'Abd aΙ-Karîm aΙ-Jîlî
DEL
DESVELAMIENTO (majtâ) DE LA ESENCIA
Ext. de "al Ιnsân al-Kâmil" ("Del
Hombre Universal"). Traducido del árabe y comentado por Titus Burckhardt. París, Dervy-Livres, 1975.
***
Es
de la pureza del vino que la Esencia goza en ti;
Toda
unión fuera de Ella no es más que dispersión.
Ella
Se revela trascendente con respecto a toda descripción,
Sin
analogía, y sin que en Ella existan relaciones.
Como
el sol que se eleva apaga el resplandor de los planetas,
Mientras
que ellos subsisten en principio por él,
Ella
es tinieblas sin día y sin crepúsculo,
Pero
fuera de Su morada la caravana yerra en el desierto.
-iCuán
insuperables son los limites que ante la caravana que a
Ella
tiende se alzan!
Así,
ella permanece perpleja a Su respecto, y no entiende Su
carácter.
Ocultos
están los senderos que a Ella llevan, ni contornos ni
ciencia
La traicionan.
Ella
rehusa la intimidad; Sus bellezas orgullosas la defienden.
Un
camino cubierto, oscuro y angosto conduce a Ella;
El
viajero ilusionado se detiene apartado.
Como
la ignorancia, Ella nivela las ciencias de los mundos;
En
Su seno, guía y pérdida se equilibran.
Jamás
el intelecto vence a la pureza para mezclarse con ella;
Jamás
el pensamiento advierte Su embriagador perfume.
El
fuego que guía es ignorante de Sus senderos;
La
luz tranquilizadorq no aclara Sus caminos.
El
más perplejo de los perplejos La muestra claramente;
Pues
no vive en Ella, ni muere.
Sus
cualidades se diluyen en el Océano de Su gloria,
Y
sin morir en Su fondo permanecen.
Nadie
responde a la pregunta: ¿qué es Ella?
Ni
nombre ni atributo; la Esencia es demasiado sublime.
Debes
saber que la Esencia (adh-dhât) significa el Ser absoluto en
su
ausencia de todo vínculo, relación, asignación y aspecto. No es
que
todo ello se sitúe fuera del Ser absoluto, al contrario, todos
estos
aspectos y lo que implican están contenidos en ΈΙ. No se
hallan
ni individualmente ni como relaciones, sino que son esencialmente
el
Ser absoluto. Este es la Esencia pura en la cual no se manifiestan
ni
nombres ni atributos, ni relaciones, ni vínculos, ni nada similar. Cuando algo
se manifiesta, su aspecto es atribuido a aquello que soporta dicha
manifestación, y no a la Esencia pura, pues el principio de la Esencia
es precisamente la síntesis de las realidades universales e individuales, de
las asignaciones y de las relaciones, síntesis que es a la vez su subsistencia
y su desaparición bajo el dominio de la
Unidad
de la Esencia.
Cuando se considera en esta una cualidad, o un nombre, o un atributo
cualquiera, es siempre en virtud de tal punto de vista que esa cualidad existe,
y no en la Esencia como tal. Por esto decimos que la Esencia es el Ser
absoluto; no decimos que sea el "Ser antiguo" ni el "Ser
necesario", para evitar toda condición que La limitara. Sin embargo, se
sabe que la Esencia
no es sino la Esencia
por la que
el Ser es necesario y antiguo. Nuestra expresión "Ser absoluto" no
indica ninguna condición, pues el significado de la palabra
"absoluto"
consiste precisamente en negar toda condición.
Debes
saber que la Esencia pura y simple posee, en tanto que Ella
"desciende" de Su pureza y simplicidad primeras, tres irradiaciones
que participan [de una cierta] manera de Su pureza y simplicidad. La primera de
estas irradiaciones es la Unidad (ahadiyah), en
la que no se
manifiesta ninguna
relación, asignación, nombre, cualidad ni nada semejante; Ella es la Esencia
pura; pero, como la idea de la unidad le es asignada, se separa en cierto modo
de la simplicidad absoluta.
La
segunda irradiación es la Aseidad (al-huwiyah). En ella,
ninguna
de las cosas mencionadas se manifiesta, a excepción de la Unidad; participa
entonces de la simplicidad divina, pero en un grado menor que la Unidad, pues
se caracteriza por la idea de la no-presencia, según el significado del
pronombre ΈΙ (huesa), que simboliza a la persona ausente [por oposición a yo y
tú].
La
tercera irradiación es el Yo divino (o el Sujeto divino:
aniyah,
de anâ, "Yo"). Tampoco en él se manifiesta nada excepto la Aseidad,
de manera que igualmente participa de la simplicidad divina, aunque en un grado
aún menor que la Aseidad, puesto que se caracteriza por la idea de conciencia
personal y de presencia, lo que le hace estar más próximo a nuestro rango que
la Aseidad, que implica la idea de lo inaccesible y de lo no-manifestado...
Por
"aquellos que han realizado la Esencia" (adh-dhâtiyûn) se entiende a
los hombres en quienes subyace la realidad sutil divina, en el sentido en que
dijimos que Allâh, cuando Se revela a Su servidor y
extingue la individualidad,
establece en él una realidad sutil
divina que puede ser de
la naturaleza de la Esencia o de la naturaleza de las Cualidades divinas.
Cuando es de la naturaleza de la Esencia, la constitución (haykal) humana [en la que ella mora] será el ser
único perfecto, el
soporte universal, el polo alrededor del cual gira la existencia, aquel al que se dirigen la inclinación y la
prosternación [en la
oración ritual]. Por él, Allâh salvaguarda el mundo. ΈΙ es el Mahdî (1), el
Sello de la Santidad y el
representante
(al-khalîfah) de Allâh sobre la tierra. A él se
refiere la historia de
Adán (2). ΈΙ influye sobre las realidades de la existencia, del mismo modo que el imán atrae al hierro. ΈΙ
domina el cosmos por su grandeza, y por su potencia hace lo que quiere (3).
Nada le es oculto, y ello porque la realidad divina sutil, que mora en este
santo, es esencia pura, libre de toda condición divina o
criatural, de manera
que nada le impide acordar a cada grado de las existencias divinas o creadas la
realidad que él posee. Pues lo que podría impedir a la esencia identificarse con las realidades no es sino una
condición cualquiera, divina o criatural, que le fuera
impuesta;
ahora bien, no hay coacción alguna, pues ella es esencia pura; todo se
encuentra en acto, y no solamente en potencia, cuando no hay impedimentos. Las
cosas están contenidas en las esencias de los seres, sea en potencia, sea en
acto (4), según las condiciones limitativas. Estas condiciones desaparecen, sea
por una mirada (wârid) que alcanza a la esencia, sea porque espontáneamente
estallan. De hecho, las condiciones limitativas pueden disolverse por un estado
espiritual (hâl), por una intuición instantánea (wagt), por una
Cualidad
(Çîfah), o aún por otras actualizaciones de este orden.
Ahora bien, la Esencia trasciende todo ello, y es porque Ella "da a
cada cosa su naturaleza, y luego la guía" (Corán, XX, 52).
Si los hombres de Allâh no estuvieran individualmente
excluidos de la revelación de la Unidad (ahadiyah), y con mayor razón de la
revelación de la Esencia, podríamos hablar de la Esencia
describiendo
extraños estados de revelación, y dar maravillosas pruebas divinas esenciales,
ajenas a toda aparición o interferencia de los Nombres y de las Cualidades, o
de cualquier otra cosa. Extraeríamos estas pruebas de los tesoros ocultos de la
No-Manifestación, por medio de llaves no-manifestadas, y las expondríamos, con
expresiones sutiles y medidas, sobre la faz evidente de la conciencia
"objetiva", a fin de que los cerrojos de las
inteligencias se
abrieran con estas mismas llaves, y de que el servidor se deslizara, a través
de los ojos de aguja de la
Vía, que
velan a las Cualidades divinas y que protegen las luces y las tinieblas, hasta
el paraíso de la Esencia (5).
"AI1âh guía hacia
Su luz a quien quiere; AIlâh da símbolos para los hombres, y Allâh conoce toda
cosa" (Corán, XXIV, 35).
NOTAS:
1.
Aquel
que debe volver al final de los tiempos para restablecer la Tradición.
2.
Quien
recibió "todos los nombres", y ante el cual los Ángeles debieron
prosternarse (cf. Corán, II, 28-32).
3. No
debe perderse de vista que la esencia del ser único es idéntica a la
Esencia divina, de forma que no puede haber divergencia entre él y ΑΙΙáh. Puede
decirse que no hace lo que ΑΙlâh no haría, o que es Allâh Quien actúa por él.
4. Las expresiones de "potencia" y "acto" no
tienen aquí más que un valor simbólico, pues, como Jîlî observa en otra parte,
la esencia del hombre es siempre "en acto"; ella no ignora su
contenido.
5. Todo este pasaje es
paradójico hasta la ironía, para demostrar que la naturaleza de la Esencia
jamás podrá ser puesta al alcance de las inteligencias humanas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario