TRATADO IV. 5 El
sentido de lo sagrado
(Abbé Henri Stéphane
1907-1985 , Introducción al esoterismo cristiano, Capítulo IV,Mitos)
La dificultad de hablar de tal tema se debe esencialmentea
que, hoy día, el sentido de lo sagrado está perdido, de la misma manera que la
religión o la fe de la que es inseparable 44. Se
puede hablar a título arqueológico, como de alguna cosa que existió en la Edad
Media o más generalmente en toda civilización tradicional. Pero es imposible
hacerla revivir ; los raros individuos que han acabado por comprender que la
Edad Media era todo lo contrario del
obscurantismo, sino que este nombre conviene perfectamente al mundo moderno
sumergido en el materialismo más espeso, no pueden ser más que nostálgicos del
pasado. Se publican entonces numerosos estudios sobre el arte sagrado, pero
desgraciadamente no se inscriben más tarde en la mentalidad moderna, y peligran
de quedar inoperantes.
Sin poder detallar el proceso de desacralización progresiva
del mundo moderno desde el fin de la Edad Media, notamos no obstante que la
última etapa de esta decadencia se ha realizado en el curso de los diez últimos
años, y de una manera espectacular en lo que solemos llamar “la crisis de Ia
Iglesia”. En particular, el “la desclerificación” o la secularización del clero
ha
44. Si se
nos opone que existe aún países, en Oriente por ejemplo, donde el sentido de lo
sagrado y la religión no se han perdido, precisaremos que nuestro propósito concierne
en primer lugar a 0ccidente y que el “tinieblas occidentales” han invadido ya
una gran parte del resto de la humanidad.
destruido su carácter sagrado, negándose a hacer del
sacerdote un persoaje separado, “puesto aparte” como lo indica precisamente la
significación de la palabra “sagrado”. Paralelamente la religión misma ha sido
reducida a un humanismo o a un socialismo cualquiera que, obviamente, no merece
ya el nombre de religión 45.
Ciertos objetarán sin duda que lo sagrado no lo es esencial de
la religión y que, conforme al Evangelio, el Cristianismo está caracterizado
por el amor de Dios y del próximo y que debe desembarazarse de lo sagrado “de
origen judío o “pagano”. Desafortunadamente
esta opinión procede de un “libre examen” evidente, característica del
protestantismo y el modernismo, y que ha hecho tabla rasa de veinte siglos de Tradición.
A pesar de una decadencia y de una incomprehensión crecientes, lo “sagrado”
existía todavía, pero más bien como una “supervivencia” antes del hundimiento
de los diez últimos años: el seminarista más limitado, avanzando para recibir
el subdiaconado, tenía el sentido de lo sagrado, y se podrían multiplicar los
ejemplos.
Hoy todo eso está muerto, salvo quizá en los últimos “bastiones
de la resistencia” donde algunos tradicionalistas retrasados llevan un combate
de retaguardia perdido por adelantado. No queda pues ya a los “nostálgicos del
pasado” que escribir obras sobre la simbólica románica o sobre la iconografía
bizantina.
Esta oración fúnebre parecerá obviamente demasiado pesimista
a los que van aún a Solesmes o que asisten a una liturgia ortodoxa. Pero los
católicos que están condenados al “nuevo Ordo“de la misa romana no podrán sino
probar aún más la pérdida de lo sagrado de la cual son víctimas y vomitar más aún la pseudoreligión humanitaria
que se les propone en su lugar.
Ciertos discernirán en la desaparición de lo sagrado, o en “la
muerte de Dios”, una especie de
purificación o de “noche obscura “de la Fe, precediendo la aurora de la
Resurrección. Otros verán allí “la abominación de la desolación”, predicha por las
Escrituras y precediendo el Parousía o el “fin de los tiempos. Se hará
45. En las
Actas del Coloquio internacional de
Cerisy-la-Salle (13 en 20-7-73), consagrado a “René Guénon y la actualidad
del pensamiento tradicional”, ver más particularmente la conferencia de Jean
Tourniac: Reflexiones sobre la obra de René Guenon
Observar que lo
“sagrado” se manifiesta actualmente fuera de las Iglesias “establecidas”, en en
ciertos movimientos marginales. Pero es decir tanto como que la religión se ha refugiado
en las innumerables “sectas” que no ofrecen a sus adherentes más que una parodia
y una falsificación de la verdadera religión.
Resulta de todo lo que precede que tener hoy día el “sentido
de lo sagrado “, es tomar conciencia de
su desaparición: Dios está muerto, el hombre está muertoó, lo sagrado a fortiori está muerto, los Ángeles
también están muertos, la Escalera de Jacob está rota.
Todo lo que acabamos de decir no asombrará de ninguna manera
a quiénes saben a que atenerse sobre “la edad oscura” (Kali yuga) 46 predicha por las Escrituras y caracterizado por un
número considerable de “signos”, entre los que figura la pérdida de de lo
sagrado. En el “fin de los tiempos”, es ciertamente abusivo decir que “Dios está
muerto” o que “el hombre está muerto”, pero es necesario saber reconocer que lo
que se murió - o en la agonía – son las “mediaciones”
entre Dios y el hombre: lo Sagrado, la Religión, la Fe. Es más exacto decir que
en el mundo moderno, desacralizado y ateo, Dios se considera como “ausente”,
las relaciones entre Dios y el hombre están cortadas, lo que, finalmente, permite
dar un sentido a las expresiones abusivas que nosotros hemos citado. Es equivalentes
a decir que debido al “endurecimiento” del Cosmos, del “caparazón” que cubre el
mundo actual, las “influencias espirituales” no pasan ya 47. El hombre privado de la Gracia puede ser
considerado como “muerto”; Dios, cuya Gracia no desciende ya o está interceptada,
puede también ser considerado como “muerto”.
Sin embargo, lo que acabamos de decir correspondemos más
bien a un límite hacia el cual se tiende, pero que no es alcanzado nunca en el
proceso de desarrollo del mundo manifestado. Dicho de otra manera, el
agotamiento completo de la Gracia, la estanqueidad completa del caparazón
mencionado más arriba, la “muerte de Dios “y la “muerte del hombre” no son jamais
realizados, o no pueden
46, Kali-yuga
significan “edad mala ” o “edad de los conflictos es el cuarto y último período de la historia romana, y la
traducción de Kali yuga por “edad sombría”
si no etimológicamente excata, traduce bastante bien la situación actual
.
47 René Guénon
El Reino de la cantidad y los signos de
los tiempos Cap. XVII
ser alcanzados más que en el límite, es decir al “fin de los
tiempos que se situa fuera del tiempo, como el límite se sitúa fuera la serie
de términos de los cuales es precisamente el limite 48.
Si el agotamiento de la Gracia fuera completo, el mundo actual cesaría inmediatamente de existir e esto sería “el
fin”. Este mundo no subsiste pues más que por la presencia de “espirituales”,
evidentemente muy raros, y que corresponden al pequeño número de los “elegidos”;
y la palabra evangélica: “Estoy con vosotros hasta la consumación del siglo” (Mat. XVIII, 20), confirma lo que acabamos de
decir. En cualquier caso está igualmente escrito “Cuando el Hijo del Hombre vuelva,
¿ encontrará aún la fe? (Luc XVIII, 8). Además, está dicho también: “No he
venido para los sanos, sino para los enfermos “(Mat. X, 12-13), lo que restablece la esperanza, y en fin
“a cada uno le será pedido según lo que haya recibido” 49
y se acordará del obrero de la undécima hora (Mat. XX 1-16)50.
Feliz el hombre de la
edad de Kali, dicen también a los Hindúes. Ved las obras mas bien: las
obras de Arte sagrado que están en los museos o en los libros. La catedral de
Chartres levanta sus torres en medio de un desierto espiritual; los turistas
afluyen, pero no hay ya seminaristas. Una ciencia puramente empírica y
conjetural inventa teorías que lo tienen nada que ver con la Verdad; la inteligencia
de los filósofos, privada de la Gracia, fabrica sistemas extravagantes y las “ciencias humanas”
proponen explicaciones aberrantes, psicológicas y sociológicas, de la Religión
o del hecho religioso, En fin, el hombre está aplastado por montaña de máquinas que le
embrutecen completemente en su trabajo como en sus ocios, sin hablar de las
atrocidades de la guerra, ¡reforzadas por las mismas máquinas!I pero, dice el
Maestro Eckhart “no hay nada más noble
del sufrimiento- Féliz el hombre de la edad de Kali : ¡no ha recibido nada, no
le será pedido nada!
Si el intelecto, oculto en el Corazon del Hombre, purificado
e iluminado
48. René
Guénon, los Principios del el Cálculo infinitesimal, Chap, XII,
49.
Alusión la parábola de los talentos (Mat. XXV, 14-30),
50. Se
dice también en Islam que aquél que al principio omitía un décimo de ley será
condenado pero al fin de los tiempos
aquél que practicará un décimo de la Ley
será salvo
por la Gracia, se vuelve capaz de comprender inmediatamente el lenguaje de la
Revelación y de la Metafísica traditional, concibe la Divinidad (la Deidad o el
Hiperteos) como el Principio Supremo, eterno e inmutable, conteniendo los todos
seres en modo principial, arquetípico e indestructibles. En este nivel, la “muerte
de Dios” o la “muerte de hombre” no tienen ningún sentido. Pero cuando los “salen”
- ilusoriamente por otra parte – del Principio Supremo, comienzan su existencia
manifestada, y Dios también comienza “a existir. Por contra , cuando ellos vuelen
a entrar en el seno del Principio supremo, del que no habían salido más que en
modo ilusorio, es entonces que se puede
decir, con el Maestro Eckhart, que “Dios desaparece”, y el hombre, tal como
nosotros le conocemos en su modalidad existencial, corporal o psíquica, desaparece
igualmente 51.
Lo que muere, es lo que no ha existido nunca más que en modo
ilusorio. La reintegración de todas las cosas in divinis es pues una necesidad y una evidencia metafísica. Pero
no puede haber entrado allí más que si ha salido“correlativamente”: la una y la
otra no se sitúan evidentemente en el tiempo que no es más que una condición
particular de existencia. Son, por decirlo así, coeternas a la Divinidad: “Hay
así multiplicación incesante del Uno inagotable y unificación incesante de la
indefinida Multiplicidad “52. “Yo era un tesoro
ocultado y yo quise ser conocido; entonces yo creé el Mundo “(Corán).
Esta última proposición: “Yo era un tesoro ocultado y y o
quise ser conocido, entonces yo creé el Mundo suministra la clave y el
fundamento ontologico de lo sagrado: el
Mundo. No se trata del “mundo” en sentido neotestamentario, donde esta
palabra designa el reino de Satán, “príncipe de este mundo”. Se trata del Mundo
(mundus = puro) “saliendo de las
manos del Creador”, o también del Cosmos, del “caos organizado” por el Fiat Lux 53.
Este Mundo es esencialmente sagrado, pero no en el sentido de “puesto aparte”
que esta
51. Ver
el Misterio de la deidad en Maître Eckhart y santo Denys el Aréopagite (Tratado
1.5).
52. A.K.
COOMARASWAMY, Hinduismo y Budismo, p. 27. Pero, dice aún Eckhart, “Mi abertura
es bien más nobles que mi salida”.
53. “Hágase
la luz”, primera palabra de Dios al principio del Genesis.
palabra tendrá más tarde debido a la “Caída” y de la desacralización
progresiva del Cosmos 54.
El misterio comienza o persiste cuando se afirma por una
parte que la “caída” era inevitable por el simple hecho que el Mundo no es Dios
y por otra parte que es imputable al hombre (cf. Epístola a los Romanos I,
18-32). Se puede decir también que el mundo es sagrado, pero no es divino, lo que le confiere solamente su
función de mediador entre Dios y el Hombre.
Si, en el origen, todo es sagrado y si la “Naturaleza
virgen” sirve de Templo a la Divinidad y al Hombre, en el “fin de los tiempos”,
como hemos desarrollado suficientemente, todo está desacralizado. Entre los dos,
el hombre tiene necesidad de templos, siendo precisamente el Templo una imagen
o un símbolo del Cosmos. Así, a lo largo de toda la historia, lo sagrado
aparece en su significado y su papel propiamente dichos: elementos de este
mundo “puesto aparte”, “consagrado” para la mediación entre Dios y el hombre,
La Iglesia y el Orden sacramental, el Sacerdocio, el Sacrificio (sacrum facere), el Arte sagrado pertenecen
con toda evidencia al ámbito de lo Sagrado.
Esta cuestión comporta aún otro aspecto que es el problema delicado
de los “hechos sagrados”, como la Virginidad de María, la Resurrección del
Cristo, su Ascensión gloriosa, etc. Los racionalistas, que, por definición, no
creen en lo sobrenatural, están reducidos a explicaciones lamentables de los
Evangelios. Si se mantiene que la Resurrección del Cristo es un “hecho histórico”
para evitar observarla como una ficción, conviene sin embargo no ponerlo sobre
el mismo plan que un accidente de coche o que la batalla de Austerlitz,
Se trata esencialmente de un “hecho sagrado” es decir,
aplicando lo que dijimos más arriba, de un hecho “puesto aparte”, fuera de la
serie, si se puede expresarse así, y que no se sitúa en el tiempo ordinario, en una fecha precisa.
La mejor prueba es que los Evangelios se callan sobre lo que pasó entre la
Crucifixión y el descubrimiento de la tumba vacía. Es así imposible situar el
“descenso a los Infiernos”, mientras que la iconografía
54. A menos
de considerar el “Caos organizado”, el Cosmos, como una sacralización
(primordial) del caos de las posibilidades, una “puesta a parte” de las posibilidades de
manifestación con relación a la nada. En este sentido, IExistence es sagrada.
representa al Cristo
glorioso descendendiendo a los Infiernos; incluso, sobre la Cruz, el Cristo le
dice al buen ladrón: “ Hoy mismo estarás conmigo en el Paraíso “(Luc XXIII,
43).
Todo esto indica una determinada “contemporaneidad” de estos
acontecimientos, pero su naturaleza hasta de alguna manera “transhistórica” le confiere
una “realidad” muy superior a un simple hecho histórico. Se excluye que el
cadáver de Jesús haya sido “reanimado” y haya salido de la tumba, lo que
muestra la diferencia entre el Resurrección del Cristo y la “resurrección de Lázaro”
que vuelve de nuevo a la vida ordinaria. Se trata esencialmente del “Cuerpo
glorioso”, que no difiere esencialmente del Corpus
natum, el cuerpo nacido de la Virgen, que no podía ser mñas que “glorioso”,
debido a la Unión hipostatica de la naturaleza humano y la naturaleza divina,
pero que disimulaba su gloria en el anonadamiento de la “Kenosis” 55. Es evidentemente el mismo Cuerpo glorioso que se
manifiesta finalmente en las apariciones, y finalmente en la Ascensión, ¡pero
ésta no es de ninguna manera comparable al despegue de un cohete! Estamos sobre otro “eon”, de naturaleza
superiores “al eon de este mundo “, y que incluye la posibilidad de
manifestarse aquí sin ser afectado por las condiciones de este mundo: el Cristo
resucitado comía con sus discípulos, pero no tenía necesidad de comer 56.
Es interesante notar en último lugar que los “hechos
sagrados” de los que hemos hablado están atestiguados por la presencia de los
Ángeles, cuya función mediadora los emparenta a lo sagrado, y se los encuentre
aún en la Parusía (Mat XXIV, 31; XXV, 31). A este respeto, no se sabría podría hacer
demasiado hincapié en el papel de los Ángeles, intermediarios entre Dios y el
hombre, el episodio “de la Escala de Jacob
“ lo afirma netamente y la historia de
Natanael (Jean l, 45-51) nos parece particuliàrement iluminadora; Jesús
minimiza el acontecimiento de la higuera y declara: “En verdad, os lo digo, vosotros
veréis en adelante el cielo abierto y
los ángeles de Dios sobiendo y
descendiendo sobre el Hijo del hombre.” Todo esto ilustra y
55. Ver:
Pilipenses, II, 7. Tener en cuenta también que esta gloria se manifestó en la
Transfiguración.
56. R.
GUÉNON, El Hombre y su devenirr según el
Vêdânta, capítulo XXIV (2ª éd.). Ver también el comentario de Maestro
Eckhart reproducido en F. CHENIQUE, Comentario
simbólico del Cántico de las Criaturas, nota p. 109.
Confirma la teoría de los “tres mundos”, el mundo informal (
o angélico) sirviendo de intermdiario entre la manifestación formal y lo
No-Manifestado.
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