Pere Sánchez Ferré:
PRESENCIA DE LA TRADICION HEBREA EN LA MASONERIA
Una sociedad de tradición iniciática debe concebirse la francmasonería como una de las formas de expresión de la
tradición judeocristiana; sus diversos ritos y los contenidos de su cuerpo
doctrinal así lo evidencian. El origen de éstos, como el de la propia masonería,
-sociedad de tradición iniciática-, son oscuros, pero no porque sus miembros
hayan ocultado sus actividades como malhechores que conspiran en la sombra,
sino porque "nada puede nacer fuera de una envoltura"; porque la
Verdad no puede sernos descubierta, sino revelada y, finalmente, porque
"no hay amor sin pudor" (El Mensaje Reencontrado, prólogo. Louis
Cattiaux, Ed. Sirio, Málaga, 1987).
A fin de no destruir el cuesco y disecar la almendra, todas las auténticas
organizaciones íníciátίcas se han protegido cuidadosamente de la profanación
(clave de su supervivencia), al menos mientras se han desarrollado en
sociedades y culturas tradicionales. Por eso se dice que los masones
"trabajan a cubierto", en la logia, al "abrigo de las miradas
profanas", y donde "el silencio reina".
De las múltiples herencias conservadas o recuperadas y transmitidas por la
orden, cabe destacar, además de los elementos judeocristianos, los antiguos
misterios del mundo clásico, el pitagorismo, la alquimia y la cábala hebrea, de
la que nos ocuparemos en este trabajo.
Señalemos, antes de continuar, que la masonería no posee un cuerpo
doctrinal cerrado y dogmático, sino que a lo largo de su existencia ha ido
incorporando elementos de épocas y escuelas diversas. De esa herencia múltiple
surgieron los diferentes ritos y sistemas masónicos, los cuales evocaban,
mediante la práctica del ritual, un saber que, si bien no todos comprendían, a
todos cautivaba. Y si es cierto que la orden no hacia iniciados, sino masones,
éstos podían considerarse como símbolos de la verdadera iniciación y disponer,
además, de un contexto apropiado para la realización espiritual. Las otras
actividades propias de los afiliados a instituciones de ese tipo eran la
práctica de un oficio de hombre libre, la filantropía, la beneficencia, etc.
Los lugares comunes de la tradición europea
Aunque es difícil precisar en qué momento histórico y a partir de qué
canales la cábala hebraica fue introducida en la masonería, si podemos afirmar, de acuerdo con la historiografía
actual, que por lo menos desde la Baja Edad Media esas influencias son
comprobables. Así, a pesar de las muchas lagunas existentes, los intercambios y
las simbiosis, puede afirmarse que se llevan cabo en un contexto muy preciso,
al cual podríamos llamar el "espacio esotérico" europeo de la época.
Allí confluyen a lo largo de siglos, un número siempre importante de clérigos
imbuidos de judaísmo talmúdico (muchos de ellos masones), la Orden del Temple,
las corporaciones de constructores con sus logias -edificaban dos templos, el
interior y el exterior-, todos ellos en estrecha relación con los círculos cabalísticos
de Praga, Ámsterdam, Narbona, Toledo, Gerona,
Conviene recordar asimismo que, hasta el siglo XVIII, es relativamente
común que en los monasterios benedictinos y en otras órdenes católicas exista
una logia, de la que el Venerable Maestro es el propio abad.
En cuanto a la iniciación de judíos en las logias, éstos no fueron
admitidos abiertamente hasta bien entrado el siglo XVIII, aunque siempre de
forma minoritaria. Por otra parte, debe tenerse en cuenta que los judíos no fueron jurídicamente libres
hasta la Revolución Francesa y, a mediados del siglo XIX, muchas logias
europeas se negaban a admitirlos en su seno.
Así pues, es erróneo y tendencioso afirmar, como lo ha hecho la literatura
antimasónica (que es también antisemita y tradicionalista, pero raras veces
tradicional) que la masonería "cayó en manos del judaísmo
internacional" con el fin de «dominar el mundo». La mentalidad complotista
es muy vieja y el conspiracionismo -que es un concepto policiaco de la
historia- ha formado parte del mobiliario intelectual de las clases medias y de
la burguesía desde el siglo XVIII. Todo ello nada tiene que ver con el concepto
tradicional de historia ni con la espiritualidad viva de Occidente y no merece,
pues, que le prestemos más atención.
La tradición hebrea en la masonería
Algunos autores han sugerido que una de las
misiones que se habría impuesto la orden francmasónica sería la de unir los dos
testamentos en «una sola carne», por decirlo con palabras de San Pablo. Jean
Tourniac apunta que la masonería, con su constante melkisedeciana, habría de cumplir
una función abrahámica y, en ese sentido, noaquita, pues en ella podrían
confluir las tres grandes religiones monoteístas: la hebrea, la cristiana y la
islámica. Sea como fuere, lo cierto es que la cábala hebraica está presente en
la mayoría de rituales y catecismos de instrucción masónicos. Es en esa clave,
creemos, que deben interpretarse muchos de sus símbolos y enseñanzas.
El esquema que siguen todos los sistemas masónicos está basado en dos
templos; el primero es de madera, el Arca de Noé y el segundo, de piedra, el
Templo de Salomón, Noé e Hiram: dos constructores que nos remiten a dos
alianzas, porque en masonería edificar y deificar son sinónimos.
Los manuscritos masónicos más antiguos que se conocen, como el llamado
Regius (1390 aprox.) y el de Cook (1410) están basados en temas del Antiguo
Testamento, centrados en las figuras de Adán y Noé. En la mayoría de rituales
posteriores es común el empleo de palabras como Hejal, Debhir, Shadai, Elohim,
Jakin, Boaz, el Tetragrama, así como las referencias a la Shejiná, al Altar de
los Perfumes, y a los Profetas. En los grados superiores del Rito Escocés
Antiguo y Aceptado, el soporte simbólico e histórico de los rituales está
tomado en gran parte del Nuevo Testamento.
Tenemos así una masonería noaquita, de origen medieval, un segundo estadio
salomoniano y zorobabeliano y un tercero, que es también el de más reciente
aparición (siglo XVIII), caballeresco, neotestamentario y cristico -el
escocismo-, la versión inglesa del cual es el Knights Templar, los Caballeros
del Santo Sepulcro o los de San Juan Evangelista, entre otros.
Como sea que el tema es tan extenso como complejo y estas páginas pretenden ser sólo una primera
aproximación, nos ocuparemos únicamente de algunos temas puntuales (sic), que
consideramos de particular interés.
Los masones
Señalemos en primer lugar que la masonería utiliza el calendario
tradicional hebreo, con el nombre de los meses en esa lengua y su era es la de
la «verdadera luz», separada de la cronología profana. Anotemos también que las
palabras desempeñan un papel axial en todos los ritos y ceremonias y la gran
mayoría de ellas -nos referimos a las llamadas «palabras sagradas» y de «paso»-
son también de filiación hebrea.
Uno de los nombres con que los masones se designan
a si mismos es "hijos de la Viuda», lo cual está tomado de I Reyes XVII,
17 a 24, donde Elías resucita al hijo de la viuda de Sarepta; Hiram también es
hijo de una viuda de la tribu Neftalí (1 Reyes VII, 13-14) y en el Nuevo
Testamento (Lucas VII, 11-16) Jesús resucita el hijo de la viuda de Naim. Es de
interés señalar que "viudez" también significa en hebreo ser
despojado, abandono, desolación y puede asimilarse a nuestra condición en este
tiempo de exilio. También está relacionado con "mutismo", incapacidad
para articular palabras. Es así como el término "hijos de la viuda"
cobra su significado: los masones son aquellos que, mudos y despojados en este
mundo de exilio, esperan ser rescatados por el Profeta.1 En el ritual del
primer grado, el aprendiz declara que «no sabe leer, ni escribir», refiriéndose
obviamente, al Nombre completo e impronunciable y no a cualquier nombre.2
La noción de «palabra de paso», está tomada del pasaje bíblico donde se
relata que, en los vados del Jordán, los galaaditas obligaban a los de Efraim a
decir la palabra Shibolet para permitirles cruzar el río, pero como no la pronunciaban correctamente eran
degollados (Jueces XII, 4-6).
No es en modo alguno casual que la primera de las
«palabras de paso» en el rito escocés (grado 2°, porque el del 1 ° aún no la
hay) sea precisamente Shibolet, que significa espiga o prolijo como la espiga,
según el Tuileur de Vuillaume. También está relacionado con torrente y
multiplicación. En los ritos de Eleusis la espiga simboliza la luz sembrada en
el hombre desde su nacimiento y que produce todos sus frutos gracias a la iniciación.(3).
En un texto inglés de 1745, The Testament of a free maçon, comentado por J. P
Lasalle,4 la palabra de aprendiz es Shajar que significa aurora y también
oscuridad. Dice el Zohar, comentando el Bereshit, que cuando resplandezca para
Israel el sol de la liberación, sobrevendrán desgracias sobre desgracias,
tinieblas sobre tinieblas,
aludiendo al doble sentido que tiene en hebreo la palabra aurora y de lo
que ella es símbolo: luz para unos y tinieblas para otros.5
La logia, templo masónico
La etimología de la palabra logia es de raíz sánscrita (loka) y se asimila
a universo. Está orientada en sentido este-oeste y la sostienen tres pilares,
cuyos nombres están tomados del árbol sefirόtico: Fuerza (Geburá, Belleza
(Tiféret ), Sabiduría (Jojmá). Ello supone, según Jules Boucher, la existencia,
aunque invisible, de una cuarta columna; la Inteligencia (Βiná)(6).
En el grado tercero del escocismo la logia se
divide en dos partes, el Hejal, que es propiamente el templo, donde se lleva a
cabo la ceremonia y el Debhir ( el Sancta Sanctorum), separado por un velo.
Cuando éste es corrido aparece, resplandeciente,
Hiram ("vida elevada") resucitado. Anotemos que Debhir puede
significar también "palabra" o cosa ,lo cual está estrechamente
vinculado al misterio de la «palabra perdida», de la que luego hab1aremos.7
Un tema común a todos los Ritos es el de las dos columnas del templo
salomónico Jakin y Boaz situadas a la entrada de la logia y de las que hay una
descripción en varios pasajes bíblicos (1 Reyes VII, 21; II Reyes XXV, 13-17;
Jeremías LII, 20-23 y II Crόn. III, 15-17), además de la que nos ha dejado el
historiador judío Flavio Josefo (siglo I d. de Cristo) en sus Antigüedades
judaicas. De las citadas columnas dice el Zohar (III, 58a) que «los dos ríos secundarios que tienen su origen en el
río principal, (rio Vida) se bifurcan en dos direcciones, que son los nombres
de las dos columnas del Templo erigido a Salomόn: Jakin y Boaz. Todos esos ríos
circulan en un mismo grado, llamado el "Justo", como está escrito:
"Y el Justo es la base del mundo".
Jakin aparece en el Antiguo Testamento como hijo de Simeόn, el cual es a su
vez hijo de Jacob (Gén. XLVI, 10), mientras que Boaz es el marido de Rut,
ancestro de David (Rut IV, 13 a 22). Según ciertas versiones masónicas, estas
columnas son las destinadas a unir de nuevo la tierra y el cielo.(8)
El significado de Jakin es fundamento, erigir, del verbo "consolidar"
y el de Boaz es "la Fuerza" o "en la Fuerza".
Se han hecho muchas interpretaciones de las dos columnas, algunas de las
cuales son fruto de versiones muy personales.
El Rito Francés o Moderno, que ha expurgado y simplificado el escocismo, ha
invertido la situación de las columnas, de manera que Jakin es emplazada a la
izquierda y Boaz, a la derecha. Dicha innovación no está basada en la
tradición, cuya fuente en este caso es el Antiguo Testamento. Por otra parte,
en hebreo, la izquierda es siempre el norte y la derecha, el sur, lo que
implica inequívocamente que la orientación se toma, como su nombre indica,
volviéndose hacia oriente, hacia el este.
En los rituales, tanto medievales como modernos, figuran también otras dos
columnas antediluvianas. La tradición masónica registrada en el manuscrito de
Cook9 -ya citado-se dice que los hijos de Lamec, Jabel, Juba!, Tubal-Caín y Noemá (Gén. IV, 19-22) grabaron todas las
ciencias en dichas columnas, a fin de que fueran salvadas del diluvio. Jabel es
el primogénito y, de acuerdo con este ritual es el inventor de la geometría y
el creador de la masonería. Su nombre, en hebreo, significa "carnero"
pero también se le asimila al signo de Aries, al cuerno de carnero, a la
trompeta y al jubileo.
Tubal-Caín, padre de la forja, encarna el aspecto negativo. El Tuileur de
Villaume dice de Tubalcain que significa possessio mundana, es decir, el que
posee y disfruta de/en este mundo. El Filósofo Hermético Ireneo Filaleteo
afirma que las artes y herramientas de la estirpe de Caín son opuestas a las de
Set, porque la utilización de los metales de forma y con objetivos profanos es
una actividad asesina y fratricida.
De la hermana de Tubal-Caín dice el Zohar (1, 55a) que a Nοemá (dulzura) se la llama así en las Escrituras
para indicar que su cometido es «seducir a los hombres y los espíritus»,lo cual
ocurrirá hasta que «el Santo Bendito Sea purifique el mundo de los espíritus
impuros".
Volviendo a las dos columnas, el manuscrito Grand Lodge núm.1 (1583)
precisa que una de ellas era de mármol para que no fuera «quemada por ningún
fuego» y la otra de ladrillo, «para que no fuera anegada por ninguna agua».
También aquí se dice que Hermes, Padre de la Sabiduría, anteriormente llamado
Hermarines, halló una de las dos columnas(10). En el manuscrito Dumfries (1710
aprox.) volvemos a encontrar el mismo tema, que sin duda pertenece a la
masonería operativa medieval.
La masonería noaquita
Nos referimos a continuación a los rituales noaquitas, de origen medieval,
donde los protagonistas son Noé, sus hijos Sem, Cam y Jafet, el Arca, el
diluvio, el monte Ararat, la paloma y cierta piedra mística, entre otros
elementos. Muchos de ellos se conservan actualmente en los grados 13° y 21° del
rito escocés y también en el Royal Arch inglés. En los trabajos de este último
no figuran las Escrituras porque en la época de Noé -se afirma- éstas aún no
existían, aunque se lee el libro de Isaías.
En el grado 21° del escocismo la palabra de paso es Faleg que en hebreo
significa división y se pronuncia tres veces en tono lúgubre. La palabra
sagrada es triple: Sem, Car y Jafet;(11) los trabajos se llevan a cabo en luna llena y su luz es la
única que debe iluminar la logia, por medio de una única ventana, a imagen de
la que Dios hace abrir a Noé en el Arca.
Las Escrituras enseñan que cuando nace Noé, su padre Lamec dice de él:
«Este nos procurará el descanso» (Gén. V, 29). El Midrash Rabbá comenta este
pasaje como sigue: «...cuando pecó el hombre, (...) el buey y el asno no
obedecían al campesino y el surco tampoco. Cuando se levantó Noé descansaron».
Y en Exodo XXIII, 12, se dice: «durante seis días harás tu trabajo y el séptimo
descansarás, a fin de que tu buey y tu asno tengan descanso...» Por su parte, el Zohar (1, 58b) dice que Noé es el
anagrama de Gracia. Así pues, no hay bendición sin descanso, lo cual está,
además estrechamente unido al misterio de la Natividad.12
En cuanto al Arca, imagen del atanor entre los alquimistas, también
significa cofre, caja y palabra escrita. En un comentario sobre el Arca
contenido en el Zohar (1, 59b) se dice que «para salvar el mundo, Noé ha debido
encerrarse en una arca aquí abajo, de igual manera que ocurre en el misterio de
allá arriba». Continúa el texto afirmando que «Noé fue un hombre justo; pues
era la imagen de Aquel que es arriba, que también es llamado el 'Justo', del
que la Escritura dice:
Y el Justo es la base del mundo. Se le denomina así porque es la columna
sobre la que se sostiene el mundo. Esa columna es llamada el 'Justo'; Noé
también es llamado "el justd de aquí abajo".
Noé, que nació circunciso, se salva -continúa el Zohar- porque ha estado
escondido, a cubierto. Y gracias a su invisibilidad durante el diluvio, «Elohim no se acordó de Noé, porque los
bienes que el hombre esconde a ojos del mundo son colmados de bendiciones
celestes, pues todo lugar descubierto es accesible al demonio» (1, 64b).
El escocismo. La masonería caballeresca
Nos referiremos finalmente al grado 18° del
escocismo, llamado Soberano Príncipe Rosa-Cruz o también del Águila y del
Pelícano. Dicho grado, en el que culmina la masonería capitular o roja,
contiene algunos elementos básicos de la cábala, como la búsqueda de la Palabra
Perdida, cuya mitad el hombre arrastró en su calda.13 La cámara para trabajar
en este grado, en la versión del Rito de Kilvuining -uno de los más antiguos-,
cuenta, entre otros elementos, con una piedra cúbica, sobre la cual se deposita
una rosa marchita; una estrella flamígera con un buey a la izquierda y un
asno a la derecha, los dos con la cabeza vuelta hacia dicha estrella. La
primera palabra de paso es Immanuel "Dios en nosotros", y la segunda,
Zorobabel, que el Tuileur de Villaume traduce por "dispersio
confusiones". Zorobabel es el rey de Israel.
La palabra particular es I.N.R.I. o bien (yod, mem, yod); la palabra general es Rafadόn, derivada de
Rafidim. Este vocablo proviene del verbo rafá, curar, socorrer, reparar,
restablecer. Rafidim es el lugar donde acamparon los israelitas en su huida de
Egipto, en el que Moisés hizo manar agua de la roca (Exodo XVII, 1-7).
También se emplean otras palabras hebreas, como Salqtiel, Moabnn, Hiram y
Jehovch (14).
En la dramatización del ritual (con algunas variantes según los diferentes
sistemas) los caballeros se lamentan de que el Templo ha sido destruido.
Posteriormente, llegan a un lugar desierto, desolado y oscuro, en busca de la
Palabra perdida. Desean una nueva patria, (15) pasan por las tres virtudes
teologales (fe, esperanza y caridad, que también desempeñan un papel muy
importante en el ritual), recorren los cuatro puntos cardinales y se despojan
de toda impureza hasta que, abatidos y desanimados, en medio del
aniquilamiento, la agonía y la muerte, escuchan una "voz misteriosa"
en lo «más hondo de sus corazones". La ceremonia termina con la divisa de
la Compañía de Jesús, «A mayor gloría de Dios» (16).
En un ritual francés de 1887 se dice que, una vez restituida la Palabra
perdida, el hombre recobra «los derechos de su primitivo origen y la naturaleza
se yergue... Vemos pues, que la presencia de la tradición cabalística hebrea en
la masonería es tan evidente como importante. Nos parece fuera de duda que los primeros
creadores de las doctrinas y rituales eran poseedores de un auténtico saber
tradicional y en modo alguno estaban guiados por caprichos innovadores u
opiniones personales.
Asimismo,
podemos afirmar que los llamados trabajos de ritual no consistían en una simple
transmisión formal, sino que consistía el soporte de otra cosa. Conocemos la
importancia de las palabras en masonería, pero cuando entendemos que, en
realidad, esas palabras son nombres -como afirma J. F. Var-(17) entonces
empezamos a vislumbrar el hecho de que los masones de tradición hacían algo muy
importante en sus rituales y se transmitían una cosa relacionada con nombres.
Los
epígonos
Con el advenimiento de la contemporaneidad y la subsiguiente destrucción
progresiva y sistemática de todos los valores y las estructuras tradicionales,
también la masonería sufrió sus consecuencias, cuando no fueron los propios
masones (dirigentes de la orden en España, Italia, Bélgica o Francia, modelo de
todos ellos) quienes ocuparon las primeras filas de la profanación. (18).
También entre los judíos europeos penetró el
racionalismo materialista de las luces del siglo. A ello contribuyó
decididamente la proliferación de anuarios y publicaciones como Haskalá
-Ilustración-, continuadora de Ha-Me 'assef(1785-1797),
enfrentados abiertamente a la tradición talmúdica, a la cábala y al pretendido
oscurantismo jasidico. Por lo que a la masonería se refiere, lo sorprendente no
es que existieran organizaciones iniciáticas en Europa, sino lo que de ellas
hicieron, a partir del siglo XVIII, muchos y destacados masones. Más atentos a
las sirenas del materialismo, de las revoluciones y después del positivismo,
que no de aquella "voz misteriosa" que debían buscar dentro y no
fuera de sí mismos, participaron eufóricos en la subversión general, tal vez
con la
vana esperanza de que, transformando el mundo se
transformarían a sí mismos, de manera que una «sociedad nueva" producirla
también un "hombre nuevo". Así se abrieron las puertas a todas las utopías políticas
-versiones múltiples del milenarismo secularizado- y a todos los extravíos de
la modernidad antitradicional. Los geómetras se convirtieron en moralistas, los
misterios sacros degeneraron en teatro para entretener burgueses, las danzas sagradas en ballet y bailes de salón;
los himnos religiosos en canciones y tonadillas de iglesia, el poder mágico en
estética y "arte creador", los mitos sagrados y los libros revelados
en literatura y la historia dejó de explicar las relaciones entre lo que es en
el cielo y lo que acontece en la tierra.
A lo largo del siglo XIX, una mayoría de masones
asistían o tomaban parte con entusiasmo en el penúltimo asalto contra sus
propios orígenes. Esa es una historia conocida. Como colofón, la historiografía
positivista se dedicó con precisión y esmero a historiarlo todo: historia de la
tierra, del hombre -el darvinismo-, de las religiones, de
Jesucristo, etc. Historiar la revelación, hacer la crónica de la eternidad era
-al menos eso creían- una forma segura (puesto que era científica) de minar la
base en que se asentaba el pensamiento religioso y la tradición espiritual de
Occidente. Pero no todo ocurrió como los paladines del materialismo esperaban.
1 En latín la palabra viuda expresa igualmente el
sentido de vacío y privación. En este sentido, se dice que ni Israel ni Judá
son "viudos" porque no están privados de su Dios. Para otras
versiones del tema véase J. Boucher, La Symbolique inaconnique, DervyLivres,
págs. 280-283.
2Εn la versión griega de la II Epístola a Timoteo
podemos leer (II, 15): Procura cuidadosamente presentarte ante Dios (...) como
obrero (...) que traza bien la Palabra de verdad.
Deletrear, grabar, trazar, son términos que la masoneria utiliza para designar lo referido a
la escritura y la ciencia de las letras, lo cual está relacionado con la
«Palabra perdida» y, según René Guénon, con el arte de la alquimia. Este
excepcional erudito de la tradición perteneció a la masoneria. Estuvo afiliado
a la logia Thébah, de la Gran Logia de Francia y en 1908 ingresó en la logia
parisina «Humanidad», que trabajaba en el Rito Nacional Español (en realidad es
de Memphis y Misraim), cuya obediencia -la Gran Logia de España- auspiciaba por
entonces dos logias en Barcelona. Véase sobre masonería, sus obras Aperçus sur
l'initiation y Etudes sur la Francmaconnerie et le compagnonnage, 2 vols.
3Ver V Magnien, Les Mystéres d'Eleusis, Ed. Payot, París,
1950, pág. 235. Manuel magonnique ou Tuileur des divers rites de maconnerie,
París, 1830, reeditado por Dervy-Livres en 1983. Obra anónima de gran
interés, en la que se aclaran o corrigen errores que ya por entonces contentan
muchos rituales.
(4).The testament of a free macen ou le
testament du Chevalier Graaf, comentado por J. P Lasalle en Les
sources judéo-chrétiennes du noachisme maconnique, «Travaux de la Loge
Nationale de recherches Villard de Honnecourt», núm. 15,1987, págs. 188-192.
5La palabra de compañero (2° grado), es
Tzahoraim -mediodía-, y la del 3° grado (maéstrο)
es Hakalkallah que, según el ritual, significa
laberinto, tal vez porque, en hebreo hakalkalot
-añade
Lasalle- se refiere a deformar la ley y hay un juego de
palabras entre ésta y Ekel, trenzar unα
trama. L. Cattiaux (en El Mensaje Reencontrado V, 9494') nos habla así de estas dualidades: «La ciencia de Dios se reviste de unα
mascara
aterradora a fin de alejar a los hombres pusilánimes. Bajo el hedor de la
muerte se oculta el perfume de la rosa».
6Jules Boucher, op. cit., págs. 98-102.
7Sobre el Hejal, dice el Zohar (I 94b) que esta palabra significa «allí
está todo»; que es «el más alto de todos los grados» y que es el tabernáculo
«quien hace la unión de todo». Véase también LA PUERTA, Simbolismo, 1988,
págs. 75-77.
8Le symbolisme, I, núm. 1, octubre de 1912, pág. 68, L. Cattiaux se refiere
a ellas con estas palabras: «Buscamos las dos columnas del Templo y las tenemos
ante nuestros ojos y bajo nuestras manos, pero nuestros corazones están
oscurecidos...» (El Mensaje Reencontrado XXI, 19).
(9).Existe una traducciόn francesa de este manuscrito, realizada por André
Crépin: Les manúscrits Regius et Cooke, «Travaux Villard de Honnecourt», núm.
6, 1983, págs. 92 y 55. En el de Cook se alude repetidamente a Euclides y a
Isidoro de Sevilla y sus Etimologías, así como a Hermes y Pitágoras, los cuales
-dice el manusrito- encontraron las dos columnas antidiluvianas y «enseñaron
las ciencias que en ellas se encontraban escritas». También se dice que los
hijos de Israel aprendieron el arte de la masonería - constrυcciόn- en Egipto.
10Mazet, Edmond, Le manuscrit Grand Lodge núm. 1 (1583), Travaux Villard de
Honnecourt», núm. 10,1985.
11Tuileur de Vuillaume, pág. 160. Sem se traduce por nombre, Cam, caliente
o también, según el Tuileur, negro, tenebroso (niger). Jafet es traducido como
bello (pulcher), aunque también se le puede relacionar con hacer espacio,
ensanchar (en hebreo), como se indica en Gén. IX, 27. La Vulgata, casi siempre
fiel al original hebreo, traduce el fragmento como sigue: Dilatet (ensanche)
Deus Iapheth, et habitet in tabernaculis Sem. Los tres nombres pueden
interpretarse también como las tres partes de que está compuesto el ser humano.
12Véase
al respecto El descanso del buey y del asno, LA PUERTA, núm. 9, 1982-1983,
págs. 34-37 y Observaciones sobre el asno fílos6 fíco, LA PUERTA, Simbolismo,
1988, págs 20-24.
13Para la version griega del tema,
véase Zeus
infernal, LA PUERTA,
núm.
21,1985-86, págs.
13-19
y el cuento Riquete del Copete con una introducciόn de E. H., LA PUERTA, núm. 13, 1983-84, págs. 28-50.
(14)Tuileur de Villaume, p. 147.
15Una
«nueva patria" (ver Gén. XXXI, 13) debe interpretarse aquí como una nueva
filiacίόn, puesto que la etimología de esta palabra no. remite a padre
"pater".
1 όΕn un ritual inglés fechado en
1722 se dice que «los Misterios de la
masonería
son los mismos de la Religion Cristiana, escondidos
bajo emblemas o por medio de alegorías".
Más
adelante se asimila la escuadra y el compás al Antiguo y al Nueva Testamento. 17Ver,
Jean-Francoís, Ahiman Rezon et la Grande Loge des Anciens, «Travaux Villard de
Honnecourt", núm. 15,1987, pág. 145.
(18). Sobre las sociedades secretas afirma L. Cattiaux:...muchos conocen la
tonada, pero pocas tienen la canciόn... En su origen esas sociedades estaban
formadas por
Adeptos, que transmitían
ritos y símbolos susceptibles de poner a un sucesor sobre el camino..., LA
PUERTA, núm. 10,1983, págs. 4-44 y también El Mensaje Reencontrada XXI, 29: Los profanos se han infiltrado en todas partes y ahora mandan en el mundo, en las iglesias y en las
sociedades iniciáticas.
Texto
publicado en "La Puerta": "Cábala", Obelisco, Barcelona,
1989.
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