GLOSA DE MUERO PORQUE NO MUERO, de Santa Teresa de Ávila
Vivo sin vivir en mí,
y de tal manera espero,
que muero porque no muero.
Estribillo tradicional
I. Desde que a Dios conocí.
Vivo sin vivir en mí
y tan alta vida espero,
que muero porque no muero.
desde que a Dios conocí.
Vivo tan fuera de mí
desde que sentí su Amor
que ya vivo en mi Señor
con quien vida y alma uní.
Y es tanto a él que me así
y en él tan alta vida espero,
que muero porque no muero.
II. Tan bello es lo venidero
No es Dios para mí prisión,
sí lo es ya esta dura vida,
que según tengo veída
la causa de mi pasión
lo tengo en mi corazón
y le siento tan frontero,
que muero porque no muero.
Estando falto de ti,
¿qué vida he de querer,
la dura de acometer
o la de amor que en Ti vi
donde es dulce amanecer?
Tan bello es lo venidero
que muero porque no muero.
III. Tan larga se hace esta vida
Tan larga se hace esta vida
donde andamos desterrados,
que siglos hay caminados
en cada hora sucedida,
¿cuándo vendrá la salida
del liberar venidero
si muero porque no muero?
Es la espera tan amarga
la venida del Señor,
con su dulzura de Amor
que cada hora se alarga.
¡Quíteme Dios sobrecarga
y castigo tan severo,
que muero porque no muero.
IV. La alta vida que espero.
Aquella vida futura
es la vida verdadera
tendré vida cuando muera,
por eso mi voz murmura
quiero vivir en la altura
del vivir más verdadero,
pues muero porque no muero.
Vida falsa que a la vida
de Dios que ya vive en mí,
y con quien yo ya me uní,
restas sólo mejor vida
quiero verte convertida
en la alta vida que espero
pues muero porque no muero.
Juan Pablo Mañueco
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