TRATADO
XIV.3 El Filósofo y la rosa
(Abbé Henri Stéphane 1907-1985, Introducción al esoterismo
cristiano, Capítulo XIV, Varia)
El Filósofo, habiendo recogido una rosa, se plantea la cuestión: ¿“Qué la rosa? ” Si hubiera oído la lengua de la rosa, no se plantearía la cuestión, pero se ha vuelto sordo y
no oye ya la lengua de la rosa.
Se entrevista con entonces su colega el Matemático, y le plantea la cuestión: ¿“Qué la rosa? ” El Matemático, zambullido en sus estructuras, responde al Filósofo: “Tu rosa no me intresa, a menos que pueda observarla como elemento de un conjunto, y que pueda aplicarle mis operaciones.”
Desconcertado el Filósofo, se va a buscar al Biólogo quien se apodera inmediatamente de la rosa, la corta en pequeños pedazos que él examina al microscopio, y responde al Filósofo: “No veo nada. “
Consternado el Filósofo, recoge llorando los restos de la rosa, y se va a buscar al Artista: “Qué la rosa?” le pregunta.
“No sé, respondo el Artista, pero voy a indicarte el camino que te conducirá a la respuesta. Va en un lugar que se llama Chartres, y allí encontrarás una catedral, y en esta catedral hay tres Rosas, y estas tres Rosas cuantan la historia de la Rosa eterna. “
“Es lejos este país?” pregunta el filósofo
.
“No sé, respondo el Artista, pero si quieres llegar,
se lleves ningún equipaje y sobre todo ningún libro. Si no llegarás nunca.”
“No sé, respondo el Artista, pero si quieres llegar,
se lleves ningún equipaje y sobre todo ningún libro. Si no llegarás nunca.”
“Y si no encuentro mi camino?” pregunta el filósofo.
“Preguntas a los Pájaros, respondes el Artista, son los amigos de la Rosa. “
“Pero no comprendo la lengua de los Pájaros”, dijo el Filósofo.
“Eso no importa, responde el Artista; basta que tú les preguntes, pues ellos te comprenderán, y te conducirán a la Rosa, sólo tendrás que seguirlos.”
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