TRATADO VII.10
Alquimia espiritual
(Abbé Henri Stéphane
1907-1985, Introducción al esoterismo cristiano, Capítulo VII. La realización
espiritual)
La Vida espiritual puede definirse esencialmente como renuncia al sí y al mundo (aspecto negativo) y como “ Unión a Dios “ (aspecto positivo). Se puede distinguir aquí cuatro fases: metanoia, catarsis, apateia y teosis, en un orden jerárquico ascendente, pero estas cuatro fases deben ser consideradas como concomitantes más bien que como sucesivas, o también como “dominantes” en los diversas etapas de la Vida espiritual; es decir, por ejemplo, que no hay metanoia sin un principio de catarsis o teosis, y vice versa.
1 ) Metanoia = conversión= retorno: el alma que habiendo un comienzo de Luz divina se desvía bajo el acción de la Gracia -en intención por lo menos- del ego y el mundo. Fase inicial donde Ia “dominante” es la metanoia. Es una “orientación nueva “ : el alma se vuelve hacia el Sol Espiritual. Es la entrada en la Vía, pero queda todo el camino por recorrer.
2) Catarsis= purificación= mortificación de las pasiones y del deseo. El alma “orientada“ debe e purificarse de todos los obstáculos para el cumplimiento y la expansión de la Vida Divina en ella, lo que corresponderá a los dos siguientes aspectos: apateia y teosis.
3) Apateia: apaciguamiento = contento. El alma liberada del ego y las pasiones, está en un estado de pureza, de virginidad, de pasividad perfecta (materia prima) para recibir el Fiat lux, el
Verbo Iluminador y Transformador que quiere encarnarse en ella; es el Misterio de la Encarnación y la “Transustanciación“ : “Esto es mi Cuerpo,”
4) Teosis= divinización: el alma, enteramente despojada, no es más la misma ya que está “ transformada“ en Dios.
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