martes, 4 de noviembre de 2025
¿Quién gobierna en ti? (Aïon Célestial)
viernes, 26 de septiembre de 2025
miércoles, 24 de septiembre de 2025
domingo, 27 de abril de 2025
El centro (K.G. Dürckheim)
Camino de la vida
Karlfried Graf Dürckheim
José J. de Olañeta Editor 1999 Palma
lunes, 21 de abril de 2025
Sentido de la misión de la Ortodoxia Oriental (Boris Mourevieff)
GNOSIS
Cristianismo Esotérico
TOMO III
Boris Mourevieff
CS Ediciones
Callao 737 (1 023) BUENOS AIRES - ARGENTINA
Capítulo VII
Sentido de la misión de la Ortodoxia Oriental
Pp 88-91
En principio consideraremos algunas características de la
Organización de la Iglesia de Oriente. Mientras que la Iglesia
romana se funda sobre el principio de la unidad eclesiástica
y está sometida a un régimen aristocrático y monárquico
bajo la suprema autoridad del Soberano Pontífice, la Iglesia
ortodoxa tiene por base el principio democrático de la unión.
Esta es una unión federativa de Iglesias autocéfalas, es decir,
administrativamente autónomas, y reflejan, guardando toda
proporción, la autocefalía de las Iglesias primitivas.
Normalmente, cada Iglesia autocéfala es nacional en el sentido
que su juridicción se extiende a todas las diócesis comprendidas
en los límites del Estado sobre el territorio en el cual ejerce su
autoridad eclesiástica. Allí está, de alguna manera, el aspecto
temporal que asegura la comodidad de las relaciones entre la
Iglesia y el Estado. La creación de nuevas Iglesias autocéfalas
es por consecuencia siempre posible; por otra parte, es lo que
ha pasado en Polonia después de la primera guerra mundial,
paralelamente a la reconstrucción del Estado polaco. Y como
en la ortodoxia no existe una lengua litúrgica única,
contrariamente al caso del latín en la Iglesia católica, y que los
oficios son celebrados en las lenguas vivientes, el factor
lingüístico se coloca al margen del factor territorial en las
características de las Iglesias autocéfalas. De todas formas,
el último factor prima sobre el otro; es así que hay tres
Iglesias ortodoxas autocéfalas: la de Constantinopla, la
de Grecia y la de Chipre, que utilizan la misma lengua.
Las Iglesias autocéfalas se reconocen mutuamente como tales,
Cada una frente al conjunto y el conjunto frente a cada una. Sin
embargo, desde el punto de vista canónico, la Ortodoxia es una
e indivisible. Esta unidad está asegurada por un principio mayor
en virtud del cual la Iglesia ortodoxa, contrariamente a la Iglesia
romana, no admite una evolución dogmática.Desde este punto
de vista, se atiene a las decisiones de los siete Concilios
ecuménicos y no reconoce a los otros siete que han sido
convocados por Roma.
El sentido profundo de esta posición está contenido en el
principio, tácitamente admitido por toda la Ortodoxia, según el
cual la plegaria, y de una manera general el trabajo espiritual,
así como todos los esfuerzos que tienen por objeto la Redención,
tiene primacía sobre los problemas de disciplina, lo que,
prácticamente, excluye la necesidad misma de una innovación
dogmática; y ello. a su turno, se explica por el hecho de
importancia primordial -pero que a menudo pasa desapercibido
- de que en los ortodoxos, como en los musulmanes, la plegaria
es esencialmente una necesidad y no un deber.
Así se explica el comportamiento actual de la Iglesia de oriente.
Al contrario que en el caso de la de Occidente, la Iglesia
Ortodoxa no se mezcla con la vida exterior. Víctima de los
abusos del Estado desde la época de Constantino el Grande,
los ha aceptado como pruebas, considerando que sería
rebajarse al entrar en lucha contra lo temporal en el plano
temporal. Ateniéndose rigurosamente al plano espiritual,
siempre ha salido victoriosa de las persecuciones y de los
ataques más duros, sin jamás haber abandonado nada de su
pureza.
Tal actitud le ha sido posible porque, en principio, la Iglesia
Ortodoxa tiene muy pocos lazos con la vida temporal de la
sociedad humana. En este punto, ofrece un real contraste con
la Iglesia romana. En primer lugar es pobre: no goza de ningún
poder financiero, no tiene órganos de prensa, no se ocupa de
la enseñanza propiamente dicha y no regentea ni colegios ni
universidades "ortodoxas". No se encuentran ni partidos
políticos ni sindicatos "ortodoxos". Sólo en rarísimos casos los
prelados ortodoxos asumen cargos públicos y nunca han
aceptado militares. Las Iglesias autocéfalas, ni individualmente
ni en su conjunto, mantienen representantes diplomáticos
cerca de los Estados, y jamás han sustentado órdenes de
caballería religiosa, tales como los Templarios, los Teutónicos,
los Porta-Espadas, etc. La Iglesia ortodoxa jamás ha incluido en
su seno órdenes monásticas como las que se encuentran entre
los católicos: Benedictinos, Jesuitas, Dominicanos,Franciscanos
y otros. Cada monasterio ortodoxo es dirigido por un
Heugoumerzo (superior), surgido él mismo de la Iglesia
autocéfala en cuya jurisdicción está situada la comunidad, y el
mismo principio se aplica a los fieles: un ortodoxo cae
automáticamente bajo la jurisdicción de la Iglesia autocéfala en
cuyo territorio se encuentra. Es así que se expresa la unión
cspiritual de las Iglesias administrativamente autocéfalas.
En segundo lugar, la Iglesia ortodoxa jamás ha conocido la
Inquisición, que instituida por Santo Domingo, enciende las
hogueras en Europa durante seis siglos y origina "cruzadas"
de cristianos contra cristianos. Tampoco ha conocido, y menos
adoptado, la tesis católica del Mérito, con las Indulgencias
vencidas o acordadas.
La Iglesia ortodoxa no hace proselitismo ni envía misiones más
Que cuando se lo piden. Esta actitud puede tener sus partidarios
y sus adversarios, pero es, en todo caso, un hecho histórico.
Al Occidente le corresponde el mérito de haber difundido la
Palabra del Cristo en el mundo desconocido en los tiempos de
los apóstoles. Al Oriente le corresponde el mérito de haber
conservado en su seno la Gnosis revelada por Nuestro Señor.
Escolios (Nicolás Gómez Dávila)
Escolios
Nicolas Gómez Dávila
—Todo es trivial si el universo no está comprometido en una aventura metafísica.
— Si no heredamos una tradición espiritual que la interprete, la experiencia de la vida nada enseña.
— Nunca es demasiado tarde para nada verdaderamente importante.
— Hay que vivir para el instante y para la eternidad.
No para la deslealtad del tiempo.
— Las experiencias espiritualmente más hondas no provienen de meditaciones intelectuales profundas, sino de la visión privilegiada de algo concreto.
— Quien no vuelva la espalda al mundo actual se deshonra.
— Pensar como nuestros contemporáneos es la receta de la prosperidad y de la estupidez.
— Hacer lo que debemos hacer es el contenido de la Tradición.
sábado, 19 de abril de 2025
Mística fenomenalista (Boris Mourevieff)
GNOSIS
Cristianismo Esotérico
TOMO II
(Ciclo Mesotérico)
Boris Mourevieff
CS Ediciones
Callao 737 (1 023) BUENOS AIRES - ARGENTINA
INTRODUCCIÓN
Mística fenomenalista
P 13-14
Porque es posible obtener resultados, por así decir, esotéricos, pero impuros y, por consecuencia, falsos y pasajeros.
Hacemos alusión aquí a un vasto dominio del ocultismo donde los hijos de este siglo, más hábiles que los hijos de la luz, buscan aplicar su habilidad más allá dcl mundo visible. Se trata de lo que nosotros llamamos "la mística fenomenalista". Volveremos sobre ello más adelante.
En consecuencia, si el buscador parte de una posición negativa de insuficiencia e insatisfacción y se aproxima al dominio esotérico empujado por el deseo de encontrar directamente allí una satisfacción personal, en consecuencia impura, no podrá avanzar muy lejos por ese camino. Si insiste, será un fracaso, porque el error de concepción incurrido al comienzo, lo conducirá insensiblemente hacia esa "mística fenomenalista". Bajo su forma activa ya ha sido mencionada en el volumen I.7 7. Gnosis T 1, Cap. VI
*
Pp 23-24
El espíritu fenomenalista busca hechos en el trabajo esotérico, manifestaciones Que le confirman lo bien fundamentado de su trabajo o que, simplemente, satisfaga su curiosidad. Es allí que reside el escándalo y el peligro señalados. Porque es posible obtener, bastante fácilmente, los "hechos" desecados en el dominio del SI al que pertenece la Personalidad humana. Sin embargo, anclada sólidamente en el cuerpo físico, ella es generalmente incapaz de entrar correlación directa con esa plano. Aunque ciertas personas, llamadas sensitivas, tienen la facultad innata o adquirida de debilitar momentáneamente los lazos de la Personalidad con el cuerpo físico, y pueden, sin evolución esotérica alguna entrar en relación con ese plano - con las capas groseras del SI.A menudo los "hechos" así obtenidos son considerados por las personas que las buscan como provenientes del plano espiritual, o al menos de las capas sutiles del Y expresando la voluntad del Absoluto II, ya que él se encuentra en contacto directo con Él y colmado de Su Amor. El dominio del Y es el de las Individualidades, de los Santos y de las entidades de ese orden encargadas de misiones en los diversos planos. Por el contrario, el dominio del SI es una vasta reserva de entidades psíquicas sin contactos con el plano superior, comprendiendo, entre otras, las Personalidades desencarnadas que permanecen allí, esperando su segunda Muerte,29 equivalente negativo del segundo nacimiento 30 que se produce generalmente a los cuarenta días después de la muerte del cuerpo físico.
La Tradición Ortodoxa pone expresamente en guardia a los buscadores contra los contactos con ese dominio lleno de peligros y, sobre todo, de las peores ilusiones. En la práctica esotérica, plegarias especiales son dichas para evitar relaciones dc esa naturaleza y sobre todo las visones tan buscadas por ciertas enseñanzas, equivocadas, por su puesto. Esas plegarias están destinadas a evitar la caída en una trampa mística que se presenta de la siguiente manera.
Ocurre frecuentemente que entidades pertenecientes al dominio del SI buscan entrar en contacto con los humanos-más particularmente con aquellos que desean establecer una relación con el más allá. El objetivo de esas entidades es entonces intervenir en la vida terrestre para extraer de allí un aporte de
29. Apocalipsis XX, 6.
30. Jua11 III,8.
vitalidad para vaciar los deseos insatisfechos que han llevado más allá de su vida física.31
La potencia de la intervención de estas entidades está en función de la necesidad que encuentran. La Tradición Ortodoxa las clasifica en la categoría de diablitos. La aspiración a los "milagros" a las "visiones", etc.; crea una atmósfera favorable a su aparición que puede revestir formas variables, incluso perceptibles para los sentidos. Para darse importancia, esas apariciones toman a menudo nombres ilustres o bien de santos o arcángeles; llegan hasta remedar el nombre o aun el aspecto de la Santa Virgen o del mismo Cristo. La Filocalia y la Doctrina contienen numerosas descripciones de casos de ese género.
Por la Ciencia de los Indicios, la Tradición enseña el método que permite discernir esta categoría de fenómenos psíquicos tomados demasiado a menudo como provenientes realmente de planos supriores. Conviene subrayar sobre esto que en las búsquedas esotéricas, lo verdadero y lo falso se mezclan fácilmente en el espíritu fenomenalista del hombre culto de nuestra época. Confusión, por otra parte, facilitada por el medio general en que está colocado, el del Mixtus Orbis. Esta mezcla se manifiesta sobre todo en el dominio afectivo, generalmente desequilibrado en nosotros por la costumbre de la mentira, convertida verdaderamente en una segunda naturaleza. Habiendo perdido así la facultad innata de discernimiento inmediato de lo verdadero y de lo falso, el hombre, aun el más culto y más instruido, deviene singularmente crédulo, especialmente en el dominio "místico". Este desequilibrio nos afecta conforme a una ley. La credulidad es inversamente proporcional a la fe. En otros términos, más la verdadera fe, y en consecuencia la pura afectividad, es débil; más crece la credulidad, tomando a menudo formas grotescas. Podemos percibir en ese mecanismo el juego normal de la Ley General: inspira al hombre que busca el Camino, la idea de que ya se encuentra en él.
Éste es el mejor medio y el más banal que encuentra cl Diablo para desviar del camino estrecho que conduce al Camino, al buscador poco avezado. Jesús, Maestro de la Tradición esotérica, dice.:
¿Cómo podéis creer vosotros que amáis recibir la gloria los unos de los otros y no buscais la gloria que viene de Dios? 32
Cuando aceptamos la "gloria de los hombres", creyendo al mismo tiempo estar o marchar sobre el Camino, caemos rápidamente bajo el imperio de la ley del Equilibrio, a la que Jesús hace alusión cuando cita a los fariseos que hacían su plegaria en las calles, recibiendo ya su recompensa .33
31. 1 Corintios VII, 28.
32. Juan V, 44.
33. Mateo VI, 2.
