precisaba: "En la
misma tradición hindú, el nombre más común de la Osa Mayor es el de
sapta-riksha; y el término sánscrito riksha es el nombre del oso,
lingüísticamente idéntico al que se le da en otras lenguas: el céltico arth, el
griego árktos, e inclusive el latín ursus (...) En efecto, riksh es también, de
modo general, una estrella, es decir, en suma, una "luz" (...); y,
por otra parte, el sapta-riksha es la morada simbólica de los siete Rishi, los
cuales, aparte de que su nombre se refiere a la "visión" y por lo
tanto a la luz, son además las siete "Luces" por las cuales se
transmitió al ciclo actual la Sabiduría de los ciclos anteriores.- (en nota) Se
advertirá la persistencia de estas "siete Luces" en el simbolismo
masónico: la presencia de un mismo número de personas que las representan es
necesaria para la constitución de una logia "justa y perfecta", así
como para la validez de la transmisión iniciática" (14).
Si el Cielo
estrellado puede entonces indicar los "grandes misterios", la
presencia de la Osa Mayor puede significar más precisamente la necesidad de una
vinculación con la tradición primordial o con el Centro espiritual que en
nuestro mundo es su depositario (15). A este significado se refiere por otra
parte el propio nombre de Cielo: "[...] una raíz que designa todo lo que
está escondido, cubierto, envuelto, silencioso, secreto; y hay que señalar que
las palabras que designan al Cielo primitivamente tienen el mismo significado. Normalmente
se compara con coelum, del griego koilon, "hueco", (...) pero hay que
señalar también que la forma más antigua y más correcta parece ser caelum, que
recuerda muy de cerca a la palabra caelere, "ocultar". Por otra
parte, en sánscrito, varuna viene de la raíz var, "cubrir"; (...) y
la raíz griega Ouranos no es más que otra forma del mismo nombre, por lo cual
var se transforma fácilmente en ur. Estas palabras pueden significar, por
consiguiente, "lo que cubre", "lo que oculta", pero también
"lo que está oculto", y este último sentido es doble: es lo que está
oculto a los sentidos, el dominio suprasensible; y también es, en los períodos
de ocultamiento u oscuración, la tradición que deja de manifestarse exterior y
abiertamente, el mundo celestial que se vuelve entonces el "mundo
subterráneo". (en nota) A propósito del significado de "cubrir",
hay que recordar también la expresión masónica "estar a cubierto": el
techo estrellado de la logia representa la bóveda celeste" (16).
Podemos
considerar ahora más atentamente el símbolo de la Estrella Polar, centro y
vértice de la bóveda estrellada, recordando que para René Guénon "la
teoría polar siempre ha sido uno de los mayores secretos de los verdaderos
maestros masones" (17). Esta última expresión se refiere no tanto al
tercer grado de la Masonería especulativa como al séptimo grado de la
operativa: por lo tanto, para profundizar en este argumento es necesario
referirse a la tradición operativa. Las fuentes a que dirigirse son diversas y
de valor desigual, y ello requiere de ciertas precisiones.
En Inglaterra
todavía existe una organización iniciática conocida como "Worshipful
Society of Free Masons, Rough Masons, Wallers, Slaters, Paviors, Plaisterers
and Bricklayers", o, más brevemente, como "los Operativos",
accesible sólo a hombres, que afirma ser la organización de la cual nació en
modo cismático en 1717 la Gran Logia de Inglaterra. En 1908, los jefes de la
organización autorizaron a algunos miembros, entre ellos a Clement Stretton, a
suministrar públicamente informaciones referidas a esta antigua Orden. Fueron
así publicados un opúsculo, de título Tectonic Art, y varios artículos en
revistas masónicas, como en The Co-Mason, fundada en 1909, órgano de la
Federación británica de la Orden de la Co-Masonería "Le Droit
Humain"; en 1925, esta revista, dirigida por una mujer, A. Bothwell-Gosse,
cambió su nombre por The Speculative Mason. En ese mismo año se constituyó la
Orden [irregular] de la "Masonería antigua, Libre y Aceptada por Hombres y
Mujeres" (AFAM), que adoptó como modelo el ritual y la organización de los
"Operativos". En 1949, tras la muerte de A. Bothwell-Gosse, la
dirección de la revista y de la Orden pasó a otra mujer, M. C. Debenham. Gran
parte de la documentación sobre los "Operativos", extraída de la
correspondencia privada entre Stretton y otros miembros de la "Worshipful
Society", ha sido publicada en esta revista dirigida por mujeres miembros
de la AFAM.
Una fuente más
directa y fiable, aparte de los pocos escritos "públicos" de C. Stretton,
es la representada por algunos artículos y libros redactados por otros miembros
de la Worshipful Society, entre los cuales hallamos a John Yarker, Thomas Carr,
Robert Grant y Charles Merz, secretario de la Sociedad para América y autor de
un libro de más de 470 páginas, titulado Guild Masonry in the making. Por su
parte, René Guénon se refiere expresamente a los artículos aparecidos en The
Speculative Mason, pero su conocimiento de la tradición operativa no se basaba
de hecho, muy posiblemente, sobre las fuentes citadas, sino más bien por una
vinculación directa con una organización de "Maestros de todos los grados,
cuya tradición oral se remonta a la época artesanal de la Masonería
francesa", como bien precisó Vreede en 1973. Los artículos en cuestión apenas
eran casi siempre un pretexto para hacer públicas ciertas enseñanzas de las que
no se habría querido o podido citar la fuente: ello explicaría también el hecho
de que sobre algunos puntos, no muchos en realidad, la enseñanza de René Guénon
estaba en contradicción con lo referido directa o indirectamente por los
"Operativos" ingleses.
Hechas estas
precisiones, consideremos lo que afirma Guénon respecto al símbolo de la
Estrella Polar en la Masonería operativa: "[...] en base a algunos de
estos rituales, la letra G estaba figurada en el centro de la bóveda, justo en
el punto que corresponde a la Estrella Polar; un hilo de plomo, suspendido de
la letra G, cae directamente en el centro de una swastika trazada en el
pavimento, swastika que representa así el polo terrestre; y el hilo de plomo
del Gran Arquitecto del Universo, suspendido del punto geométrico de la
"Gran Unidad", desciende del polo celeste al polo terrestre, de modo
que simboliza el Eje del Mundo" (18). La Estrella Polar no estaba aquí
representada como tal, pues en su lugar estaba figurada la letra G. Se ha
precisado que en la Masonería operativa anglosajona existían
"cámaras" diversas para cada grado, y sólo en el séptimo de ellos, es
decir, en la "cámara" de tres Maestros, había un hilo de plomo
suspendido de la letra G; ello se corresponde con la afirmación antes citada:
"la teoría polar siempre ha sido uno de los mayores secretos de los
verdaderos maestros masones".
En un breve
artículo publicado en "The Co-Mason" en 1913, escrito por un anónimo
Maestro del VII grado, en el cual se describen y representan fotográficamente
los instrumentos de trabajo presentes en la "cámara" del VII, la
swastika aparece efectivamente sobre el pavimento ante el Altar: "La
swastika situada en el pavimento y también figurada en la parte izquierda del
pecho de cada Maestro representa la marca o signo del propio G.A.D.U. Sobre el
centro del altar un hilo de plomo desciende sobre la Logia masónica desde la G,
la Estrella Polar, la morada o sede de Dios". Según esta versión, el hilo
de plomo no desciende sobre la swastika, sino sobre el Altar; según otra
versión, referida por un miembro de la "Worshipful Society", Thomas
Carr, la swastika está "constituida" sobre el altar por la
yuxtaposición de cuatro escuadras: "Cuando los tres Maestros Masones de
una Logia operativa [de la Masonería azul de la Escuadra] se reúnen, cada uno
tiene una escuadra… una cuerta escuadra es colocada sobre el Volumen de la ley
Sagrada. Cuando es abierta una Logia de VII grado, estas cuatro escuadras son
colocadas de tal modo que forman una swastika. Primero es saludado El Shaddai,
el Altísimo, y después la Estrella Polar. Cuando el Masón operativo es
ensalzado al grado VII, o Maestro Masón, le es explicado el simbolismo de la
swastika y le es revelado que el Dios Omnipotente, el Sol nacido en el centro,
en torno al cual se ordena el mundo celestial, no es el orbe solar sino la
Estrella Polar. El nuevo tercer Maestro Masón debe descender a la cámara
central implícita en el pavimento de la Logia; se le dice que alce sus ojos al
cielo y que mire el hilo de plomo que desciende sobre la cámara en la que se
encuentra. Sobre el hilo de plomo ve la Estrella del Cielo, la Estrella Polar,
el "Yo soy" [Eheieh], la G en el cielo raso, y se le invita a adorarla.
Se le indica además que el hilo de plomo desciende de la Estrella Polar, que la
swastika es su símbolo y que representa a El Shaddai o al mismo Altísimo"
(19).
Antes de comentar
esta extensa cita, nos referiremos a las afirmaciones de René Guénon a
propósito de la swastika:
"[...]
swastika, símbolo [...] de la Estrella Polar, que es ella misma el símbolo y,
para los masones operativos, la sede efectiva, del Sol central nacido del
Universo, Yah" (20), "el centro de que se trata es un punto fijo que
todas las tradiciones coinciden en designar simbólicamente como el
"Polo", porque en torno suyo se efectúa la rotación del mundo
representada generalmente por la rueda [...]. Tal es el verdadero significado
de la swastika, símbolo que encontramos difundido en todas partes, desde el
Extremo Oriente al Extremo Occidente, y que es esencialmente el "signo del
Polo". Ciertamente, es la primera vez que en la Europa moderna se da a
conocer su sentido real" (21).
Se advertirá en
primer lugar que los masones operativos no habían olvidado el significado
"polar" de la swastika. Se habrá notado, además, que mientras
ordinariamente la Estrella Polar es reconocible tan sólo con ayuda de la
constelación del Carro o de la Osa, el Maestro operativo de VII grado
"ve" directamente la estrella polar, siguiendo con la mirada el hilo
de plomo que, a través de un agujero en el pavimento, desciende hasta la
"cámara" subterránea, iluminada por un "rayo de luz" que
proviene de una lámpara azul colgada de la bóveda de la "cámara" superior,
en el punto donde está figurada la letra G.
El Maestro Masón
operativo se encontraba por lo tanto en una posición central simbólicamente
correspondiente al Polo terrestre y conectado al Polo celeste por medio de un
hilo de plomo, representante del Eje del Mundo. La denominación de "Cámara
del medio" se adapta también a la cámara del VII grado. El
"punto" más importante del Cielo estrellado, para el Maestro
operativo, era la Estrella Polar, en torno a la cual la Osa Mayor, que
esquemáticamente tiene forma de escuadra, traza en su revolución la forma de
una gammadia, o swastika celeste.
Recordando
finalmente la correspondencia establecida por René Guénon entre los Cielos y la
jerarquía iniciática, puede afirmarse que en el momento de la iniciación al
grado VII el masón operativo tomaba virtualmente conciencia de su conexión con
el propio Polo. En la Masonería especulativa, el lugar de la Estrella Polar,
que, recordémoslo, no estaba representada como tal en el techo de una Logia
operativa, está ocupado por la "Estrella resplandeciente" (blazing
star). Esta última es mencionada por primera vez en Masonry dissected, de 1730,
y es comúnmente interpretada como un símbolo del Sol, sea en las
"instrucciones" inglesas, sea en los "catecismos"
continentales; el Catecismo de Guillemain de Saint Victor refiere por ejemplo
las siguientes afirmaciones: "La estrella resplandeciente, el centro de
donde parte la verdadera luz [...] La estrella flamígera es el símbolo del sol
del universo".
René Guénon no
compartía esta afirmación, y en una de sus últimas reseñas precisó lo
siguiente: "[...] el significado de la Estrella resplandeciente es ante
todo microcósmico, e incluso hay casos en los que no podría tener otro, como
cuando está figurada entre la escuadra y el compás (cf. La grande Triade, cap.
XXI). Por otra parte, cuando uno se sitúa en el punto de vista propiamente
cósmico, la identificación bastante extraña entre la Estrella resplandeciente y
el sol constituye otra deformación, que por lo demás quizá sea intencionada,
pues está en manifiesta conexión con el cambio de un simbolismo primitivamente
polar a un simbolismo solar; en realidad, la Estrella resplandeciente no puede
ser identificada a este respecto sino con la Estrella polar, y la letra G
inscrita en su centro es por otra parte una prueba suficiente de ello, tal como
nosotros mismos hemos tenido ocasión de indicar (cf. igualmente La Grande
Triade, cap. XXV), y como también lo confirman las consideraciones expuestas en
el estudio del Speculative Mason que anteriormente hemos mencionado" (22).
Por otra parte, la expresión ritual "he visto la estrella
resplandeciente" se refiere de forma manifiesta al ritual de iniciación al
VII grado operativo, en el cual el Maestro "ve" la Estrella Polar. El
hilo de plomo que pende de la letra G ha sido abolido en los rituales
"especulativos", pero en su lugar se halla un símbolo axial que no
existía en los rituales operativos: la Escala de Jacob, representada en el
Cuadro de Logia. En cuanto a la swastika, nada ha quedado en los rituales
especulativos, a excepción de un "signo"; para los
"operativos" de la Worshipful Society, en cada uno de los grados hay
un "talismán" constituido por un número de escuadras equivalente al
número del grado: las escuadras eran colocadas a modo de brazos de la swastika,
y uno de los "signos de grado" que aún hoy usan los
"especulativos" implica precisamente que el iniciado ponga su brazo
en una posición equivalente a los brazos de la swastika.
La comparación
entre lo que ha permanecido de la tradición "operativa" y cuanto hoy
poseen los "especulativos" es suficiente para comprobar la medida de
la degeneración sufrida por la organización masónica y para hacer comprender la
necesidad de una restauración "operativa" (23), muchas veces
auspiciada por René Guénon. Las consideraciones expuestas llevan a la
conclusión de que aunque una Logia se halle efectivamente "a
cubierto", ello no es una barrera suficiente con respecto al mundo
profano, pues es indispensable la "covertura" de los Grandes
Misterios, simbolizados precisamente por el Cielo Estrellado. "El período
actual es un período de oscuración y de confusión; sus condiciones son tales
que, hasta que persistan, el conocimiento iniciático debe necesariamente
permanecer oculto, de donde el carácter de los "Misterios" de la
antigüedad llamada "histórica" [...] y de las organizaciones secretas
de todos los pueblos, organizaciones que confieren una iniciación efectiva allí
donde subsiste todavía una verdadera doctrina tradicional, pero que no ofrecen
sino la sombra de lo que eran cuando el espíritu de esta doctrina ha dejado de
vivificar los símbolos, que no son sino su representación exterior, y ello
porque, por distintas razones, todo vínculo consciente con el centro espiritual
del mundo ya se ha roto; tal es el significado más específico de la pérdida de
la tradición, y concierne en particular a determinados centros secundarios que
han dejado de estar en relación directa y efectiva con el centro supremo".
(Rivista di Studi
Tradizionali, nº 77, julio-diciembre de 1993)
NOTAS:
1. La mayor parte
de las informaciones que se refieren a los antiguos Catecismos masónicos
citados en este estudio han sido extraídos de la obra de Harry Carr The
Freemason at work, Londres, 1977.
2. Symboles
fondamentaux de la Science sacrée, p. 253, nota 1; p. 214, nota 7, ed. it.
3. Symboles
fondamentaux de la Science sacrée, p. 212, nota 2; p. 180, nota 5, ed. it.
4. L' homme et
son devenir selon le Védánta, p. 103, ed. fr.
5. Un breve
acercamiento al simbolismo metafísico del Cielo nocturno se encuentra en Etudes
Sur l'Hindouisme, p. 250 de la edición francesa.
6. "La
chaîne d' union", cap. LXV de Symboles de la Science sacrée.
7. L'Esoterisme
de Dante, p. 47, nota 2.
8. L' Esoterisme
de Dante, p. 12.
9. L'Esoterisme
de Dante, p. 24.
10. Etudes sur la
Franc-Maçonnerie, Tomo II, p. 304, nota 19.
11. Rev. John T.
Lawrence: Hig-ways and by-ways of Freemasonry, p. 259 y ss., ed. 1945.
12. En el Cuadro
de Logia diseñado por Harris, la Escala termina en la Luna rodeada por siete
estrellas; en otras versiones del Cuadro de Logia la meta es a veces distinta:
en el trazado por Jefferies, por ejemplo, es la constelación de la Osa.
13. Aperçus sur
l' Initiation, pp. 250 y 252.
14. Symboles fondamentaux
de la Science sacrée, p. 180; p. 148 de la ed. it.
15. Aperçus sur
l' Initiation, p. 65.
16. Le roi du
Monde, p. 61, cap. VII; p. 70-71 de la ed. it.
17. Symboles
fondamentaux de la Science sacrée, p. 141; p. 113 de la ed. it.
18. La Grande
Triade, p. 205; p. 200 de la ed. it.
19. Operative
Free Masons and operative Free Masonry, en "Transac-tions of the Lodge of
research N. 2429", Leicester, 1911-1912, pp.128-129.
20. Symboles
fondamentaux de la Science sacrée, p. 140; p. 112 de la ed. it.
21. Le Roi du
Monde, p. 19; p. 23 de la ed. it.
22. Etudes sur la
Franc-Maçonnerie, Tomo II, p. 178.
23. Con este
último adjetivo no debe obviamente entenderse, como algunos podrían estar
tentados de hacer, una restauración "del oficio", o que tenga estas
características, sino más bien esencialmente una restauración según el sentido
de la palabra "operativo", que muy claramente Guénon definió en el
capítulo "Operativo y especulativo" de Aperçus sur l'Initiation (p.
195): "la palabra "operativo" no debe ser considerada
exactamente como un equivalente de "práctico", en tanto que este
último término se refiere siempre a la "acción" (lo que además es
estrictamente conforme a su etimología), de manera que no podría ser empleada
aquí sin impropiedad; en realidad, se trata de ese "cumplimiento" del
ser que es la "realización" iniciática, con todo el conjunto de los
medios de diferentes órdenes que pueden ser empleados en vistas a ese fin"
[...] (la cursiva es nuestra).