TRATADO IV, 2 Del
rito y del Símbolo
(Abbé Henri Stéphane
1907-1985 , Introducción al esoterismo cristiano, Capítulo IV,Mitos)
Este Tratado nos ha
sido transmitido en mayo de 1947 por un amigo del abad Stéphane, pero lleva la
fecha del 26 de enero de 1941 que es su fecha de composición, o la fecha en la
cual este amigo recibió el mismo este
tratado, sin duda de la mano del
redactor. No es cierto que este tratado
sea de la mano exclusiva del abad Stéphane, sino que él volvió a copiar, o hizo volver a copiar con
cuidado – es difícil decirlo al parecerse tanto las escrituras- en el
cuaderno que contenía el curso de Instrucción religiosa que daba a los alumnos de Tercero. El abad Stéphane participó sin
duda en las reuniones en que algunas personas mantenían libremente “del Rito y
del Simbolo”, y tenemos muy probablemente aquí él resultado de esos intercambios,
incluso si fuera del “pseudo-Stéphane” este Tratado está demasiado próximo de
su pensamiento para hacer dudar de incluirlo en este volumen
Cuando se habla de liturgia, se piensa en seguida en en el
culto con sus ceremonias y sus ritos. Para tener una inteligencia exacta y
profunda a vez de la liturgia, es importante recordar en primer lugar la distinction
importante que existe entre las ceremonies y
los ritos.
Una ceremonia es un medio exterior destinado a llamar a la imaginación y al sentimieno de una masa de
individuos para expresar una idea común a esta masa o colectividad; esta idea
puede ser por otra parte profana, así
cuando se trata de una distribución de premio. Una boda comporta un cortejo,
grandes órganos, las felicitaciones, y las procesiones del Corpus participan en
este genero de manifestaciones.
Pero eso no es la liturgia propiamente dicha; estas ceremonias
se sobreañaden al rito y son de otra naturaleza que él. La ceremonia puede
actuar sobre las facultades superficiales del hombre: imaginación,
sentimientos. El rito al contrario está destinado solamente a suscitar la vida del espíritu (noûs) 4 y a facilitar la actividad, de modo que la gracia esté
presente y actúe plenamente en nosotros. Pero aún es necesario acordarse bien
que la gracia santificante en nosotros no es objeto de nuestra conciencia psicológica;
se sitúa mucho más allá de nuestro mundo psíquico.
El rito puede envolverse en una parte más o menos grande de
ceremonias, pero estas ùltimas siguen
siendo el accesorias siempre y a fuerza
de querer desarrollar demasiado las ceremonias,
se termina por olvidar lo que es el
rito. Así pedid por ejemplo a un buen cristiano en qué consiste el rito del
matrimonio, él no verá más que los apartes, desgraciadamente a menudo mundanos
y desplazados.
Así somos conducidos a preguntarnos lo que es exactemente el
rito. Dos vías pueden conducirnos a encontrar una respuesta.
Si examinamos la extensión de la noción de rito,buscaremos cuáles son los ritos. Y después de haber dado
la vuelta a todos los
4.
Palabra griega que designa el intelecto (buddhi
en sánscrito).
ejemplos que fuera posible aportar, veremos que los ritos en
su conjunto se agrupan en torno a tres cabeceras de división:
1) los Sacramentos, cuyo centro es el Sacrificio Eucariítico-
2) El Oficio Divino;
3) los Sacramentales.
Al oponer en seguida rito y a ceremonia, dijimos que esta
última era algo superficial y exterior.
Opongámos ahora el rito a la oración mental que tiene un carácter privado,
íntimo, profundo. No hay vida espiritual sin oración mental, pero tampoco, no
hay vida espiritual sin oración ritual. Y la oración mental debe subordinarse a
la oración ritual. ¿Qué diferencia hay
entra estas dos clases de oraciones? La primera
diferencia que aparece es que la oración ritual es pública, social. ¿ Es por tanto eso lo que
produce la superioridad? Sí y no. Es lo que vamos a mostrar. La oración ritual
es la oración social de una sociedad muy
particular : la Iglesia.
Retomemos el problema por la base: la razón de ser de un
rito y de toda oración, es la vida espiritual: la ascensión del alma hacia
Dios. Se nos hará la objeción: la oración litúrgica se hace para glorificar a
Dios y no para la vida espiritual de los miembros de la comunidad; responderemos
que no hay mayor gloria para Dios quien la perfección de sus santos.
Así pues, estamos en presencia, por una parte de Dios, por
otra parte del alma en búsca de la perfección, Esta perfección es puro don gratuito de Dios. Si Dios no da su gracia, el alma, a pesar de todos sus
esfuerzos, no pueden ir hacia él; ¿Dios va a dar su gracia directamente a un
individuo humano? a un ser que intenta elevarse directamente y solo hacia él?
No, ya que el individuo es solidario de todos los demás individuos humanos en
la colectividad del género humano que es Adán. Dios no creó al individuo, sino a
Adán, y Adán es la raza humana total. Si somos pues solidarios de la raza
humana en la caída de Adán, nosotros somos solidarios de la Humanidad total del
Nuevo Adán en la Redención, Jesús es el intermediario necesario de toda elevación
hacia Dios, ya que es el intermediario necesario de todo descenso de la gracia de Dios.
Así pues, toda oración, que sea privada o no, pasa por Cristo,
el cual ha revistido la totalidad de la naturaleza
humana. El Cristo no es un individuo como otro; por su Resurrección, contiene
en sí, en su propia universalidad, los todos individividuos que ha regenerada.
La imagen empleada por SanPablo es fuerte: la colectividad de los individuos es
la Esposa del Cristo, nacida del costado de Sacrficador-Hostia en la Cruz.
La colectividad de la Iglesia no es pues una masa de
individuos, sino que es el conjunto de los fieles, de los santos que no hacen más
que uno en la humanidad total de Segundo Adán. La forma social aparente en las asambleas (ecclesia) 5 no es más que una
manifestación exterior de la realidad adámica. Es esta realidad adámica quién reza;
es en ella que el Espíritu canta; es en ella que el individuo se regenera allí
sumergiéndose allí, dejando los espolios del viejo hombre y revistiendo el
hábito de inocencia y gloria de la desnudez paradisiaca 6.
¿Quién será más fuerte en la oración, el individuo aislado,
o la Esposa del Cristo? ¿Quién sabrá lo que agrada más a Dios, como se interroga
Salomón en el libro de la Sabiduría (VII,15-30), el individuo limitado o la
Esposa del Cristo? Entonces yo , individuo, yo participo en la oración ritual
de la Iglesia, se centuplica mi voz. Más: no es ya mi voz que Dios oye, sino la
de su Iglesia bienamada: “No mires mis pecados, sino la fe de tu Iglesia,
y dígnate según tu voluntad darle la paz y la unidad. “7 . Lo que San Pablo hace cuando escribe a los
Romanos: “Así mismo también el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad, ya que
nosotros no sabemos lo que nos conviene pedir en nuestras oraciones. Pero el
Espíritu mismo intercede con suspiros
inexpresables “(Rom. VIII, 26).
El rito obra pues el
mismo a poco que el individuo se borre. Es lo que en teología se llama la
eficacia de los sacramentos ex
5.
Palabra griega pasada en el latín para designar a la Iglesia; literalmente
signifique “los que son llamados”.
6. Sobre
la desnudez y sus símbolos, ver F.CHENIQUE, Comentario
simbólico del cántico de las Criaturas, texto y nota p. 67-68.
7. Oraciones
antes de la comunión en la antigua misa.
Opere operato 8 Lo que no quiere decir que la oración mental sea inútil . Al contrario , ella es
indispensable : ella es la digestión , la prolongación hasta en las fibras íntimas
denuestra carne, de la infusión de la gracia en la Iglesia.
¿ Cual será pues para expresar la totalidad de la realidad
humana más la totalidad de las cosas que
prolongan la realidad humana, es decir la totalidad de las cosas creadas, cuál
será la lengua apropiada? Será una lengua de la que el hombre individual no podrá
disponer, porque éste es demasiado pequeño, demasiado limitado para inventarla
y crearla. Es el lenguaje ritual y el de los símbolos.
A) Del Simbolismo
Dos pasajes importantes de San Pablo en sus Epístolas a
los Romanos y a los Hebreos van a poder aclarar nuestra busca. Es asombroso que nunca estos
textos se hayan utilizado así, y por
tanto permiten captar en toda su pureza
y su profundidad, la naturaleza y la significación del símbolo y del rito.
1l) Romanos I, 18 a 23
“La cólera de Dios se revela del cielo contra toda la impiedad
y toda la injusticia de los hombres que retienen injustamente la verdad
cautiva, ya que lo que se puede conocer deDios
es manifiesto para ellos, habiédoselo hecho conocer Dios, en efecto, las perfecciones
invisibles de Dios, su potencia eterna y su divinidad, se ven como en el ojo,
desde la creación del mundo, cuando se las considera en sus obras. Son pues inexcusables, puesto
que habiendo conocido Dios, no lo
glorificaron como Dios,y no le han dado gracias ; sino que se extraviaron en sus pensamientos, y su corazón
sin inteligencia se hundió en la tinieblas. Alardeando de ser sabios, se
volvieron locos; y han cambiado la
8. Esta
fórmula indica que el efecto del sacramento (atribuible al Cristo, causa
principal de la gracia sacramental), se comunica en virtud la obra hecha (o signo colocado) y no en virtud del que coloca la señal. Ocurre diferentemente
en “sacramental” que obra ex opere operantis, es-decir según las disposiciones del que
coloca el signo .
gloria de Dios incorruptible en imágenes que representan al
hombre corruptible, los pájaros, los quadrupedos y los reptiles. “
2) Hebreos IX, 3
“Es por la fe que reconocemos que el mundo ha sido formado
por la palabra de Dios, de modo que las cosas visibles hayan tenido origen invisible. “
Es por su misericordia que Dios ha creado, ya que no hizo
los seres más que para hacerles probar que Perfecto es. Toda cosa está pues
llamada a probar según su capacidad al ser divino, y según lo que ella allí pruebe,
tiene ella misma la Realidad. Y si yo pruebo Realidad de una cosa, esto no es
otra cosa que la Realidad divina que yo pruebo, ya que no hay allí real más que
lo Real 19. Mostradme una cosa que no sea por
Dios, entonces yo podría ver aquí una cosa real por ella misma, ¡y es aún a Dios
a quien encontraría! No hay inmutable y total más que la Realidad de Dios, toda
otra no es más que aproximada. Así pues, las realidades manifestadas, por lo tanto,
limitadas, dan prueba por su grado de aproximación que no es otra que la que está fuera de todo
límite. Cuanto más una cosa da prueba de eso, más es real; sin que sea posible
por ello cruzar el límite más allá del cual reside la Realidad total y absoluta.
Las cosas son pues más o menos reales,
no según la impresión más o menos fuerte que ellas ejercen sobre nuestros
sentidos, o sobre nuestro pensamiento, o sobre algunas de nuestras facultades, sino según que veamos más o menos la Presencia de
la Realidad divina.
¿Debe decirse que esta esta presencia se sentirá
subjetivamente? ¿que la Realidad divina en las cosas dependeráde nuestra
capacidad subjetiva de verlo allí? Sí, pero en el sentido que no soy yo, individuo
limitado, quien soy capaz de detectar la
Presencia de Dios en las cosas, sino que es Dios en mi el único que puede ver a
Dios en torno mi. Ya que lo que hace la realidad de las cosas no es diferente
de lo que hace mi propia realidad y eso es Dios. Es el rayo luminoso de la fe y
la gracia el único que permite ver la realidad de las cosas, es decir, la Realidad
en las cosas.
9. Una de
las traducciones posibles de la Shahâda,
la fórmula de la fe islámica
Y esto vice versa:
si veo a Dios en las cosas, es que Dios realiza su Presencia en mi. Y si Dios realiza
su Presencia en mi, yo no puedo no verlo en todas las cosas 10.
Ver a Dios en las cosas, ¿cómo hacer eso? Por todas las
actividades de mi ser: cada sentido está
dispuesto a hacer eso, cada recuerdo, cada deseo, cada imagen, cada concepto. Nada
es profano, pero todo puede profanarse, si como pan, yo comulgo con la Realidad sustancial; si respiro,aspiro la
Realidad sustancial. ¿Pero entonces, Dios es sensible? No, pero el que es sin
formas se manifiesta bajo todas las
formas a fin de que rompamos todas las formas para encontrarlo.
Ya que toda cosa clama la Realidad divina, a condición de
que ella se borre. Cada cosa dice: “Observamé, y bien, lo que veis, no es eso lo
que soy. Ya que lo que soy,no lo podeis ver, nadie puede verlo. Vostros mismos
que me mirais, mientras sea por vuestro ojo carnal como veis, no me veis por lo
que soy. Así como es necesario negarme para afirmar lo único Real, del mismo modo, es necesario negaros
para afirmar lo que es verdaderamente. O
más bien,jamás afirmareis la Realidad: borraos, desapareced para que lo Real en
vostros afirme de Si lo Real . Pues lo Real no puede afirmarse más que en Sí ,
y no en otra cosa que Sí, ya que lo que es otra cosa que Si, eso no es. Lo veis
y no sabeis que lo veis ; borrad en vostros lo que es otra cosa ue él, hasta
que esto sea él y no vosotros quie mira , y entonces ,”Él” podrá verse en todas
las cosas, puesto que sólo él puede
verse. ¡Viéndose en todas las cosas, cumple el misterio de la Creación tal como es etenamente en él, en cada instante , fuera del tiempo ¡ 11“
Llamamos Símbolo esta posibilidad de transparencia de toda
cosa. No diamos : tal cosa tiene en primer lugarsu realidad de cosa, a
continuación tiene la posibilidad de hacer pensar en Dios; ya que ¿de donde viene su realidad de cosa, si no es por Dios o
para Dios que ella es? Digamos más bien: tal cosa tiene su realidad en Dios, a continuación,
ella
10. Es
necesario destacar la resonancia muy metafísica de estos l dos paragrafos, en
una época donde, probablemente, el abad Stéphane
no había aún leído a Guenon.
11. Formulaciones
muy próximas dell Vedântâ y del Maestro Eckhart.
presenta a nuestros ojos superficiales la ilusión de ser
real sobre su plano. Entonces, si Dios me enciende, veré que esta realidad illusoria
no es otra cosa que ilusoria, y que me ocultaba la presencia inmutable del
único el Real al cual mi alma aspira, (Véase, Héb. XI, 3 y también Cor, XIII, 12.) En este sentido,todo es
símbolo, todas las cosas y yo mismo, no símbolo para mi, sino símbolo para Dios
en Mí. Y las cosas no comienzan por real ellas mismas, para a continuación
simbolizar. Ellas no son reales más que porque simbolizan; mucho más no son
reales más que por “Este” que ellas simbolizan: Dios.
B) Las leyes del
Simbolismo
El único sentido del simbolismo es ascendente. Una cosa
sensible simboliza una inteligible; una inteligible simboliza una suprainteligible. En efecto, el símbolo es un velo que oculta a los ojos profanos y revela solamente a los ojos iluminados la Realidad transcendente,
ahora bien, lo inferior es una velo que recubre lo superior: lo superficial es
un velo sobre lo íntimo (re-velare).Pero
hemos visto que incluir un símbolo consiste en negar,y en la cosa y en mi, lo
que es otro que la Realidad simbolizada. Comprender un símbolo consiste en levantar
un velo, en levantar un límite en la
cosa y en mi. Y eso por grados, por capas sucesivas hasta el límite extremo que
nada se levanta, si no es idéntico a Dios,
Otra ley del simbolismo es la de la inversión por la analogía.
Dejemos pues de llamar real lo que parece tal a nuestras facultades limitadas:
los colores para los ojos, las imágenes para nuestra imaginación, los conceptos
abstractos para nuestra razón. No es real más que Dios y lol Divino ilimitado.
Lo que es pues real para nosotros no es real en sí (es decir, para Dios) y lo
que parece irreal para nosotros es a menudo real en sí. El simbolismo expresa
esta inversión para el ser que se ha convertido, es decir,“retornado”; esto es
allí el sentido de la figura llamada “sello de Salomón” 12.
Es por esta misma razón que está escrito: “Los primeros serán los últimos
12. Más
exactamente el Escudo de David, llamado aún ·estrella judía”
y los últimos los primeros” (Mat, XIX,30), aún “ es preciso que mi yo disminuya” (Juan
III, 30), Dios es Unidad, la cosa es múltiple. La plenitud divina nos parece vacío
y nuestra plenitud es vacío a los ojos
de Dios. Los bienes divinos son pobrezas; las riquezas son ausencia de bienes
divinos, la ciencia humana es ignorancia de Dios, la ciencia divina es ignorancia
humana, la fuerza divina es debilidad humana y la fuerza humana es debilidad en
Dios. La actividad humna es pasiva,pues el homre boga según el grado de sus
deseos y sus codicias exteriores; pero la pérdida de los deseos y las codicias
exteriores es la condición de la actividad de Dios en él por la gracia. He aquí
porqué San Pablo escribió a los Corintios:
“Nosotros predicamos
el Cristo crucificado,escándalo para los judíos , y locura para los paganos,
pero poder de Dios y sabiduría de Dios para los que son llamados, tanto judíos
como griegos. Pues la locura de de Dios es más sabia que los hombres, y la debilidad
de Dios es más fuerte que los hombres. Considerad,
hermanos, que entre vosotros que habéis sido llamados no hay ni muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos,
ni muchos nobles. Pero Dios ha elegido las cosas locas del mundo para confundir
a los sabios; Dios eligió las cosas débiles
del mundo para confundir las fuertes; y Dios eligió las cosas viles del mundo y
aquéllas que se desprecia, las que no
son para reducir a la nada los que son, a fin de que ninguna carne se glorifique ante Dios. Ahora , es por
él que vostros estais en Jesucristo, el cual por Dios se ha hecho para nosotros
sabiduría, justicia, santificación y redención, a fin, como està escrito, que el que se glorifique se glorifique en el
Señor “(l Cor. I, 23-31).
El simbolismo es pues la única lengua adecuada. ¿Por qué?
Todo lenguaje humano está limitado, y encierra al hombre en sus límites; ahora
bien, la vida espiritual es una llamada de Dios quien nos reintegra en su Única
Realidad y que rompe así nuestros límites, no para nuestra propia perfección, sino
para la Perfección del Único Perfecto: Non
nobis, Domine, sed nomini tuo da gloriam 13.
Toda imagen, todo concepto no es más que una introducción
que no culmina.
13. ¡“Dád
la gloria no a nosotros, Señor, sino a vuestro
su Nombre! ” (Salmo
( Filo-sofía). Solo la acción divina hace realizar lo que
Dios quiere . Ver en las cosas la Realidad divina, ver en las cosas símbolos,
eso no es una teoría, sino que es una realización
del Querer santificante de Dios. Pues si Dios nos ha colocado en un mundo donde hay
cosas , es para que no veamos nada distinto de él en las cosas. En otros
términos el lenguaje simbólico no es un lenguaje hecho por el hombre (como es
el caso para la alegoría con la cualse confunde a menudo el símbolo), sino hecho
por Dios en el acto creador. Dios habla ¿ Qúe dice? Su propia Gloria.¿Cuales
son las palabras y las letras de su
mensaje? Las “Cosas”. Leamos pues en las
cosas el sentido de su misiva. Las letras no se hacen para ellas mismas, sino para
llevar un sentido. Ahora bien a Dios no ha puesto en sus palabras otro sentido
que su Realidad misma 15.
C) Historia del
simbolismo
Para Adán las cosas eran una misiva donde él leía los Nombres Divinos: san Agustñin dijo de él que en el Paraíso no se
expresaba por la palabra, pero sino por
el canto. Después de la caída, la conversación,
14.
Filosofía: amor o búsqueda de la sabiduría, y no la sabiduría misma .
15. Aquí
se inserta la cita latina de un sermón de san Agustin quien remarca que los Evangelios sólo mencionan tres
resurrecciones de las muertes:“Nuestro Señor Jésucristp quería que las cosas
que hacía corporalmente se comprendieran espiritualmente; no operaba en efecto los
milagros por los milagros, sino para que los milagros que el hacía aparecieran como
extraordinarios a los que los veían,
pero verdaderos a los que los comprendían… lo mismo que el que ve las letras en un libroe bien escrito, pero que no sabe
leer, puede alabar la mano del escriba antiguo
y admirar la belleza de los caracteres, pero lo que quieren decir estos
caracteres, lo ignora: es solamente elogioso por los ojos, pero no experto por
la inteligencia. Otro es el caso del quién alaba el arte de la escritura y comprende
el sentido: no solamente ve, lo que es común a todos, sino sabe leer; el que no aprendió no puede hacerlo
. Así pues, los que vieron el Cristo operar milagros sin comprender lo que estos milagros querían decir, ni cómo ellos
significaban algúna cosa para los inteligentes, éstos solamente han admirado
los hechos; los otros han admirarado ciertamente los hechos, pero han
comprendido el significado. Es así como debemos estar en la escuela del Cristo“(Sermo 44, de Verbis Domini).
es necesaria para leer en las cosas el mensaje analógico de
la palabra divina. Y es necesaria una intervención
de Dios para que su mensaje sea
comprendido.
El hombre no ha sido colocado inmediatamente en el más bajo grado de las
consecuencias de su caída. Es progresivamente, por “pulsaciones cíclicas” que ha
sido llevado a fermentar la amarga embriaguez
que ha experimentado gustando el fruto
del árbol prohibido. En todas las tradiciones antiguas este descenso progresivo
está jalonado por lo que se llame las
“edades” . Conoceis la expresión greco-latina
de esta verdad: son las edades de oro (elParaíso terrenal), de plata, de bronce
y de hierro (donde estamos actualmente) 16. En ell Antiguo Testamento las mismas etapas están
maradas por la Caída, la Torre de Babel
y el Diluvio; es lo que expresa el Profeta Daniel (Chap. II) la estatua del sueño
de Nabucodonosor. ¡Oscurecimiento
progresivo, y no progreso de las luces como lo pretenden desde el siglo XVIII nuestros modernos Occidentales! Progreso, sí,
de todo lo que es no espiritual: de lo que es “contraespiritual”; progreso en
el múltiple, en lo individual ,en la
racional, en el confort material, pero degeneración de lo que es espiritualmente
armonioso, Progreso del ruido , regresión del silencio, Progreso dela agitación,
regresión de la calma y del recogimiento, Progreso del estudio positivo de las
cosas sensibles, regresión del conocimiento espiritual y de lo que es divino en las cosas. Progresos de la razón y
de conocimientp psicológico, regresión de la actividad del espíritu y del conocimiento
de Dios que se acompaña de la pérdida del “yo” y de sus falsas riquezas, Progreso en lo pragmático,
régresión de la contemplación. Y este desarrollo debe ir de más a más bajo, cualquiera
que sea la ilusión de los partidarios del humaniamo sacrílego, hasta el
cataclismo final, hasta la Hora; y entonces, habrá la resurrección cósmica, la
reintegración del primer paraíso: será la Jerusalén celeste que san Juan
profetizó en el Apocalipsis.
16. El Kali-yuga
o “edad de los conflictos “de la
tradición hindú. El abad Stéphane decía a veces que no había aprendido en Guenon
más que una única cosa: ¡el Kali-yuga!
Era probablemente verdadero en cuanto al fondo; por el contrario su expresión de
los problemas metafísicos y teológicos ha sido considerablemente renovada, como
dan prueba los Tratados scritos después de 1942.
A todas estas etapas del descenso y el oscurecimiento corresponde
un descenso misericordioso de Dios. Cuanto más oscura es
la edad oscura más fácil se vuelve la vía a los justos, y conoceréis la
intervención más misericordiosa que corresponde al período más oscuro de la
degeneración: es el mensaje evangélico y el descenso del Cristo entre nosotros 17.
En todas estas intenrvenciones de la misericordia divina, hay
un factor común: es la expresión simbólica. Dios, para manifestarse, emplea el lenguaje
de la creación, es decir, el simbolismo
de las cosas. Y a medida que la noche se hace más opaca, el simbolismo se va
a enrarecerse,, condensarse. No examinaremos más que tres etapas de este intevencióon
misericordiosa de Dios, intervención progresivamente adaptada a la dureza de los
tiempos, pero legible solamente para los (cada vez más raros) que están predestinados
a manifestar la gloria inalterable de Dios
- la Santa Escritura,
- los Ritos,
- el Cristo.
1) La Santa Escritura
No es otra cosa que un abecedario
para leer en la Creación los mensajes donde Dios se da misericordiosamente. Y
la Santa Escritura no emplea más que símbolos para expresarse porque es el lenguaje
más puro: el mismo lenguaje que el de la creación; las letras de la Santa
Escritura tienen la misma realidad que los “signos estelares”; la Escritura en
efecto está tejida en la trama del Cosmos 18.
Esta intervención se volvía tanto más necesaria cuanto que, por su caída, Adán
había conocido la distinción el bien y del mal. Ahora bien la misión de los Profetas
es ayudar
17. No
debe decirse que la verdad espiritual sea vulgarizada, la perfección no decae,
permanece reservada: “Muchos son los llamados y pocos los elegidos.” Es la
técnica lo que se facilita, no es la perfección, ni de la doctrina, ni de los santos
la que es reducida: “No está bien tomar el pan de los niños (de lsrael) y arrojarlo
a los perros (los profanos “(Marc VII, 27). Recordemos que “avatâra” significa
“descenso divino”.
18. Tener
en cuenta que las dificultades para comprender la Escritura son las mismas que
para comprender las cosas: lo sensual no ve aquí más que lo sensible, lo cerebral
ve aquí los conceptos, lo espiritual ve aquí la Realidad divina.
a establecer en la lectura de los símbolos del mundo esta
distinción, a fin de evitarlo el mal y de buscar el bien. Y esto será una nueva
significación de los símbolos como este discernimiento entre bien y mal.
¿Nueva? No, para ser sinceros. Para Adán antes de su caída, las
cosas no podían tener más que un
sentido, era el sentido ascendente: realizar la Presencia divina refractada en
las cosas. Después de la caída, es decir, desde que Adán ha probado el árbol de
la división del bien y del mal, las cosas presentan una trampa al alma, se
prenda naturalmente de la ilusión que las cosas son reales por ellas mismas.
Las cosas en vez de llevar naturalmente hacia Dios, retienen al hombre en su
nivel limitado. O más bien (ya que la caída es del hombre, y, por repercusión solamente,
de las cosas) el hombre abriendo los ojos sobre las cosas ve aquí sus propios límites
y su propia adoración de sí mismo. Para ver lo que las cosas son, es necesaria
la conversión, es necesaria la iluminación de Dios que separa las tinieblas de
la luz, ahora bien, nada es profano “en sí” ya que todo es de Dios. Ver en las
cosas otra cosa que la Realidad divina, es ver aquí la contrarealidad, la ilusión
de las ilusiones, Satán. Inversamente, ver a Dios en las cosas, supone en
primer lugar que se ha separado de Satán. El símbolo es un testimonio de la
Realidad bajo el aspecto del bien, separado del mal y opuesto al mal. Así, toda
cosa implica un simbolismo complementario del bien y del mal que no puede ser resuelto
sino más allá de todo límite, más allá todo simbolismo, es decir, en Dios que
no es ni bien ni mal, sino más allá de esta distinción 19.
Todo símbolo deviene así un “signo de contradicción” como Jesús lo dijo de sí
mismo 20.
2) Los Ritos
Adán que no tenía necesidad de la Santa Escritura (Adán y
los primeros hombres hasta los Patriarcas exclusivamente)
19. El
árbol de vida simboliza esta verdad simple al contrario del árbol del conocimiento
que es dual (Génesis II, 17 y 22).
20. Los
símbolos también tienen un aspecto dual: el león simboliza la potencia divina
(León de Juda) y la fuerza maléfica (leo rugiens
quarens quem devoret). La serpiente fue el tentador a la vez del Paraíso, y
el salvador del pueblo elegido (Moisés en el desierto). El fuego actúa a la vez
quemando y destruyendo, así como por su calor y su luz.
no tenía tampoco necesidad de los Ritos. Ya que la Escritura
y los Ritos se hacen necesarios por la dureza de los tiempos y la ceguera progresiva
de los hombres. Se puede decir que los ritos son “símbolos enrarecidos o
concentrados “, en el interior de una tradición determinada, y que sólo varían más
que según el formalismo particular en cada tradición. Pero el rito no es una
anomalía en la economía general de la espiritualidad; al contrario, el rito
guarda en un acto o en una cosa su
verdadero sentido, su sentido normal, en medio de una cantidad de actos o cosas
que se han convertido en profanos. Por ejemplo, el contacto con el agua en una ablución
no consiste en dar al agua virtudes especiales o extraordinarias, sino en conservarle
su valor real, su valor simbólico, en medio de innumerables usos profanos. En
otras palabras, el contacto que el hombre caído toma por los ritos con las
cosas es el mismo contacto que Adán tomaba naturalmente con ellas. Es el en
contacto profano que el hombre caído toma con las cosas lo que es una nueva
actitud, anormal, monstruosa, un contacto con Satan 21.
Para el espiritual perfecto (que está por su perfección colocado más allá de la
Ley) un rito no es más santo que una acción aparentemente profana, ya que ve a
Dios en todo.
Cuanto más duros son los tiempos, más se enrarecen, se
condensan los símbolos. La vida ritual
del Judío engloba la casi totalidad de su día. La Nueva Ley es una adoración en
espíritu y en verdad: la Epístola a los Hebreos critica la Antigua Ley en provecho
de la Nueva. Pero conviene no olvidar que esta crítica se dirige al formalismo
de la Antigua Ley, no al espíritu que la animaba para todos los justos del Antiguo
Testamento, Los ritos de la Ley eran símbolos, dice la Epístola a los Hebreos, “sombras
de las imágenes de las cosas celestes…según el modelo mostrado a Moisés sobre
la montaña “(VIII, 5) mientras que la Segunda Allianza no es más una imagen de
las cosas espirituales, sino estas cosas espritual ellas mismas. El
Santificador no está ya en un santuario construido por mano de hombre, un hombre
que sacrifica para él y para otros, un sacrificio que debe renovarse. Aquí, el
soberano Sacrificador es el Cristo que, por un espíritu eterno,
21. Es lo
mismo de la oración, actitud normal del hombre, que parece fuera de las actitudes
“corrientes” y profanas del hombre, mientras que son éstas las que son
anormales.
se ofrece él mismo
sin mancha a Dios (IX, 14) de una vez por todas “en un sacerdocio
intransmisible”. ¿Es decir que los ritos la Nueva Alianza no son más símbolos? Responder
“no” significaría que los ritos, en la
Nueva Alianza, no son ya necesarios, puesto que la adoración se debe hacer en
espíritu y en verdad, no en un templo construido sobre la tierra: “Mujer, cree
-me, la hora viene en que no será ni sobre esta montaña, ni en Jerusalén que
adorareis al Padre… “ Juan (IV, 21). Al
contrario, la superioridad de la Nueva Alianza sobre la otra, es que, para facilitar
la vida espiritual a los obreros de la última hora, los símbolos son más
diáfanos, en una palabra, más simbólicos.
3) El Cristo
El Símbolo por excelencia es el Cristo. En él, el símbolo y la
cosa simbolizada están unidas por la misteriosa unidad de la Persona. Como dice
la Epístola a los Hebreos (X,20) “Jesús ha inaugurado para nosotros una ruta nueva y viva a través
del velo, es decir de su carne” Él totaliza en su humanidad todo
el el simbolismo de la naturaleza cósmica (naturaleza humana y no humana) y su humanidad es total a fin de que su simbolismo lo sea también; ya que la
condición para que un símbolo sea eficaz, es que la parte visible del símbolo sea
realizada íntegramente. Así toda cosa debe ser integrada a la humanidad del Cristo,
todo debe regresar a su totalidad, a su
presencia continua.Después él, no hay más Sacerdote-Sacrificador, ya que su Sacerdocio
es intransmible y el sacerdocio de los sacerdotes, es el suyo,y no otro. El
Sacrificio eucarístico no es una simple alusión, un recuerdo psicológico de la Santa
Cena; los sacrificios de la misa no son otros que aquél que ofreció de una vez
por todas inmolando su humanidad, es decir, el símbolo viviente de su deidad. No
se trata pues de imitar el Cristo como un modelo exterior, sino de realizar,
por medio de los ritos y por toda la actividad humana, su Humanidad íntegral de
la que nostros somos los miembros.
Así Jesús histórico individuo es el símbolo de Jesús-Persona,
del Hijo del Hombre, del Segundo Adán, que realiza la Humanidad Integral restituida.
Y este Jesús hombre integral no es aún más que el símbolo de la Realidad divina
de la Persona del Hijo. Es en la Persona divina quien se realiza la perfecta
unidad del hombre y de Dios, por el sacrificio único del individuo Jesús en Jésus
Hombre total y del Hombre total en Dios.
D) Algunas precisiones con respecto al Rito y al Símbolo
Hemos visto que el error común con respecto a las cosas
consiste en atribuir la realidad a lo que en las cosas no es más que un aspecto
que toca nuestra sensibilidad.Nuestra mentalidad está de tal manera impregnada
de positivismo, que nos resulta
difícil comprender que lo que es real para nosotros, no es real“en sí”, y que lo
que es real en sí nos parece irreal. Así la más bella prueba de la realidad de
Dios, es que es invisible.
Pero no es necesario, por exceso contrario, caer en lo que
se llama el acosmismo, es decir, en
la negación del mundo, ni en le error opuesto y que estuvo muy extendido entre nostros
en el siglo XVIII en Bernardin de Saint-Pierre y Rousseau. “Ver a Dios en todas
las cosas “, eso no tiene elmismo sentido en san Pablo y en Tolstoi. No es
necesario creer que vagas meditaciones de carácter sentimental sobre la naturaleza
equivalen a la contemplación, como querría hacérnoslo creer
en particular una determinada literatura pseudooriental. Esto no es decir que
todo movimiento del alma hacia Dios no deba respetarse; pero hay un verdadero
peligro en el naturalismo de los que perdieron el concepto claro del simbolismo
y la importancia primordial de los ritos.
Para disipar este error, conviene quizá precisar un punto
que ya expusimos. El individuo, por sí mismo y por sus propios esfuerzos, no
pueden elevarse hasta Dios, ya que la transcendencia de Dios pone un abismo
entre la finitudy el lnfinito. Ahora bien, esto no contradice de ninguna manera
la inmanencia de Dios en todas las cosas, ya que es en lo finito que el lnfinito
se da a nosotros. Pero para ver a Dios en una cosa finita, es necesario que sea
con los ojos de Dios que lo veamos, ya que él solo puede verse y conocerse. El
conocimiento que el hombre puede tener de Dios no puede ser más que un
conocimiento en Dios o debido a Dios. Es necesario que el hombre sea
sobre-elevado para ponerse a la altura de un objeto que trasciende la naturaleza.
Esta visión, es la gracia, don gratuito de Dios, que normalmente nos es
conferido por los ritos. Hay pues una técnica
sagrada del simbolismo, por que una tradición, fundada por Dios él mismo,
confiere a ciertos símbolos un eficacia de transmisión de la influencia spiritual, Estos
símbolos no están elegidos aleatoriamente, sino por la asistencia del Espíritu Santo;
la Iglesia a continuación, y sobre el orden del Cristo, ha eligido en la
naturaleza los símbolos esenciales, se podríandecir los símbolos cardinales, que representan de una manera sintética y
simbólica la universalidad de la naturaleza. Es preciso pues una doble
integridad de la materia ritual:
1) Es necesario que la
cosa-símbolo sea integralmente lo que ella es a su nivel material y sensible
(todo peligro de acosmismo está así descartado). Por ejemplo, el agua del bautismo
debe ser pura, es decir íntegramente el agua; así mismo el vino parael sacrificio.
Las palabras que caen sobre la materia deben ser pronunciads por la boca, y no
recitadas mentamente, ¿Porqué esta integridad? Porque las cosas, para ser símbolos,
deben manifestarr la “Realidad real” y manifestarla plenamente, un defecto en
su existencia implicaría un defecto de expresión, por consiguiente, de
manifestación. Pero entonces, ¿la gracia no podría allí suplir? No, eso sería
allí panteismo, y el olvido de la transcendencia de lo sobrenatural. El soporte
no puede ser la misma naturaleza de lo que soporta. La gracia no es cosa material;
no puede pues substituirse al soporte si éste está en defecto. La buena
voluntad de un oficiante no reemplaza su incompetencia. Hay una técnicadel rito
que exige la integralidad del soporte. Así pues, si en las palabras sacrificiales,
hay un lapso de la lengua, técnicamente, la Transubstantiación no puede
realizarse. El soporte no siendo integral, el influjo espiritual no pasa.
2) Pero es necesario también una segunda integralidad: en la
extensión. Es necesario que todos los símbolos estén utilizados, o al menos,
representados. A decir verdad, esta integralidad debe ser sintética. Un símbolo
bien comprendido contiene sintéticamente todos los otros. Esta es la razón por
la que hay en la liturgia una jerarquía de símbolos. Pero un símbolo pasa antes
de todos los otros: la comunión sacrificatoria. En torno él giran los otros sacramentos
y alrededor de estos la santificación de los objetos usuales (por los sacramentales)
que dispensan la gracia por los arteriolas o los capilares ¡Qué tesoro el
Ritual !
El símbolo mismo de la integralidad de la extensión de
nuestra realidad visible, es la Cruz. No
solamente la Cruz vertical del árbol de la vida que es la del Calvario, sino al
pie del árbol de la vida la Cruz de los cuatro ríos que fluyen según la
dirección de los puntos cardinales (Génesis II,10). Esto recuerda la antigua
teoría de los cuatro elementos. Estudiando el papel simbólico de los cuatro
elementos en la liturgia, veremos como se agota en ella la integralidad de
todos los símbolos que puede comportar nuestro mundo 22
22 El tratado está inacabado.
Reenviamos a los Símbolos fundamentales de la Ciencia sagrada de René Guenon
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