TRATADOI.4 Hipóstasis
y relación subsistente
(Abbé Henri Stéphane
1907-1985 , Introducción al esoterismo cristiano, Capítulo I, Dios uno y trino)
La expresión más elaborada del Misterio trinitario utiliza las
nociones escolásticas y aristotélicas de hipóstasis y de relación. Se trata de
expresar con palabras un “Hecho trascendente” comunicado por la Revelación
cristiana, sea a través de las Escrituras sagradas, sea por “acontecimientos
“sagrados como la Encarnación del Verbo y el Pentecostés; tengamos en cuenta no
obstante que éstos son más bien la manifestación ad extra del “procesiones divinas ab intra”, el Hijo que procede del padre por modo de inteligencia,
y el Espíritu-Santo por modo de voluntad. Pero la expresión “hipostática “del Misterio
trinitario se coloca de entrada a nivel de la Esencia divina, en lo que se
podría llamar su “Racionalidad pura “, hasta cierto punto “estática”, y no en
su “dinamismo “a la vez interno y externo que se traduce en las procesiones
divinas que recordamos. Es evidente que estos dos Modos de acceso al Misterio
trinitario, lejos de excluirse, se complementan armoniosamente.
Nos colocamos pues aquí “sub
specie Essentiae” y no “sub specie
Naturae” 25 la naturaleza no siendo otra que
“la substancia” (identificada a la esencia en la terminología escolástica) en tanto
que principio de operación” lo que nos llevaría a las procesiones divinas. Allí
aún no se trata más de una distinción de “puntos de vista” 26 que no se excluyen de ninguna manera, sino que se
completan mutuamente: se puede decir, por ejemplo, que la Esencia divina se despliega
en tres Hipóstasis por modo de procesiones inherentes a la Naturaleza divina.
En cualquier caso, la Esencia divina se contempla aquí a la
luz del “dato revelado” desde punto de vista a la vez lógico y ontológico, sin
perjuicio de una transposición puramente analógica o metafísica del dogma que
supera el punto de vista teológico como tal, y que, desembocando en lo “sobreontológico
“y el “sobreinteligible”, excede los límites de la “Racionalidad pura “y deviene
por allí mismo propiamente inexpresable. El dogma puede sin embargo servir de apoyo
punto de partida 27 a la transposición
metafísica en cuestión, conforme a la dialéctica de la catafasis y la apofasis:
“Yo digo Dios es una esencia más allá de toda esencia, pero inmediatamente lo
niego, diciendo: Dios no es una esencia. Dios es una esencia más allá de toda
esencia. Procediendo así, mi inteligencia se establece en el infinito y se ahoga
allí “(San Alberto el Grande); “Trinidad sobre- esencial, y más que divina, y
más que buena “(san Dionisio, Teología mística).
Decimos pues que la Esencia divina se despliega tres Hipóstasis,
lo que plantea inmediatamente la cuestión de sus relaciones mutuas y de su
relación con la Esencia. En el orden creado, la naturaleza humana, por ejemplo,
“se recibe “en una hipóstasis, que determina así a un individuo particular.
Aunque se pueda decir que cada individuo posee la naturaleza humana, parece sin
embargo que ésta “sólo se agota” en una indefinidad
25. Desde
el punto de vista de la Esencia y no desde
el punto de vista del Naturaleza.
26. En el
sentido de la palabra sánscrito darçana.
27. O más
bien de “clave mental” que da acceso a lo Inefable. Ver los Tratados 1.2.1.3.
de hipóstasis. Sería incluso más exacto decir que el arquetipo
del hombre, que está in actu et ab
aeterno in divinis 28,
no es menos virtualmente inagotable, en el sentido de que su posibilidad
permanente en Dios comporta su actualización en modo manifiesto por el paso relativo de la potencia al acto, siendo inagotable analíticamente la indefinidad de individuos , A este nivel la
hipóstasis no se identifica a la naturaleza
humana: su relación con la esencia es la del accidente a la sustancia, y esto de una manera
recíproca, en el sentido que no hay naturaleza humana (o especie) sin hipóstasis (o individuos) e
inversamente, pero la relación es accidental y no puede ser llamada “subsistente”. En efecto, no es esencial que
la naturaleza humana sea recibida “en tal hipóstasis particular, y ésta no agota
todas las posibilidades de la naturaleza. Además, el carácter accidental de la
relación aparece aún más claramente cuando ella concierne a individuos: la
paternidad, por ejemplo, no es obligatoria para tal individuo particular,
aunque sea inherente a la naturaleza humana; en otras palabras, la paternidad
no define la esencia individual “de Pedro o Pablo: éste puede ser padre, pero no
es más que eso.
In divinis, al
contrario, la relación define completamente la Hipóstasis, y se identifica a la
Esencia divina: se dice entonces que ella es “subsistente”. Si la Esencia divina
se agotara en una sola Hipóstasis, no habría relación posible. Solamente la Revelación
permite afirmar que allí tiene tres, pero este número no tiene el carácter cuantitativo que reviste en el mundo
corporal, ya que estos Tres son Uno. La noción de “relación pendiente” salvaguarda
la unidad de la Esencia y la distinción de las Hipóstasis. La Hipóstasis del Padre,
por ejemplo, no es otra que la Esencia divina en tanto que ella engendra la
Hipóstasis del Hijo, la relación mutua de paternidad y filiación caracteriza y
define totalmente estas dos Hipóstasis.
La relación está “hipostasiada” y, vice
versa, la Hipóstasis se define como “pura relación”.
Se puede aún añadir que esta noción tan bien como es posible
el hecho de que, in divinis, “el ’ens a se” 29
es esencialmente
28, En
acto y eternamente en la divinidad,
29, El
Ser por sí (es decir, Dios),
“ad Aliud” 30; la Aseidad
divina no se cierra sobre ella misma, se abre esencialmente (y no accidentalmente)
en Tres Hipóstasis, concebidas como “relaciones subsistentes. Se puede ver aquí
la expresión teológica de la ldentidad Suprema y de la Alteridad Suprema, así
como el fundamento ontológico de Catarsis y el Caritas 31.
30 Es decir vuelto “hacia otro”;
ver la palabra relación en el glosario
31 Se
puede aproximar lo que precede del pasaje siguiente: “el estado espiritual de baqâ (baka), al cual aspiran los
contemplativos sufís y cuyo término significa la pura “subsistencia” fuera de
toda forma, es la misma que el estado de moksha de “liberación” …. Como la extinción (al-fanâ) de la individualidad, que precede a la
“subsistencia·, es análoga al nirvâna en
tanto que noción negativa”. T, BURCKHARDT El Sufismo p. 5-6
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