miércoles, 28 de febrero de 2024

LIBRE ALBEDRÍO (Vladimir Lossky)

 

LIBRE ALBEDRÍO

 

Vladimir Lossky. Teología mística de la iglesia de oriente. Ed. Herder. Barcelona 1982 Pp. 92-93

 

Según san Máximo, la voluntad es una fuerza natural que tiende hacia lo que es conforme a la naturaleza, fuerza que abarca todas las propiedades esenciales de la naturaleza 19. San Μáximo distingue entre esta voluntad natural (θέλημα φυ σ ι όν), que es el deseo del

bien hacia el que tiende toda naturaleza razonable, y la voluntad que escoge (θέλημα γνωμιχόν) propia de la persona 20. La naturaleza quiere y actúa; la persona escoge, acepta o rechaza lo que quiere la naturaleza. Sin embargo, según san Μáximο, esta libertad

de elección es ya una imperfecciónόn, una limitación de la verdadera libertad: una naturaleza perfecta no tiene necesidad de escoger, pues conoce naturalmente el bien; su libertad está basada en ese conocimiento. Nuestro libre albedrío (γ ν ωμ ή) denota la imperfección

de la naturaleza humana caída, la pérdida de la semejanza divina. Al estar esta naturaleza obnubilada por el pecado, al no conocer ya el verdadero bien, al tender, las más de las veces, a lo que es «contrario a la naturaleza», la persona humana se encuentra siempre ante la necesidad de escoger; progresará a tientas. Llamamos a esa indecisión en la ascensión hacia el bien «el libre albedrío». La persona destinada a la unión con Dios, destinada a la asimilación perfecta de su naturaleza a la naturaleza divina por la

gracia, está atada a una naturaleza truncada, deformada por el pecado, desgarrada por los deseos contrarios. Al conocer y querer por la naturaleza imperfecta, es prácticamente ciega e impotente, ya no sabe escoger bien y cede demasiado a menudo a los impulsos de

la naturaleza convertida en esclava del pecado. Así, lo que hay en nosotros a imagen de Dios es arrastrado hacia el abismo, aunque sigue siendo libre de escoger, de volverse de nuevo hacia Dios.

 

19 Opuscula theologica et polémica, Ad Marinum,P.G., t. 91, col 45 D-48ª

20 Ibídem col 48ª-49ª, col192BC. En San Juan Damasceno, De fide ort., III, 14 P.G. col 1036-1037; 1044-1045

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