Legislación antifamiliar pone en peligro tu pensión
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Pues es bien sencillo: no aumenta el número de cotizantes y aumenta el número de beneficiarios. Los mismos a aportar, más a repartir. Con lo cual, dado lo chungo de las perspectivas del sistema público de pensiones a causa del invierno demográfico y el aumento de expectativa de vida, es como echar gasolina al fuego. De hecho ya antes de la promulgación de la ley del homomonio y de la equiparación de las parejas de hecho a los matrimonios a efectos de pensiones, se había producido alguna sentencia reconociendo prestaciones a causa de la “presión social”. En concreto a alguna viuda gitana: ya sabéis que a menudo los gitanos se casan por su rito, que no tiene validez civil, y entonces claro, luego las pasaban canutas para reclamar la viudedad. Ahora ya todo vale: te comentaba el otro día en plan coña que yo estoy por proponerle matrimonio a Manolo, un minero jubilado con una pensión de cojones que aparece con frecuencia por las barras de los bares que visito, yo creo que entre la silicosis y la mala vida le quedan dos telediarios. Y ya se lo he dicho: Manolo, tenemos que casarnos. Pues eso, que va a haber mucho fraude.
Contra lo que dice la propaganda del gobierno la llegada de inmigrantes no va a ser el balón de oxígeno que salve de la quiebra al sistema de pensiones: sus trabajos son muy precarios, a tiempo parcial, a salto de mata, con muchas lagunas de cotización y casi siempre con bases mínimas. Por otra parte el tan cacareado fondo de reserva a día de hoy no cubre más que unos cuantos meses. La previsión es que si las cosas siguen así cuando los babyboomers lleguemos a la edad de jubilación el sistema ya habrá quebrado a causa de la inversión de la pirámide demográfica.
Es cierto que en estos últimos años la creación de empleo ha sido grande, en términos de cotizantes varios millones. Pero casi todo mileuristas e inmigrantes, o contratos a tiempo parcial. Con lo cual se ha puesto un parche para sanear el sistema a corto plazo y constituir un modesto fondo de reserva, pero a largo plazo el peligro estructural sigue ahí: en unos años no habrá cotizantes suficientes para mantener a los pasivos. Hoy la relación es, grosso modo, de dos trbajadores activos por cada pensionista. Cuando la demografía conduzca a una relación 1:1 la situación de
¿Soluciones? En Alemania ya han empezado: retraso de la edad de jubilación, paulatinamente de los
La verdadera solución a largo plazo, si se quiere continuar con un sistema público de pensiones de los de “reparto”, esto es, de los que garantizan la solidaridad generacional por ser los cotizantes en activo los que sufragan las pensiones de los pasivos, es implementar políticas eficaces de protección de la familia y fomento de la natalidad. O sea, todo lo contrario del gaytrimonio, las inestables y poco comprometidas con la paternidad parejas de hecho y toda esa mierda experimental de nuevas formas “flexibles” de convivencia. Sólo la familia estable y como Dios manda garantiza un fecundo recambio generacional que sustente un sistema de seguridad social de reparto.
¿Pero, poniéndonos un poco conspiranoicos, qué es lo que quiere el sistema? Quiere que sobre el sistema público penda la espada de Damocles de la insolvencia para que el gran capital nos venda sus sistemas privados complementarios: “suscriba usted un plan de pensiones buen hombre, que la de
Vuelvo al tema. No lo tengo muy claro pero quizá cabría llegar a una solución “a la chilena” o al menos intermedia entre la capitalización y el reparto. Me explico: el sistema de reparto es el actual de
¿Qué hicieron en Chile? Bajo la supervisión de los ultraliberales Chicago boys de Milton Friedman, bajo la dictadura de Pinochet, lograron convertir el sistema de reparto en sistema de capitalización. En pequeñísima escala es lo que ha hecho también aquí sin ir más lejos
Ahora eso sí, aunque sea vender el alma al capitalismo rapaz, en plan consejo de amigo: contratad un sistema alternativo de pensiones al de
Claro que igual lo mejor es dejar que todo se vaya al carajo, invertir en pólvora como mejor plan de pensiones, y echarnos al monte a combatir el sistema antes de que llegue la edad de jubilación. Echándole huevos. A vida o muerte.
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