Artículo de Roberto Centeno: La revolución
política
EL
DISPARATE ECONÓMICO
04/02/2013
La única salida: una revolución política
Hasta aquí hemos llegado. Esta
farsa de democracia se ha terminado. Su prolongación artificial solo añadirá
mucha más miseria, mucho más dolor y muchas más lágrimas a los españoles. El
grado de descomposición y degradación moral de la oligarquía política depredadora
y corrupta, la que nos gobierna y la que está en la oposición, supera ya
ampliamente lo considerado tolerable en el mundo civilizado. Y todo ello dentro
del mayor desplome económico conocido por España en tiempos de paz, desplome
que se está acentuando y no moderando. El miércoles, ante un Parlamento de
aplaudidores y vendidos, Rubalcaba y Rajoy escenificaron con una desvergüenza
pasmosa un debate amañado, donde el primero pasó sobre ascuas por la corrupción
y el segundo ni la mencionó. Fue el hoy por ti y mañana por mí.
Los niveles de deshonestidad, tráfico de
influencias y malversación de caudales públicos han llegado a un nivel tal que no hay ni una sola institución que se salve. Es una
degradación generalizada, que precipita España hacia un abismo económico y
político insondable. Tenemos una crisis de Estado en toda regla y las crisis de
Estado se resuelven solo con el cambio del modelo político, que es justo lo
contrario de lo que pretende la casta. En concreto Rubalcaba, aún con el
partido desarbolado ante los nuevos escándalos, piensa que Rajoy está acabado y
ha pasado del “aquí no pasa nada” del miércoles al “a estos imbéciles nos los
pasamos por la piedra”, les cercamos las sedes en un remake del Prestige y del
11M, obligamos a nuevas elecciones, resucitamos el Frente Popular y –con los
votos de los separatistas, a los que ofrecería la
ruptura de España en cómodos plazos– volvemos a gobernar y repartimos de
nuevo las cartas.
Y entonces, ¿qué otras instituciones podían frenar el desastre? Absolutamente ninguna.
La jerarquía católica está de perfil, con su parte
nacionalista a favor de la destrucción de España, y el resto a ver por
dónde soplará el viento. El Ejercito, tremendamente descontento pero
desarticulado, es la única institución que todavía cree que la Constitución
está para cumplirse, por lo que no moverán ficha por el cambio de modelo
político. Habrá que ver qué hacen cuando la mafia política y la Corona decidan
rendir España ante cuatro familias catalanas acusadas de corrupción –y al por
mayor, nada de sobrecitos de 25.000 euros–. Y del monarca qué les voy a contar,
si hasta recibe a Mas, que se ha declarado en rebeldía con el objetivo
inamovible de la destrucción del orden constitucional y de España, y como está
quebrado viene a pedirle 12.000 millones para financiar su traición. El Rey, en
lugar de decirle que se los pida a la mafia rusa o a monseñor Sistach, le
escucha sin tirarle por la ventana. Es para no creérselo.
Un país así no puede seguir
¿Conocen la historia de Falciani? Era un alto
empleado del HSBC en Suiza que se vio sorprendido por una inusual entrada de
importantes capitales que eran borradas casi inmediatamente por un programa
llamado Hexagon, que no dejaba rastro. Intrigado por algo tan extraño incluso
para Suiza, rastreó el asunto y grabó en un CD 130.000 nombres que entregaría a Christine Lagarde,
entonces ministra de Finanzas de Francia. Con excelente criterio, Christine
clasificó las personas por países e hizo llegar las listas correspondientes a
los presidentes de Gobierno respectivos. La lista de españoles, presuntamente
con 659 notables entre empresarios, banqueros y políticos de todo signo, se la
entregó a Rajoy. Todos los países excepto Grecia y España hicieron pública la
lista y crujieron fiscalmente a los susodichos. Falciani tuvo que salir de
Suiza, ya que la violación del secreto bancario es un delito muy grave. Vino
España –¿por qué a España?, ¿acaso tenía nombres que pensaba que garantizaban
su seguridad?–, donde fue detenido y encarcelado en Gerona.
Tenemos una crisis de Estado
en toda regla y las crisis de Estado se resuelven solo con el cambio del modelo
político, que es justo lo contrario de lo que pretende la casta
Falciani se mostró dispuesto desde el
principio a colaborar con las autoridades españolas y parece que lo hizo a
tope, ergo aparte de la lista de Rajoy tiene que existir otra. El Gobierno
suizo pidió la extradición, pero esta no ha sido concedida y ahora está en
libertad provisional. Huelga decir que el Gobierno suizo está que fuma en pipa
con el español y ha paralizado sine die cualquier entrega de información. Y la
pregunta es: ¿Por qué no publican la lista? ¿A quiénes están protegiendo? Y no
estoy hablando de las de más de 30.000 personas que se acogieron a la amnistía
fiscal de buena fe, una lista que ningún Estado de derecho puede publicar como
pide la izquierda radical, ya que destruiría el último vestigio de seguridad
jurídica en España si es que queda alguno. Estoy hablando de los 659 notables
de la otra lista, que si son verdad la mitad de la mitad de los nombres que se
comentan, la casta política y las otras están acabadas. Rajoy tiene la
obligación de publicarlo como todo el mundo civilizado. Es más: exigimos que lo
haga ya.
Otra historia de la degradación inaudita de
España: la pasada semana tuve la ocasión de cenar en Londres con la responsable
del mayor fondo de pensiones del Reino Unido. Me dijo que veía muchas oportunidades
de inversión en España, donde muchos activos no se vendían sino que se
regalaban, y que habían estado dispuestos a entrar en muchas cosas, pero que
todo se había paralizado al ver las operaciones fraudulentas de la Generalitat
en Aguas de Llobregat y en el túnel del Cadí, donde se han saltado la ley y la
legislación específica vigente a voluntad. Si se fuman un puro con la
Constitución y los derechos humanos y no pasa nada, ¿qué no son capaces de
hacer con el resto? El resultado es que ya no hay un solo banco, fondo de
inversiones o privados dispuestos a invertir en Cataluña en particular y en
España en general, porque entienden que no existe seguridad jurídica alguna.
Si el presidente del Gobierno oculta el origen
del dinero y los nombres de los grandes evasores –porque presuntamente forman
parte de mafia política o empresarial–; si las comunidades ignoran la ley o la
cambian a voluntad cuando les conviene; si el presidente del Gobierno y toda la
cúpula de su partido están acusados personalmente de recibir sobres; si además
han llevado la nación a la bancarrota; si el déficit sigue fuera de control; si
la deuda es ya imposible de devolver; si
la recesión se está acelerando con el PIB oficial cayendo el doble de lo
esperado al 2,8% en tasa trimestral anualizada –que es la relevante–; si la
destrucción de empleo es imparable y si los bancos han experimentado una caída
de beneficios del 81% –el mayor desplome de su historia–, no hace falta ser
adivino para comprender un país no puede seguir así.
Un Gobierno provisional que haga la revolución
política
Y aparece Rajoy, un político del que no se
conoce que haya dicho aún una sola verdad o cumplido una promesa, y nos suelta
un discurso de una pobreza inaudita, llena de obviedades y lugares comunes que
no demuestran nada, temas discutibles
pero difíciles de probar para ganar tiempo 'hasta que escampe', su táctica
favorita, pero dejando silencios clamorosos. Es tremendamente significativo que no salga como un miura diciendo que va a
querellarse contra El País y contra todo bicho viviente. Ni siquiera que lo
haga contra Bárcenas pese a tenerlo tirado, ya que aunque los apuntes son muy
discutibles –aun siendo su letra, si esta correspondiese a apuntes de 16 años
estos serían necesariamente mucho más heterogéneos– su homogeneidad en casi un
80% sugiere que fueron escritos en dos o tres tardes. Ningún juez independiente
podría excluir la duda razonable.
No hay nadie dispuesto a invertir en Cataluña
en particular y en España en general, porque entienden que no existe seguridad
jurídica
“El PP no tiene dinero en paraísos fiscales”.
Hombre, don Mariano, nadie abre cuentas a partidos políticos. “No estoy en la
política por dinero”. Seguro, pero ¿y sus colegas de Gobierno y de partido? Que
el jefe de la oposición, el del Faisán, es un oportunista y un miserable, ¡vaya
novedad! Que sus declaraciones de renta y patrimonio están en orden, ¿quién
puede dudarlo? Afirma rotundo que se compromete a la máxima transparencia.
¡Pues demuéstrelo y empiece por publicar la lista de Falciani! No queremos su
declaración de renta, ¡queremos la lista de los 659 notables! Niega la
existencia de corrupción y afirma sin rubor que nos gobiernan personas honradas
e íntegras, cuando hasta los niños saben que vivimos en el mayor piélago de deshonestidad
de la historia de España y hasta el mismo embajador de Estados Unidos le ha
pedido que acabe de una vez con ella.
Lo cierto y verdad es que Rajoy ha hecho una
dejación absoluta de liderazgo, que no ha movido un solo dedo para detener el
tsunami de corrupción que asola todas y cada una de las instituciones y que, en
el colmo del cinismo, tiene la desvergüenza de defender la honestidad de Ana
Mato ignorando las pruebas irrefutables presentadas por la Policía. Y luego,
¿cómo puede tener la cara de defender la honestidad del Gobierno cuando el
ministro de Industria presenta en Consejo de Ministros una carta demostrando
presuntamente que su colega de Hacienda podría estar bloqueando su reforma
energética porque perjudicaba a Abengoa, sociedad de la Montoro había sido
asesor, y no hace ni caso? Un tema que supone el expolio de miles de millones
para los consumidores.
Pero es que, además, aunque en Génova estén
preocupados por los sobres porque les afecta directa y personalmente, Rajoy no
puede ignorar que muchos militantes importantes del PP están aterrados por algo
peor: los negocios del marido de la señora De Cospedal y los negocios de
Montoro y asociados, que podrían convertirse en un escándalo infinitamente
superior porque aquí hablamos de dinero de verdad, no de sobrecitos, y de otros
conseguidores cónyuges de ministros y ministras. El daño interno y externo que
el ·sostenella y no enmendalla· que este insensato está ocasionando es ya
inasumible.
¿Y cuáles son las opciones? La primera la que
quiere la izquierda: convocatoria de elecciones y reedición del Frente Popular
con la ayuda de los separatistas con la unidad de
España como moneda de cambio, algo que sería el apocalipsis en lo
económico y que, en el límite, podría llevarnos a febrero de 1936. La segunda
es un Gobierno de concentración presidido por alguien del PP. Gallardón ve aquí
su gran oportunidad, con el PSOE y otros partidos. Una opción querida por
muchos que puede engañar de nuevo a lo opinión pública y
dar tiempo a que la mafia haga un nuevo reparto de España como hacía Al Capone
con los barrios de Chicago. Cualquiera de las dos implica un gravísimo
problema porque no piensan cambiar las reglas del juego, no piensan convertir
España en una democracia y no se modificaría un ápice el modelo de Estado. Todo
lo contrario: la fragmentación se incrementaría. En estas condiciones la
quiebra de España está cantada.
¿Qué nos queda entonces? Solo hay un camino: un Gobierno provisional de tecnócratas y notables tipo
Monti, que intente detener el hundimiento económico primero y que someta a referéndum los dos grandes temas esenciales para recuperar la
estabilidad y la libertad: el cambio de la ley electoral y del modelo de Estado –es decir, una revolución de la libertad política–.
Evidentemente, esto es justo lo contrario de lo que quiere la mafia política,
pero hay un procedimiento que podría obligarles, un
escrito redactado por diez o quince personas independientes de reconocido
prestigio, no la legión habitual de los abajo firmantes, y demostrando la
situación de falta de democracia y de inviabilidad económica del modelo de
Estado. Después, se pediría el apoyo al mismo de todos
los españoles de bien que deseen la democracia, el poder elegir a sus
propios representantes, el fin de la corrupción y la salida de la crisis.
Si se consiguen dos o tres millones de firmas,
ese documento, perfectamente inútil ante las instituciones españolas, sería
presentado en Bruselas, Washington y Berlín, pidiendo
la ayuda para que presionaran al Gobierno y al rey para que autorizara los
referéndums por el cambio y la libertad. Como tienen cogidos por el cuello a
estos mafiosos, puede tener un impacto imposible de controlar por la casta y
sus medios afines. Es lo que algunos vamos a intentar, así que volveré a
hablarles sobre el tema.
Leer el artículo en la web
www.cotizalia.com