miércoles, 30 de enero de 2019

SCHOUN versus GUÉNON (Federico González)

SCHOUN versus GUÉNON


Esoterismo Siglo XXI.  Entorno a René Guenon

Federico González

Muñoz Moya y Montraveta, editores. Sevilla 2000




SCHUON VERSUS GUENON (final) 4 (Federico González)


SCHUON VERSUS GUENON (final)
COLECTIVO REDACCION






En este mismo sentido y con análogo tono también apareció el artículo "¿Un hombre 'todo-terreno'?" de Ziauddin Sardar, en la conocida revista islámica en lengua inglesa Impact International (December 1993: "A Man for All Seasons?"): 
"Tanto Frithjof Schuon como Hossein Nasr son vastamente conocidos por sus escritos sobre Sufismo. A lo largo de sus numerosos libros, Schuon se ha promovido como eminencia del Islam y reputado maestro Sufí. Nasr, por su parte, defendiendo la tradición contra la modernidad y difundiendo las ideas de Schuon se ha convertido en uno de los autores más populares del islamismo. Los Essential Writings son un concentrado de las ideas de Schuon y constituyen, por extensión, el pensamiento de Nasr, en tanto que la versión de Mark Koslow, mimeografiada y distribuida únicamente a ciertas personas, aporta otro tipo de información sobre su mundo. 
"Frithjof Schuon, según Nasr, es 'el transmisor más importante de las doctrinas tradicionales' y 'un metafísico del más alto orden comparable con los más destacados de la historia'. Es más, Schuon es mucho más que un simple 'metafísico': es 'teólogo, filósofo tradicional y lógico, un maestro en la disciplina de la religión tradicional, transmisor del arte y la civilización tradicionales, una autoridad en el conocimiento del hombre y de la sociedad, un guía espiritual y un crítico del mundo moderno, no sólo en su aspecto práctico sino también en sus aspectos filosófico y científico'. Sus obras son 'completas y holísticas en cuanto a que incluyen prácticamente la totalidad del conocimiento, entendido éste en un sentido tradicional, desde sus elevados orígenes metafísicos en comunión con la infinita extensión de los cielos hasta ámbitos concretos como la teología formal, la antropología y la psicología'. Su perspectiva es 'verdaderamente universal puesto que abarca todos los órdenes de la realidad, desde lo Divino hasta lo humano'. Este ser sublime y suprahumano se presenta ante nosotros con la 'visión pura de la Verdad'. Nasr, en Knowledge and the Sacred - SUNY, 1989, es todavía más preciso: 'Schuon parece ser él mismo el intelecto cósmico, parece estar impregnado por la energía de la gracia divina, analizando toda la realidad circundante y dilucidando todos los aspectos de la existencia humana a la luz del conocimiento sagrado' (p. 107). 
"Pero, ¿qué sabemos sobre este 'intelecto cósmico'?. Nasr admite que 'no se sabe mucho sobre este gran metafísico y maestro espiritual que prefiere permanecer apartado de la mirada pública', pero lo que Nasr mismo decide transmitirnos sobre su vida es incluso menos de lo que aparecería en una biografía standard en la contraportada de una edición de divulgación. Nacido en Basilea, Suiza, en 1907, Schuon mostró indicios de genialidad desde un buen principio. Allá por sus veinte años ya dominaba la filosofía griega y la metafísica oriental, y consecuentemente dejó la escuela a los dieciséis. Viajó a Marruecos y conoció al Sufí Shaikh Ahmad al Alawi. En 1968, visitó Turquía y tuvo la oportunidad de ver 'la Morada de la Santa Virgen en Kusadasi, cerca de Efeso'. En los indios norteamericanos 'vio algo de la nobleza y la majestuosidad de la Tradición Primordial' y emigró a América en 1981. (...)" 
'Es importante mencionar el rol central que el único ser profético femenino de este mundo, a saber la Virgen María, posee en el universo espiritual de Schuon. Se ha expresado con elocuencia sobre ella, no sólo en el Cristianismo y en el Judaísmo a lo largo de la casa de Aarón, sino también en el Islam donde se la conoce como la mujer escogida por Dios entre todas las demás. Schuon habla de la inviolable pureza de la Virgen, de su receptividad al Mensaje Divino, de su santidad primordial, de su eterna misericordia, de su personificación de la Sabiduría Divina y de su belleza que salva e infunde gozo paradisíaco y beatitud al alma, como alguien que ha experimentado él mismo la gracia Mariana. De hecho, es imposible comprender su universo espiritual sin considerar la importancia de este elemento femenino del Logos Universal encarnado por María en el universo Abrahámico'. (Essentials p. 22; énfasis añadido). 
"Schuon es seguramente el único que ha experimentado esta 'gracia'. Pero ¿qué es la 'gracia Mariana'?, y ¿cómo y cuándo adquirió el privilegio de experimentarla? Ni Nasr ni las más de 500 páginas de la prosa de Schuon son de ninguna ayuda al respecto. Sin embargo Nasr nos dice que además de 'escribir las más preciosas páginas de espiritualidad viviente en relación con la Virgen María, tanto en el Cristianismo como en el Islam', Schuon es también un pintor de renombre: sus pinturas están 'llenas de figuras femeninas de indias norteamericanas o de imágenes de la Virgen, tema de todas sus pinturas 'no-indias' '. 
"En el verano de 1991 se hizo evidente que hay aquí mucho más que un 'genio' que a diferencia de cualquier otro 'simple ser humano' nos sobrepasa a todos 'tanto en las artes metafísicas como plásticas'. El Herald Times de Bloomington, Indiana, en la primera página de su edición del 15 de Octubre de 1991, declaró: 
'A sus 84 años, el líder de una secta religiosa ubicada en Inverness Woods al sureste de Bloomington ha sido gravemente acusado de pederastia y de una larga serie de delitos sexuales en conexión con el presunto abuso sexual contra tres jóvenes adolescentes durante los ritos de la secta... Frithjof Schuon -del 3700 de la Inverness Farms Road- fue el principal acusado de los tres cargos dictados por el gran jurado del condado de Monroe...' 
"Dos días después el sargento Jim Richardson, de la Policía Estatal, declaró al Herald Times que, en sus investigaciones, había interrogado a 30 personas en conexión con el caso y que su conclusión fue que Schuon era un hombre poderoso y distante, 'obsesionado con la desnudez' y que animaba a sus seguidores, vestidos con atuendos indios, a realizar rituales durante los que se apretujaba contra las mujeres, que llevaban el pecho descubierto, mientras les ponía las manos en los senos'. En el registro de su domicilio se encontraron 'fotografías de miembros de su grupo desnudos o semi desnudos participando en danzas rituales'. (…) El 20 de Octubre, Nasr, en defensa de Schuon, explicó al Herald Times, que 'Schuon pertenece a otro mundo. Él es, en realidad, un hombre premoderno'. El 21 de Noviembre, el periódico declaró que el fiscal Bob Miller había retirado los cargos contra Schuon alegando falta de pruebas. Después de todo un escándalo de cargos y descargos, su ayudante David Hunter finalmente acató la decisión. 
"A pesar de los méritos y deméritos de la acusación, la investigación reveló ciertos datos importantes sobre Schuon. Había instaurado una tariqa, hasta ahora desconocida, en torno a la Virgen María. La desnudez era una parte importante de los rituales (dhikr?) de esta tariqa. Y a pesar del lenguaje y la terminología utilizadas, la innovación de Schuon realmente tiene muy poco que ver con el Islam o con el Sufismo. 
"El caso contra Schuon fue llevado por Mark Koslow, un antiguo discípulo y miembro de la Tariqa Mariamiah. Koslow fue iniciado en la tariqa en Junio de 1989. 'Me fueron dados en rápida sucesión', dice Koslow, 'el quinto y sexto temas de meditación, la Alquimia de la Danza Primordial, y la Alquimia Sexual. Estudié pintura con Schuon y pinté cinco íconos bajo su dirección'. Mientras fue miembro de su tariqa, Koslow creyó que Schuon era un 'profeta, un Avatara de la misma categoría que Salomón o incluso superior'. Pero su desilusión posterior y su implicación en un triángulo amoroso con Schuon y una de sus mujeres le forzó a dejar la secta. Su 'Account of the Schuon Cult' ('Historia del Culto a Schuon'), dice Koslow, fue escrito 'para ayudar a los miembros de la secta a dejarla'. 
"Koslow pone al descubierto una gran cantidad de detalles desagradables. No obstante, prácticamente la totalidad de lo que dice tiene relación directa con lo que Schuon mismo ha escrito y con lo que Nasr nos ha mostrado a través de seductoras, aunque bien camufladas, insinuaciones. Por ejemplo, Koslow dice que Schuon es una figura autoritaria que dice poseer la cualidad de saber todo acerca de las personas basándose en su fisionomía. Tanto dentro como fuera de la secta, clasifica a las personas de acuerdo con la teoría de las castas hindúes: 'sacerdotes, guerreros, comerciantes, artesanos, tipos sin casta 'chandalas', o según las categorías gnósticas de pneumático, psíquico e hílico'. Todo ello es fácil de deducir simplemente leyendo su libro Caste and Races (Castas y Razas) - Perennial Books, 1982- donde sugiere que el concepto de casta es el principio cosmológico del universo y que el sistema hindú de castas está basado en 'los atributos naturales de la humanidad'. Explica que las razas poseen características distintivas humanas y naturales, y que todo ello se revela en los rasgos físicos de las personas. No es extraño, pues, que un hombre que cree que la jerarquía social es un principio divino estructure su propia secta según una estricta jerarquía. Koslow dice que Schuon insiste en que sus discípulos 'vean la historia como el camino que nos conduce a Schuon'. De hecho, ¡Nasr mismo se expresa literalmente en estas mismas palabras! Según Koslow, Schuon recalca que los miembros de su secta deben leer únicamente sus libros -los demás no tienen ningún interés. Y lo cierto es que ¿habéis visto alguna vez un gurú que diga lo contrario? 
"La Biblia de la Tariqa Mariamiah es Memories and Meditations de Frithjof Schuon. A los discípulos se les entregan fragmentos de Memories en función de su nivel, y solamente los más avanzados poseen el libro completo. Es un libro susceptible de ser ampliado indefinidamente y sirve no sólo como guía de comportamiento para los miembros de la secta sino también como libro teórico. En él, a medida que el comportamiento de Schuon se vuelve más y más escandaloso, a medida que sus reivindicaciones se vuelven más y más absurdas, van apareciendo las justificaciones metafísicas convenientes. En una sección titulada Sacred Nudity (Desnudez Sagrada) se nos informa sobre su experiencia con la Virgen María: 'En mi viaje a Marruecos en 1965, sufriendo de asma, encontrándome enfermo y prácticamente a las puertas de la muerte... experimenté el bendito contacto con la Virgen Celestial. El resultado fue la inmediata e irresistible necesidad de estar desnudo como lo estaba su hijo. A partir de entonces andaba desnudo tanto como me era posible; en realidad, la mayor parte del tiempo'. Koslow explicaba así esta Gran Visión: 'la Virgen descendió sobre él, desnuda, y confortó su sufrimiento consolándole con su sexo, el cual exhibió para él, reconfortando su corazón'. Por consiguiente, no fue solamente una experiencia espiritual sino también sexual. Y desde entonces empezó a tener otras visiones. Su segunda visión sucedió en la Nochebuena de 1985: 'Escuchó cantar el Ave María a un lado, y al otro Ya Maryam alayk’l salam ya Rahman, ya Rahim. Él era como un niño. Sintió a la Virgen tocándole la espalda con sus pechos y, extendiendo sus piernas, le atenazó con ellas por atrás. Él le puso las manos en los muslos'. Ya Maryam… se ha convertido en la oración del culto: se encuentra después del índice en la edición de SUNY de la obra de Nasr Knowledge and the Sacred, pero ha sido eliminada de la edición malaya del libro. En otras visiones decía haberse encontrado con todos los profetas, Buda, Kali y Pte San Win, la Mujer Bisonte Blanco de los indios Sioux a la cual le atribuyen la entrega de la pipa sagrada: 'Pte San Win estaba desnuda en un mihrab (en una mezquita) y se elevó con ella en el aire, estrechándola entre sus brazos'. Memories and Meditations describe estas visiones y explica el significado que tienen para Schuon y sus discípulos. 
"Después de las 'Memorias', sus pinturas se convierten en el segundo foco de atención de las meditaciones del culto. Según Koslow, las pinturas 'se muestran a los fuqara por orden jerárquico'. La clasificación es la siguiente: 1) pinturas que pueden ser vistas por todos, 2) pinturas de acceso restringido que no todo el mundo puede ver, 3) pinturas esotéricas o tántricas reservadas únicamente a la élite o círculo más íntimo. 'La mayoría de las pinturas esotéricas son aquellas en que Schuon aparece desnudo para que pueda contemplarse su miembro viril, y especialmente aquellas en las que este se encuentra en el punto focal del cuadro'. Otra categoría dentro de 'las pinturas más esotéricas incluye las de Pte San Win, la Mujer Bisonte Blanco de los Sioux, y Lallah Yogishwari, una santa hindú desnuda'. Les dice a sus discípulos, nos explica Koslow, que mediten sobre estas pinturas, y a sus seguidores que oren ante su retrato para obtener 'barakah' y para que sean atendidas sus plegarias. 
"He visto fotografías de muchas de estas pinturas y fotografías de Schuon desnudo. Muchas de sus pinturas, al estilo de ícono, muestran a Schuon como Avatara, Cristo, Shiva, el Gran Espíritu de los nativos americanos, a menudo con sus genitales como punto focal, los ojos cerrados, de pie con los dedos de la mano izquierda formando un círculo, u otras veces sentado en la posición del loto. Uno de los cuadros muestra a Schuon de rodillas con las piernas abiertas de modo que sus partes íntimas cuelgan libremente, realzadas con una luz dorada que le llega desde atrás. También hay numerosas pinturas de sus diversas visiones de la Virgen María en las que aparece él como su amante o su hijo. En sus pinturas va vestido de indio americano, está meditando y, siempre conscientemente, posando de tal forma que se pueda tener plena visión de sus genitales colgando. 
"También hay pinturas y fotos de su cuarta 'mujer'. Schuon tiene cuatro mujeres, pero con la excepción de la primera, dice Koslow, todas las demás son 'matrimonios intrínsecos', lo cual significa que simplemente él mismo las declaró esposas suyas al tiempo que continuaban casadas con sus maridos originales. Por orden cronológico, sus mujeres son: Latifah (Catherine Schuon), Hamida (Barbara Perry), Aminah (Maude Murray) y Badriyah (Sharlyn Romaine). Las pinturas y fotografías de Badriyah la muestran como la Virgen María, Pte San Win, como ella misma en varias poses meditativas, siempre desnuda, con sus partes íntimas dibujadas con gran esmero o colocadas como centro de la imagen. 
"Luego, naturalmente, como corresponde a cualquier tariqa Sufí, está el dhikr. Pero un dhikr no siempre en nombre de Dios: a veces en nombre de 'Isa Nurudin Ahmed', el nombre 'musulmán' de Schuon. En Diciembre de 1990 y Enero de 1991, según Koslow, se enseñó a la mayor parte de los fuqara a recitar la siguiente oración:   
 
'Oh Isa, hijo de María, la paz esté con vos, 
El sol es la vestidura de vuestro cuerpo 
La presencia de lo Más Sagrado sana las heridas. 
Vuestro cuerpo es el velo del perdón eterno, 
y la misericordia descendiendo sobre la humanidad.' 
"La oración es en árabe y, siendo discípulo de la secta, así es como le enseñaron a Koslow a interpretarla: 'El cuerpo de Schuon, al igual que el de Cristo, sana a la gente; también se identifica el cuerpo de Schuon con el más alto nombre de Dios, con lo más Sagrado, como si Schuon fuese un Dios'. 
"Esta plegaria es muy habitual en las 'reuniones primordiales'. Koslow, que dice haber estado en cuatro o cinco de estas reuniones, nos explica que se dividen en tres categorías: '1. Días indios para visitantes y para los de fuera del círculo íntimo, en los que las mujeres visten algo parecido a una especie de bikinis 'indianizados'. 2. Reuniones del círculo íntimo (alrededor de 50-60 personas) y visitantes 'cualificados'. Aquí las mujeres no llevan ningún vestido, excepto un ligerísimo taparrabos que no oculta prácticamente nada, o bien lucen joyas indias y llevan el pecho al descubierto. Se realiza el rito de la pipa sagrada (con Badriyah vestida como la encarnación de Pte San Win, la Mujer Bisonte Blanco). 3. Esta reunión se realiza completamente al desnudo, las danzas son más sugestivas y algunas de ellas, originarias de Sudamérica, se ejecutan con un peculiar atuendo de plumas de papagayo'. Hay muchas danzas, pero Schuon tiene sus favoritas. 'En la primera de ellas, con grandes tambores de fondo y los cantantes indios de la tariqa interpretando canciones indias, Schuon con sus genitales al descubierto, se dirige hacia el centro de la 'Indian Lodge'. Las mujeres, hombro con hombro, le rodean girando circularmente en sentido horario. Desde el centro a la periferia, Schuon se acerca por turno a cada una de las mujeres y le da una especie de abrazo, presionando su pecho y su vientre contra los senos y el abdomen de la mujer. En otra danza, está sentado en su banco a un lado del recinto, y las mujeres, a medida que van circulando y se van acercando a él se le paran justo enfrente y dan una vuelta completa, dándole así la oportunidad de poder verlas bien a todas, de arriba a abajo, por detrás y por delante'. Koslow dice que Schuon compara estas danzas con la 'danza de Krishna con las Gopis, con la Danza del Sol ya que sus participantes van danzando hacia dentro y hacia fuera de la circunferencia, y con la circunvalación de la Kaaba'. 
"Durante las sesiones del dhikr –no todas ellas se realizan al aire libre– los discípulos alcanzan estados extáticos y pasan por increíbles experiencias místicas. Koslow nos cuenta la experiencia de uno de los discípulos: 
'En la noche del majlis, cuando empezó el primer canto de Sidi Junayd, la luz que estaba sobre el punto central del círculo de los fuqara se convirtió en el sol… ví… una bóveda nocturna de estrellas celestiales –antes el Shaykh se había corrido hacia la derecha respecto a su posición normal, así que Sidi Hossein pudo leer un texto en francés… Entre el sol y el Shaykh, entre el Cielo y la Tierra, flotando sobre Sus rodillas y con los brazos extendidos hacia él, apareció la Santa Virgen, vestida en pálidos aunque ricos tonos azulados… alargó Sus brazos hacia la cabeza del Shaykh como para bendecirle y consolarle… Rodeando a la Virgen y a su mismo nivel… había dos círculos de majestuosos ángeles alados y vestidos con blancos y sencillos ropajes sin acordonar… trazaban círculos entorno a la Virgen en sentido contrario a las agujas del reloj… ocasionalmente alguno se deslizaba hacia abajo y rozaba con sus manos el turbante de un faqir, para, seguidamente, volver a su sitio en la danza celestial. Luego… la Virgen se colocó de pie frente al Shaykh con los pechos al descubierto en el centro del círculo de la fuqara: estaba en el corazón de nuestra reunión, en el centro… Su atención estaba puesta únicamente en el Shaykh, lo miraba fijamente con gravedad y dulzura, como enviándole bendición y amor. Suavemente y de forma casi imperceptible, sus manos se alargaron hacia el Shaykh, girándose alternativamente, con las palmas hacia arriba y hacia abajo, hacia atrás y hacia adelante; alternaba ademanes de bendición desapasionada con gestos de invitación al amor: sus brazos y sus manos eran extensiones de su corazón…' 
"Esto resume, pues, la esencia metafísica de todas las religiones. Este es el producto final del 'conocimiento sagrado', del esoterismo de todos los tiempos, de la religio perennis, de la tradición basada en la revelación divina. Esto demuestra con 'cegadora evidencia' que 'es posible un conocimiento omniabarcante'. Esta es 'la visión pura de la Verdad' que Frithjof Schuon ha dado al mundo. 
"Si delineáramos el desarrollo de las ideas de Schuon a lo largo de sus libros empezando por Trascendent Unity of Religion (De la Unidad Trascendente de las Religiones) -1953, (recomiendo leer a partir de la última sección de la primera edición para conocer a fondo el rol de María en el pensamiento de Schuon), hasta Language of the Self -1959, Light on the Ancient World (Sobre los Mundos Antiguos) -1965, y Survey of Metaphysics and Esoterism -1986, veríamos que las revelaciones de Koslow no son sino una conclusión lógica de la totalidad de la obra de Schuon. Hay signos de patología claramente visibles en los pasajes en que afirma que aquéllos que poseen el derecho de ser transmisores de la sabiduría tradicional no sólo son simples intérpretes de la verdad sino también sus creadores. En su idea de gnosis, la relación entre Dios y el hombre es más que ambigua. 'No somos nosotros quienes conocemos a Dios, es Dios quien conoce a través de nosotros...' (Essentials, p. 95). Un Dios que necesita conocerse a Sí mismo a través de Su creación es un Dios susceptible de ser manipulado con relativa facilidad. La relación entre el maestro gnóstico y sus discípulos es la misma que entre Dios y su creación. Primero el maestro introduce al adepto a la 'existencia espiritual', 'después le da la doctrina o 'inteligencia' y finalmente le da 'vida' '. Todo esto, naturalmente, convierte al maestro en un ser realmente especial: 'primeramente el maestro es infalible en lo que respecta a la doctrina revelada, de la cual es su representante y a la que incluso personifica en virtud de su 'ser' o 'sustancia' ' (Essentials, p. 426). El paso de maestro 'infalible' cuyo mismo ser personifica la 'revelación' a profeta, Avatara, Shiva, o cualquier otro tipo de caudillo divino no es tan sólo insignificantemente pequeño sino completamente natural. Es más, puesto que la religión perenne representa la esencia de todas las religiones, 'el instrumento humano y la manifestación de la religio perennis al final de los tiempos' no puede ser simplemente el Dios de una sola religión, debe ser el Logos, del cual todas las religiones emanan. Así, Schuon tiene que ser un Avatara al igual que Shiva, Cristo y el Gran Espíritu de los indios, la religión primordial per se y el esoterismo personificado. ¡Es pura lógica de lo trascendente! 
"Mucho de lo que Schuon transmite sobre tradición, metafísica, autoridad, casta, raza y sobre el hombre primordial procede de la filosofía alemana del siglo XIX y del movimiento simbolista de los años veinte y treinta en los que él creció. En el movimiento simbolista, del cual su padre recibió influencias, había un vínculo romántico con lo esotérico y lo primordial. Los simbolistas se alimentaban de las sobras de la India, China, el Islam y otras culturas no occidentales, y desarrollaron una filosofía ecléctica, mezcolanza de todas las culturas y religiones. En su forma más extrema, esta filosofía produjo la ideología nacionalsocialista y la subida de Hitler. La ideología nacionalsocialista al igual que el pensamiento de Schuon, estaba basada en el Gnosticismo, el Ocultismo, el corpus Hermético, el Pitagorismo, el neo-Platonismo, la creencia Hindú en la reencarnación, el karma y el tiempo cíclico, la Kábala y las ceremonias religiosas de la Cristiandad. 
"Schuon ha vertido este brebaje letal en el Islam y el Sufismo y esto tiene consecuencias predecibles. (En mi libro Explorations in Islamic Science, Mansell, Londres, 1989, p. 114-129, hay un análisis exhaustivo de la conexión entre la estructura metafísica de la ideología nacionalsocialista y el pensamiento de Schuon y Nasr). Una metafísica disciplinaria y ocultista como esta, obsesionada por el secretismo y los ritos sagrados, no puede producir otra cosa que un culto autoritario. Esta sospecha fue confirmada en 1986 cuando después de una escisión en la tariqa, Victor Donner y Joseph Brown, ambos renombrados discípulos de ésta, denunciaron a Schuon por impostor. Hoy en día las revelaciones de Mark Koslow han borrado ya toda sombra de duda." (pgs. 33-36). 
 
Para finalizar citaremos sólo dos de las críticas aparecidas en SYMBOLOS sobre Schuon. Se refieren a dos de sus últimos artículos, "Normas y paradojas de la alquimia iniciática"21 y "El misterio de los números"22: 
"Armados de toda nuestra paciencia comenzamos la lectura del artículo de Schuon, 'Normas y paradojas en la alquimia iniciática', con toda buena fe y esperando ver en él lo que otros dicen ver. Avanzamos lentamente hasta el primer punto y aparte. En el segundo nos vemos obligados a tener que aceptar del autor una clasificación que nos parece arbitraria y forzada y que no compartimos, aunque pretenda oscuramente hacernos cómplices con ella. Al comienzo del tercero nos encontramos con la siguiente frase: "Pero hay aún otra dimensión que considerar, el ambiente moral –'estético' en ciertos aspectos– de la alquimia espiritual. Este ambiente constituye en suma lo que ha sido llamado la 'cualificación iniciática'." 
"Nuestra primera reacción es de sorpresa, luego pensamos: es sólo una frase ¿cómo se permite un autor que se supone un "metafísico" una "frase", una frivolidad, una "boutade" de esta naturaleza? ¿se referirá a la Etica de Aristóteles dedicada a Nicómaco? Volvemos a leer: ¿pero qué es esto? ¿Se está acaso afirmando que la cualificación para el Conocimiento, es decir, para la Iniciación, no es la intuición intelectual directa, la gracia del corazón, la sed de saber, es decir, la aventura de ser y su virtud, sino un cierto ambiente moral, o "estético", conceptos unidos indisolublemente a usos y costumbres (por más que se nos quiera hacer creer que hay una moral "intrínseca" y otra "extrínseca"), tan variables como relativos y pasajeros, sujetos a constante cambio, y que pueden incluir en su vaguedad ideas relacionadas con un cierto confort espiritual, meta de las aspiraciones de la clase media, que incluye una estética pequeño burguesa, con su casita en la montaña, su reloj de cucú y patines de paño para no ensuciar el piso de madera…? 
"No queremos seguir, no podemos hacerlo, nos llevaría demasiado lejos y no tenemos ni tiempo ni voluntad para ello. Pero queremos sugerir a los lectores de Schuon que lo vuelvan a releer sin prejuicios de ninguna naturaleza. Y recordamos en este momento el cuento de Andersen donde bastó que una voz gritara 'el rey está desnudo', para que todo el pueblo comenzara a advertirlo: ¡El rey está desnudo! ¡El rey está desnudo! (Dicho esto sin ninguna intención 'evemerista')." (SYMBOLOS Nº 11-12, 1996, p. 451-452). 
 
"A poco de comenzar la lectura del artículo de Schuon nos encontramos con la siguiente frase: "Si la 'escritura metafísica' de Pitágoras se expresa por los números y no por las formas geométricas, es porque las formas son 'concretas', y los números, 'abstractos': cuando decimos 'triángulo', evocamos una imagen, mientras que al decir 'tres', no indicamos nada demasiado imaginable; se dirá sin dudar que Dios es 'uno' –esto no comporta perjuicio a su trascendencia– pero no se soñará en cualificarlo de 'circular' o 'esférico'." 
"Confesamos habernos quedado pasmados. No salimos aún de nuestro asombro: ¡si hasta los niños conocen los teoremas pitagóricos, especialmente los referidos al triángulo rectángulo. En cuanto al círculo y la esfera no existen formas simbólicas más unánimemente tradicionales de representar al cosmos y lo supracósmico. Desde el extremo Oriente y el hinduismo, a las tradiciones precolombinas, incluida la herencia griega, ya que el mismo Platón –al que el autor cita un poco más adelante– define a la deidad como esférica (Timeo 34a-b), y en el Cristianismo se le atribuye a Nicolás de Cusa un viejo adagio hermético: "Dios es un círculo que tiene su circunferencia en todas partes y su centro en ninguna"; los ejemplos serían innumerables pues involucran ¡nada menos! que a la visión espacial de la deidad y todo lo que está con ella ligada, entre otras muchas cosas, al simbolismo constructivo. Asunto del que Schuon no parece saber nada ya que, seguramente por incapacidad de vivenciar a lo Absoluto, o a lo Perfecto de modo "geométrico", con desdén se refiere a esta posibilidad, condenándola. 
"A veces este autor nos parece un hombre muy lúcido que discurre de modo indirecto sobre sus estados de ánimo, mismo sus fobias que resuelve momentáneamente en una proyección de su visión de la Unidad concebida como un Dios creador, no Andrógino. (Parecería que toma a la Androginia como símbolo de la dualidad y no correctamente como de la Unidad). Dios, para él no parece ser la Triunidad de las Personas o Principios divinos sino una entidad religiosa monista, una sola de las personas o nombres, que sospechamos identifica vagamente con Jehová, el Noûs Demiurgo o, en todo caso, con su dios personal, engendrado, concebido como proyección de su ego. En suma, el recurso de la unidad resumida en el dios de la Religión, sin comprender que la misma Unidad es la primera determinación con lo que se corre el peligro de tomarla como si no fuera un número, cosa que sugiere posteriormente adjudicándole una no numeración –como el cero metafísico o No ser– en contraposición con las enseñanzas tradicionales que hacen de la Unidad, como acabamos de decir, la primera determinación, por sobre la cual recién se "ubicaría" el Ayn hebreo, el No–Ser, el cero metafísico. Este "recurso a la unidad" a veces es sumamente peligroso: cuando se convierte en sólo una de las posibilidades de la dualidad, para evitar la dialéctica, y se resuelve en un monismo que "vivencia" la idea de unidad –y por lo tanto la de símbolo– a niveles que a veces progreden hacia la uniformidad, y que van del auténtico símbolo a la insignia, del Rey del Mundo, a un líder sectario o político cualquiera. En fin, esta ausencia de claridad facilita también la forma literaria schuoniana: la atmósfera palpitante de misterio como la entrada a un templo exótico, o un gesto untuoso, lo que bien podría corresponder en pintura a un trabajo con "veladuras". En fin, como dice el refrán sobre gustos no hay nada escrito… En todo caso hay ideas que se comparten, como cierta cualidad que la cantidad manifiesta, el discurso sobre números pares e impares, la bella descripción de lo indefinido como proyección de lo infinito y todo lo relacionado con la Unidad en general, aunque muchas de las divisiones que se establecen son para nosotros arbitrarias y no siempre se correspondan con otras enunciadas en otras partes por el mismo Schuon. Algunas de ellas corren mejor fortuna y las analogías son perfectamente tradicionales y acertadas y se articulan con otros fragmentos del discurso schuoniano. (SYMBOLOS, íd. p. 452-454).
 
NOTAS
"Normes et paradoxes dans l'alchimie initiatique" p. 2, revista "Connaissance des Religions" nº 41-42, Avon, Francia. Enero-junio 1995. 
"Le mystère des nombres", ibid. nº 43-44, julio-diciembre 1995. 


SCHUON VERSUS GUENON (cont.) 3 (Federico González)


SCHUON VERSUS GUENON (cont.)
COLECTIVO REDACCION


Por otra parte, la Rivista di Studi Tradizionali de Torino en su Nº 33 de 1970 publicaba un artículo firmado por Giorgio Manara, (ver SYMBOLOS Nº 11-12, 1996, p. 256), del que extraemos los siguientes párrafos: 
"El equívoco es sin embargo más grave en lo que concierne a los otros tres personajes susodichos [L. Schaya, T. Burckhardt y F. Schuon] quienes, lejos de ser sus discípulos, envenenaron los últimos años de la vida de René Guénon, provocando unos obstáculos de los más penosos, que tuvo que soportar, tal como muestra abundantemente su correspondencia. 
"Especialmente, de Frithjof Schuon (del que Planète-Plus ha repescado un viejo artículo, más bien ambiguo y redactado a propósito en un sentido restrictivo con respecto a René Guénon, escrito con ocasión de su muerte) puede decirse que desgraciadamente no supo ser el discípulo de nadie (nota al pie: En este artículo se lee especialmente que la admisión sin reserva de 'todas las deducciones que el autor (a saber Guénon) nos propone … nos parece ser una cuestión de opinión, incluso de fe', y que 'el papel de Guénon era el enunciar unos principios más bien que el mostrar su aplicación'; si se piensa que la aplicación consistía también en el trabajo de desenmascarar las desviaciones de todo tipo en nuestra época, comprendidas las que concernían al propio Schuon, se comprende que éste se haya encargado de proteger su posición adelantando sus reservas…)" (p. 205). 
Y en el Nº 34 (1971):  
"Evidentemente, [Schuon] está persuadido de que proporciona a sus lectores y discípulos unas aplicaciones del mayor interés; sólo que éstas desgraciadamente se fundan en gran medida en nociones mal comprendidas, extraídas de fuentes tradicionales y sobre todo de la obra de René Guénon, que no ha sido capaz de asimilar verdaderamente; y es por esta razón que sus exposiciones constituyen tan a menudo un muestrario involuntario y reiterado de sus defectos de comprensión y de deformaciones que además se distinguen por un estilo muy personal." (p. 64). 
En respuesta al artículo "Quelques Critiques" que hemos reproducido parcialmente más arriba, apareció en Vers la Tradition, revista dirigida por Roland Goffin desde 1982, y cuya función es difundir la obra de Guénon, un autor que firma con el pseudónimo de Jonás y dice lo siguiente: 
"La mayor parte de las críticas contra René Guénon, emanan además, de fariseos, 'de esoteristas de salón', de universitarios, o de intelectuales France-culturels. Y, cuando provienen de individualidades cuya calidad es más eminente, da pena el leerlas o escucharlas. 
"Entre los múltiples ejemplos, y en razón del lugar –forzosamente limitado– que este artículo ocupa, nos contentaremos con volver a hablar de dos de ellos: Frithjof Schuon, y Alain Daniélou, cuyas 'reflexiones críticas' han dado lugar a los capítulos del 'Dossier H', dossier tan brillante a veces como desafortunado. (Que se nos explique por ejemplo qué significan ahí dentro, las confusas elucubraciones filosófico-parisinas de Michel Le Bris...). 
"Sería fácil, naturalmente, comenzar por algunas observaciones concernientes a las individualidades en cuestión, y que podrían sorprender, si no fuera que las individualidades son algo desdeñable en el tema que nos concierne. Sin embargo, ¿cómo olvidar que el Sr. Schuon, por sólo citarle a él, se lo debe todo o casi todo a René Guénon, que este último lo recibió muy amablemente en el Cairo, y que Frithjof Schuon le enviaba humildemente sus libros a fin de recibir las sugerencias del Sheikh Abdel Wahed Yahia? ¿Y cómo no ver en la deliberada voluntad del Sr. Schuon de romper con René Guénon, la consecuencia primera de una individualidad, excepcionalmente dotada sin duda, pero afectada por un curioso orgullo, así como la causa de sus futuros vagabundeos metafísicos y sincréticos entre el Islam, el Cristianismo y las tradiciones pieles rojas, vagabundeos que indujeron a muchos de sus discípulos a alejarse de él?… 
"Queda la actitud intelectual que es la única que verdaderamente nos importa. La de Frithjof Schuon, en el artículo de este 'Dossier H', aparece, hay que reconocerlo, extrañamente hostil, y nos es imposible ver en ello solamente nobles razones. El buen doctor Freud habría hablado sin duda de una especie de complejo de Edipo: los hijos que quieren matar al padre, el discípulo que quiere matar al maestro, Frithjof Schuon simplemente ha elegido una mala manera de ganar su independencia, y no puede uno sino lamentarlo por él." 
Y continúa:  
"Muy a menudo sus reflexiones hacen sonreír, lo que no es poco en tiempos tan sombríos. Hay que decir que no le ahorra nada a este 'desgraciado René Guénon': 'incongruencias', 'apariencia de un inmenso saber que no posee', 'sorpresa ante puntos que cualquier niño debería comprender', 'falta del sentido de lo humano concreto', 'opiniones extravagantes', 'asertos problemáticos'…¡Verdaderamente, uno se pregunta cómo un carácter tan sutil como el del Sr. Schuon ha podido engañarse tanto tiempo acerca de aquél que algunos años antes reconocía, si no como su maestro, al menos como uno de ellos! 
"Sin embargo las afirmaciones del Sr. Schuon deben ponerse también en tela de juicio. Aparte de la malevolencia pura y simple, dan la impresión de emanar de un ser mucho más inclinado a seguir una vía mística que una vía propiamente iniciática, lo que no es ningún reproche por nuestra parte, pero bastaría para explicar muchos malentendidos. Cuando por ejemplo reprocha a René Guénon que considere 'la exaltación del sufrimiento en el Cristianismo' como una desviación moderna, tenemos el derecho de interrogarnos: ¿No sabe en efecto, que cualquier enviado, tradicionalmente, puede ser considerado como un sacrificado, pero que esto no implica en absoluto la exaltación del sufrimiento en tanto que tal, incluso aunque ciertos místicos hayan querido hacer de ello una condición sine qua non de su salvación individual? Además, todos los maestros espirituales están de acuerdo en condenar, no la ascesis, sino las austeridades excesivas y el autocastigo corporal, que en la mayoría de los casos sólo pueden ocasionar –aparte de algunos 'poderes' psíquicos– un fortalecimiento, sutil pero muy real, del ego. 
"En cuanto a reflexiones tan piadosamente irónicas como éstas: 'Sufrir heroicamente en Dios, no es interesante (sobrentendido: para Guénon), pues es profano, pero dar unos pasos sobre una alfombra con símbolos en una logia masónica, ¡ésto si que es interesante!', hubiéramos preferido que nos las ahorrara. El sentimentalismo, es verdad, no está ausente de toda la obra de Frithjof Schuon, obra que en muchos aspectos debemos reconocer que es de un valor indiscutible. 
"Por otra parte, ¿cómo puede el Sr. Schuon equivocarse hasta tal punto sobre la comparación hecha por René Guénon entre las posibilidades respectivas del estado de vigilia y del estado de sueño? Este último indicó que las posibilidades del estado de sueño eran en un sentido superiores a las del estado de vigilia, en tanto que menos limitativas, especialmente desde el punto de vista de la modalidad corporal; y he aquí que Frithjof Schuon monta su caballo de batalla para guiar la guerra santa: 'Entonces, dice, que un santo sueñe que es un criminal, o que un criminal sueñe que es un santo, es 'metafísicamente' equivalente, y el sueño de un criminal es incluso superior a la realidad despierta del santo si el malhechor sueña que flota por los aires, sin tener además la elección de soñar otra cosa'. 
"A ello podríamos responder con un argumento decisivo, pero que probablemente disgustaría aún a muchas sensibilidades. Por eso nos contentaremos con hacer notar que el Sr. Schuon ha leído mal a René Guénon, o bien, de la misma manera que acusa a este último, que 'lee en los documentos lo que desea encontrar en ellos'. Pues –que no le disguste al Sheikh Aissa– René Guénon no se refería ahí a un fenómeno particular, sino a esos dos estados en su principio mismo, y ¿quién podría poner en duda –o entonces, pondríamos en duda todas las enseñanzas tradicionales– la superioridad relativa del estado de sueño, es decir de la manifestación sutil, en relación al estado de vigilia, es decir con respecto a la manifestación grosera? 
"Podríamos continuar mucho tiempo, casi punto por punto, refutando las afirmaciones contenidas en este artículo crítico, pero este estudio sería muy largo y fastidioso para los lectores de 'Vers la Tradition' quienes sabrán por ellos mismos de qué se trata." 
Acabando:  
"Terminaremos sin embargo con dos observaciones: cuando Frithjof Schuon habla de 'falta de sentido de lo humano concreto' en René Guénon, olvida demasiado deprisa su estancia en el Cairo, así como las decenas de testimonios que dan pruebas suficientes de la bondad de René Guénon, igual que de su rigor intelectual. En fin, cuando se permite lanzar la duda en el espíritu de su lector haciendo observaciones de este tipo: 'Él (René Guénon) me ha confesado no haber leído nunca al Maestro Eckhart', que sepa bien que a aquéllos que hayan asimilado la obra del Sheikh Abdel Wahed Yahia les trae totalmente sin cuidado. Que René Guénon, quien por lo demás cita al Maestro Eckhart, no haya leído la centésima parte de los sermones del renano, importa poco. A quien esté en estado de comprender, una palabra le bastará. A quien se halle en las tinieblas, no le bastarán todos los sermones de la creación. 
"Esta última afirmación se halla probablemente en relación con la reflexión citada más arriba, según la cual Guénon 'a menudo da la impresión de un saber inmenso que no posee'. Si Frithjof Schuon entiende por ello lo que se define generalmente como el 'saber', noción completamente profana, o incluso ciertos conocimientos de detalle, por lo demás puramente librescos y teóricos, podemos admitirlo perfectamente, y añadir enseguida que tampoco nos importa. Si se trata de Conocimiento, '¡esto nos recuerda, decía el mismo Guénon, el caso de aquéllos que se imaginan que no conocemos o no comprendemos todo aquello de lo que nos abstenemos de hablar!'…
"Las observaciones de Alain Daniélou –quien, en sus obras manifiesta una curiosa incomprensión de lo que se conviene en llamar el Monoteísmo– aunque más mesuradas y menos maliciosas en su conjunto, no nos parecen mucho más estimables en el fondo. Así, cuando reprocha a Guénon que se refiera exclusivamente a la tradición védica, y que utilice 'textos que los letrados tradicionales consideran fantasiosos', uno duda haber leído bien. ¿De qué fantasías habla? ¿Fantasías el Baghavad-Gîtâ? ¿Fantasías los Puranas? ¿Fantasías los Upanishads? ¿Fantasías los Brahma-Sutras? Fantasioso, Shankarâchârya? 
"Uno se queda atónito ante otras afirmaciones del mismo tipo: 'Desde el punto de vista de los representantes de la tradición hindú, parecía que Guénon se creía demasiado su papel de gran iniciado', o también: 'Me ha parecido que Guénon, al final de su vida, rodeado de discípulos que lo admiraban sin reticencia, había terminado por considerarse a él mismo como el único representante auténtico de la Tradición'. ¿De qué representantes habla? Otros, también auténticos, han afirmado con fuerza lo contrario, y han aprobado muy altamente la presentación de las doctrinas vedánticas por Guénon. ¿Y de qué discípulos? Guénon nunca los ha tenido, y ha vivido solo hasta el final de su vida. En cuanto a 'pretender ser el heredero indiscutible y autorizado de la tradición' hindú, no vemos cómo Guénon habría podido tener el estúpido orgullo de considerarse el único capaz de explicar las sutilezas de su tradición a los hindúes." ("Para terminar con [la polémica sobre] René Guénon", Vers la Tradition nº 36, junio-julio-agosto 1989).
A estos testimonios debe agregarse lo manifestado por Patrick Zanzi en la revista Devanâgarî, en un artículo titulado "Esoterismo y Exoterismo" donde se dice lo siguiente18: 
"El Cristianismo sería, si se cree a un cierto número de católicos, un eso-exoterismo, y hemos de decir que esta tesis debida al Sr. F. Schuon ha hecho, en los medios occidentales, ya poco cualificados y en general ineptos para toda concepción metafísica, terribles estragos. Esta tesis ha permitido a esos mismos occidentales, una de cuyas principales características es un sentimentalismo llevado al extremo, creer que, habida cuenta la supuesta 'superioridad' de su tradición, podían dispensarse de toda ligazón iniciática. Llevando incluso a veces lo ilógico hasta la incoherencia, existen también quienes, adhiriéndose al punto de vista del Sr. F. Schuon, se hallan a pesar de todo ligados a una organización iniciática pero considerando entonces a la vía iniciática como dependiente de la vía sacramental y así pues a esta como superior a aquella." 
Lo que complementa lo dicho en un número anterior19 
"El segundo punto que hemos querido abordar sucintamente es el de la insuficiencia doctrinal del Sr. Schuon; no volveremos sobre las posiciones de este último concernientes a los sacramentos y sobre el demasiado famoso artículo 'Los Misterios Crísticos', prefiriendo atraer la atención del lector sobre un punto que podría parecer a primera vista insignificante pero que, cuando se reflexiona en él atentamente, muestra que si bien el Sr. Schuon tal vez ha memorizado la doctrina, ciertamente no la ha asimilado." 
Y más adelante:  
"No es esta la única reserva que convendría formular con respecto a la obra del Sr. Schuon, pero después de lo que acabamos de escribir, no podemos más que aconsejar a todos aquellos que encuentren el ánimo para ello, que relean atentamente sus escritos, y podemos garantizar al lector que se apercibirá, si está un poco atento, de que la incomprensión y la confusión reinan en los textos del Sr. Schuon; no tenemos tiempo aquí para decir más sobre ella, pero simplemente observaremos que Occidente no tenía ninguna necesidad, bien al contrario, de un 'intermediario' así; sin embargo y desgraciadamente, la gran mayoría de los católicos ha seguido las tesis 'puestas a punto' del Sr. Schuon, rechazando así formalmente, no las de R. Guénon, sino mucho más bien la Doctrina que él fue 'encargado de remanifestar' (n. al pie: ¿"Cómo tomar en serio la reflexión del Sr. Jean Canteins quien afirma: 'a aquél que ha 'pasado entre' Guénon y Schuon no se le puede ocurrir el discutir al uno o al otro. Uno vale por el otro y recíprocamente'?."20).
"El lector respetuoso y fiel a la enseñanza de R. Guénon la apreciará como conviene; en cuanto a nosotros, pensamos que, en lo que concierne a la obra del Sr. Schuon, lo que hay que hacer, globalmente, es pasar a otra; en cuanto a la obra de R. Guénon, no se pasa de ella, porque si se concibe lo que representa verdaderamente, se detiene uno en ella y se la intenta asimilar en su totalidad. ¿Debemos finalmente recordar las muy graves acusaciones que había dirigido R. Guénon contra el Sr. Schuon?" 
  
A raíz de que un ex-alumno y personaje del círculo interno de Schuon, despechado por problemas personales con el "maestro", escribe un texto que titula "Mark Koslow's Account of the Schuon Cult: Written September 1991 for cult members to help them get out", se crea un nuevo capítulo de las andanzas del "sheik" que incluso acaban con su paso por la cárcel de Bloomington debido a una denuncia formulada por éste, y un juicio posterior del que sale absuelto –donde, como ya se dijo, negó ser un líder espiritual y se autodefinió como un simple filósofo. Por respeto a lo que algunos lectores han imaginado de Schuon, nos abstenemos de publicar aquí cualquier texto de este libro, documento fundamental para conocer la obra y la vida del mismo. Volveremos más adelante sobre esto. Ahora tenemos que tratar a otro crítico implacable del suizo, Dominique Devie director de los Cahiers de Recherches et Etudes Traditionnelles, que ha reunido un extenso material sobre el caso y lo ha publicado en su revista; escribe sobre diversos aspectos de la vida y de la obra de Schuon (Dossier 'Affaire Schuon' con documentos y facsímiles, en edición del autor, al que hoy se puede acceder mediante Internet: http://www.home.worldnet.fr/cret/SCHUON/). Publicamos aquí igualmente un extracto del Nº 6 de 1994 de la revista antes nombrada:  
"En efecto, cómo podría la 'obra' de un mentiroso como Schuon permanecer indemne de toda 'mancha'. Señalemos, antes de ir más lejos, que hay en ello una paradoja, ya que si Schuon es monstruoso con respecto al mínimo de honestidad intelectual que implica el hecho de pertenecer a un medio guenoniano, la realidad interna de la secta no deja de ser algo muy banal. Schuon no es diferente de la imagen-tipo de los viejos gurús libidinosos, hasta tal punto que corresponde, como se me hacía notar, al retrato clásico del 'gurú lambda'…
"Volviendo a la fiabilidad de la 'obra', hay que distinguir dos ejemplos. Siendo todo hombre por definición imperfecto, no hay motivos para diferenciar el caso de los hombres ordinariamente débiles del de aquéllos que son particularmente libertinos, aunque no se puede ser un maestro espiritual sin obligarse a dar ejemplo, sobre todo en un marco semítico. Pero se trata de una cuestión de cantidad y ésta no debe intervenir en principio, ya que quien detenta un mandato respeta las formas a través de las cuales ha sido investido de una función de guía. Ahora bien, está demostrado que Schuon ha creado 'ritos' imaginarios de arriba a abajo para complacer a sus propios fantasmas. Se trata en este caso de una verdadera amalgama connotada de interpretaciones más o menos falsas de fragmentos extraídos de diferentes tradiciones. Es a partir de esta constatación que se tiene el derecho de rechazarlo, a él y a sus libros, en tanto que impostor. Temo que, después de haber querido salvar la obra literaria, si se la estudia con mayor atención, se deba constatar que tal vez no quede gran cosa de ella. 
"Parecerá que pretendo aumentar la tensión y pido que se me disculpe por ello, pero hay que acabar con todos los falsarios. Y puesto que menciono la fiabilidad de la obra, es la ocasión de responder a un corresponsal que me escribe: 
'Ya no tengo el dossier Koslow y sólo puedo decirle de memoria que Koslow denigra hacia el final de su dossier, de una manera inadmisible, la obra de Schuon y especialmente sus libros. Pienso además que Koslow no está suficientemente dotado para comprender verdaderamente los libros de F. S. No es por lo demás el único en este sentido. (…) Es fácil hacer observaciones desagradables a propósito de los libros de F. S. Desafío sin embargo a que quien quiera refutar sus libros, lo haga no de una manera global, sino párrafo por párrafo. Evidentemente pueden existir algunos pasajes inconsistentes o algunas frases aisladas criticables. El conjunto de la obra es monumental y completa admirablemente bien la obra de Guénon. Si se quiere criticar, hay que criticar el hombre y no sus libros.' 
"Que Koslow no esté 'dotado', no me parece discutible. Estamos encausando a Schuon, ¿es necesario recordarlo? Lo único que importa es saber si Koslow fue un testigo fiable. Por mi parte, estoy convencido de ello por diferentes razones. Las recuerdo brevemente: no ha podido inventar estas historias y sus descripciones son coincidentes. 
"Koslow combate la tesis según la cual habría dos Schuon, a saber, el que conocemos de los patinazos y el de los libros. Esto no es posible y veremos por qué. 
"¿Qué dice él acerca de la obra? Plantea sobre todo la cuestión de saber si Schuon ha proyectado en sus libros impresiones demasiado personales, sacadas en el fondo de la experiencia de sus propios fantasmas. Recuerda igualmente que el diablo es capaz de decir nueve veces la verdad para colocar a continuación una sola mentira. Cuando hace alusión a ciertos textos en concreto, sus objeciones no son desde luego muy convincentes, sino que de hecho se contenta con indicar ciertas pistas. Ahora bien, es muy singular que vuelva con bastante insistencia sobre Lógica y Trascendencia. Este libro está considerado, y no solamente en el entorno de Henry Montaigu, como el que habría marcado un declive. Por mi parte creo que los fallos son necesariamente anteriores a la obra y las observaciones de Koslow tienden a probarlo. (…) 
"Que Koslow no esté en absoluto a la altura de la crítica que ha esbozado no prueba de ninguna manera que convenga refutar la 'obra' de Schuon párrafo a párrafo, ya que si este es un impostor –y lo doy por sentado–, sería hacerle demasiado honor, y esto vendría a hacer de nuevo el juego a los idólatras. Cierto, la explicación de Koslow según la cual el diablo miente nueve veces para estar seguro de engañar a la décima presenta un carácter demasiado 'global', luego demasiado evasivo, como para conseguir convencer directamente. 
"¿Qué hay que hacer pues para aceptar el desafío sin dar la impresión de recurrir de ese modo a lo fácil? Tal vez habría que reconocer primero que, independientemente de las trampas que implica el hecho de aceptar imprudentemente este desafío, no existe ningún medio, no ya de probar algo, lo que fuere, puesto que de lo que se trata es de entenderse sobre los criterios, sino de convencer a unos interlocutores que, sin ser necesariamente de mala fe, tienen puesto todo su interés en continuar creyendo que la obra de Schuon les era indispensable por el hecho de que consagraron una parte de sus vidas a darle crédito. 
"Se trataría, pues, para salir del atolladero, de resaltar que no fue de ningún modo tan indispensable, y señalamos además que hay quien trata de salvaguardar la obra de Schuon bajo el pretexto de que vendría a completar la obra de Guénon. Siempre tenemos que escuchar la misma canción y es una canción típicamente schuoniana, ¡hay que decirlo! En cuanto a completar la obra de Guénon, la de Schuon sólo habría podido hacerlo, según sus propias palabras, sobre el plano de una práctica efectiva. La práctica de Schuon, la conocemos muy bien: no fue más que un sincretismo de los más descarriados. El complemento es pues rigurosamente nulo y ¡esto es una constatación puramente matemática! 
"Esta contestación radical debería bastar normalmente, habiéndose comprendido que si la práctica fue tan deplorable, no se debe esperar que la 'teoría' haya sido mucho más genial. E incluso si debiera quedar algo –lo que no quiero discutir en absoluto–, es indudable que nos habríamos podido aclarar muy bien sin Schuon. Guénon basta; incluso si conviene corregir algunas de sus equivocaciones: de manera local, se entiende. 
"Y si la obra de Schuon demuestra alguna cosa –y el corresponsal mencionado un poco más arriba está de acuerdo en lo que voy a decir puesto que ha caído en todos los errores que ha denunciado–, es que en sus mejores partes condena el testimonio de Schuon en tanto que 'maestro'. En suma: él sería el último en haber sacado provecho de su obra en la hipótesis de que esta fuera positiva. Nadie duda que se estaría muy bien habiendo prescindido de este escándalo… Sin duda su función más útil habrá consistido en servir de petardo, y esto me ha permitido no caer en ciertos extremos aunque Schuon, por sus críticas con respecto a Guénon, no sale engrandecido. Y el interés de esta competencia consiste en que refuerza la singularidad de la 'obra' guenoniana. 
"Pero dado que parece indispensable que los detractores de Schuon aporten sus pruebas, quizás sea suficiente con intentar plantear las preguntas adecuadas. Puesto que todavía se tiende a hacer de Schuon un continuador de Guénon, básteme preguntar por qué Schuon ha buscado sobre todo eludir los conflictos entre el exoterismo y el esoterismo hasta el punto de haber simplificado ofensivamente la situación en lo que concierne al cristianismo. Este sería todavía una vía fundamentalmente 'iniciática', pero ¿cómo es posible en estas condiciones que Schuon se haya visto en la obligación de 'reformar' este cristianismo, imaginando 'pantogamias' principescas, susceptibles de colmar sus propios deseos de verse rodeado tan sólo de mujeres dóciles dispuestas a halagarle? ¿Cómo se entiende que mientras las modalidades rituales del matrimonio islámico hubieran debido incitarle a un formalismo susceptible de poner trabas a sus caprichos, diga que prefiere los matrimonios pieles rojas que según él se pueden hacer y deshacer a voluntad, lo cual está lejos de haberse probado? 
"La obra de Schuon, ¿no consiste ante todo en una vana tentativa de crear una religión ideal que no existe y que no puede existir? Se tiene el derecho de escoger una perspectiva si al hacerlo se aceptan sus riesgos y sus límites, pero una vez escogida, hay que atenerse a ella pues no podría haber ventajas en la misma sin su lote de inconvenientes. Y además, independientemente de las perspectivas, está la presión social de un tiempo dado y si la inquisición que esta implica en el plano de la 'moralidad' es algo irritante, no es eso lo peor desde el momento en que se ha comprendido que todo, absolutamente todo lo que preconiza el mundo actual es falso. No se puede querer servir a la verdad y estar en paz con el mundo. Ahora bien, Schuon ha hecho de todo para ser reconocido. Habiendo fracasado como maestro espiritual, se ha recuperado haciéndose llamar un simple filósofo y vemos, leyendo la memoria de Koslow, que sus mujeres deben engañarle respecto a sus libros haciéndole creer que se venden más de los que se imprimen. 
"Las críticas según las cuales una contestación global a la obra de Schuon no tendría un valor convincente pueden ser barridas. Y es en este punto que terminaré con la siguiente advertencia: podríamos objetar en efecto que 'globalidad' por 'globalidad', la obra de Schuon es bastante vaga. Es, ya lo he dicho, una obra esencialmente psicológica, interesante cuando se trata de describir 'tipos espirituales' (con toda la parte de subjetividad y los riesgos que eso implica necesariamente de parte de un Schuon…), pero en el plano del simbolismo es necesario subrayar que no tiene comparación con la riqueza extraordinaria de los escritos de Guénon. 
"En resumidas cuentas, creo poder decir que si esta obra ha podido parecer genial, es solamente porque en el fondo nos reconocemos a nosotros mismos en esos 'tipos' que Schuon describe como si estuvieran luchando contra las limitaciones de tal o cual forma. Encontramos en todo caso en ella muchas de nuestras preguntas, incluso de nuestras proyecciones. Así percibimos fragmentos y reflejos de nuestra propia imagen y de nuestras aspiraciones hacia un Absoluto. Y el drama, es que Schuon ha creído resolver esta fragmentación siendo a la vez todos los 'tipos' que él describe, y es precisamente ahí donde se ha fastidiado. 
"No se puede dejar de pensar que cuando preconizaba el 'tener un centro', el suyo probablemente se le estaba escapando, y que no se ha convertido en otra cosa que en un vulgar arlequín, lo cual atestigua su guardarropa con elocuencia. Habría podido desempeñar –ya lo he sugerido sin duda–, un papel útil a condición de abstenerse de cualquier tipo de 'función', lo que implicaría renunciar a tener discípulos directos. Dicho esto, se puede no tener 'función' oficial y ser un funcionario 'no directivo'. Es lo que Guénon ha sugerido aludiendo a esos Afrads que son ignorados por el 'polo'. Desgraciadamente, ha habido prisa en 'cosificar' esta 'mitología', lo que venía a ser lo mismo que neutralizar más o menos sus beneficios. Sobre este punto, Schuon ha querido tener la mantequilla (los honores de una función 'polar' en un marco tradicional determinado) y el dinero de la mantequilla (constituir una nueva religión desembarazada de todo lo que le estorba). (…)" ('Affaire Schuon': les derniers rebondissementsAnexo 1: "¿Qué va a quedar de la 'obra' de Schuon?" C.R.E.T. Nº 6. Otoño-Invierno 1994, pgs. 67-70). 
Continuando en el Anexo 2, "Moral intrínseca y Moral extrínseca": 
"Koslow ha mencionado este tema schuoniano. Me he remitido a mi propia lectura y se va a ver que no son algunas frases inconsistentes sino capítulos enteros de los libros de Schuon los que corren peligro de caer, pues con la perspectiva ciertos artificios saltan fuera de las páginas como movidos por un resorte, a punto de desbandarse. 
"En Lógica y Trascendencia, vemos en primer lugar que el problema de las cualificaciones se resume en una simple discusión sobre la moral. Esto comienza prácticamente por la afirmación según la cual es mejor, sin discusión posible, ser un santo intelectualmente poco dotado e ignorante, que un metafísico humanamente mediocre y en consecuencia desprovisto de santidad. Dejaremos de lado el hecho de saber si el caso de Schuon ilustra la primera o la segunda categoría… (…) 
"Pero ya que se nos pide refutar a Schuon párrafo por párrafo y ya que hay interés en asistir a un pimpampum, puedo continuar todavía un poco más. Según Schuon (p. 208), importaría no confundir la cualificación moral con cualidades parciales y periféricas como la honestidad y el valor, que por ellas solas no constituyen la nobleza de base que exige la fe… Yo creo por el contrario que se podría demostrar fácilmente que cuando la honestidad (y el valor que implica) es lo que debe ser –y la misma palabra indica una adecuación si es que no una identificación con la verdad en toda su extensión–, la honestidad y el valor contienen necesariamente todas las demás virtudes a las que Schuon hace alusión; y si no están contenidas están requeridas. Cuando la honestidad no es solamente una identificación con un código más o menos arbitrario, conduce como consecuencia a una dimensión sobrenatural si es que no la contiene intrínsecamente. Temo que no haya aún en estas palabras una buena parte de verborrea inútil. Y llevamos tres… 
"Veamos ahora el contenido de la moral intrínseca comparado al de la moral extrínseca (p. 198). La primera concierne a las leyes innatas dispuestas con vistas a la naturaleza sacerdotal del hombre y también con miras al equilibrio de la sociedad; la segunda concierne a las leyes particulares, dispuestas en función de las condiciones objetivas y subjetivas de tal humanidad tradicional. (…) 
"Un poco más adelante, es decir en la página siguiente, Schuon pone lo intrínseco en relación con lo espiritual y lo extrínseco con lo social. (…) 
"No creo que sea necesario seguir más esta investigación ya que una buena parte de la obra de Schuon está constituida por esta clase de verborrea. La invención de categorías duales como la 'moral intrínseca' y la 'moral extrínseca' es más que fútil. No corresponde a nada y todo el mundo sabe que el moralismo o la hipocresía resulta de la confusión de los actos en sí mismos con los valores interiores. Aquellos que no lo saben o están en incapacidad de deducirlo no ganarían nada leyendo escritos tradicionales. 
"No se ha avanzado más por lo que respecta a definir una 'moral' distinta del moralismo. Pero esto no es grave, los hombres realmente espirituales no tienen ninguna necesidad de este género de definiciones, ya que solamente se puede decir lo que la verdadera 'moral' no es. Para volver al problema de las cualificaciones, seguramente no hay motivo para atormentarse por saber si la 'cualificación moral' es más importante que la 'cualificación intelectual', ya que el hecho de postular por un solo instante que puedan separarse significaría ni más ni menos que reducir la segunda a no ser más que un simple fenómeno de agilidad mental. 
"Se puede oponer la lógica a la trascendencia por el gusto de la paradoja y por las necesidades de un título que llame la atención. Sin embargo, las personas bien nacidas se han dado cuenta hace muchísimo tiempo de que la única lógica que merece que se hable de ella no puede ser otra cosa que una expresión de la trascendencia. Todo esto para decir que la prosa de Schuon acaba por parecer muy mundana una vez se ha extraído una frase interesante de aquí y otra de allá. Nunca me he fatigado de releer a Guénon, mientras que uno se cansa de Schuon. ¿Hay que considerar este fenómeno como una simple cuestión de temperamento? Seguramente que no… Quiero decir además que, en lo que concierne a la moral, he encontrado en Le jeu des masques afirmaciones tan discutibles como las que acabamos de señalar, pero como se relacionan con un ejemplo que ya he mencionado, no me ha parecido útil prolongar mi disertación. (…)" (Ibid. pgs. 70-72). 

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Final

NOTAS
París. Nº 9, marzo-abril 1997, pág. 1. 
Nº 3 y 4, agosto-septiembre 1996, pgs 6-9. 
Jean Canteins: "A propos du Dossier 'H' ". En Etudes Traditionnelles, Nº 486, oct.-déc. 1984, Feuillet Complémentaire. Esta llamada "Hoja complementaria", que era un cuadernillo que acompañaba este Nº de la revista, contenía además de esta nota, otras dos de F. Schuon: "A propósito de algunas críticas" ya citado aquí en pág. 12 (ver http://symbolos.com/images/carro.gif n. 9), y "A propósito de una imagen", ridículo comentario de la foto de R. Guénon aparecida en la portada del Dossier H.