viernes, 1 de septiembre de 2017

El sentido de lo sagrado (Abbé Henri Stéphane 1907-1985)

TRATADO IV. 5 El sentido de lo sagrado

(Abbé Henri Stéphane 1907-1985 , Introducción al esoterismo cristiano, Capítulo IV,Mitos)

La dificultad de hablar de tal tema se debe esencialmentea que, hoy día, el sentido de lo sagrado está perdido, de la misma manera que la religión o la fe de la que es inseparable 44. Se puede hablar a título arqueológico, como de alguna cosa que existió en la Edad Media o más generalmente en toda civilización tradicional. Pero es imposible hacerla revivir ; los raros individuos que han acabado por comprender que la Edad Media  era todo lo contrario del obscurantismo, sino que este nombre conviene perfectamente al mundo moderno sumergido en el materialismo más espeso, no pueden ser más que nostálgicos del pasado. Se publican entonces numerosos estudios sobre el arte sagrado, pero desgraciadamente no se inscriben más tarde en la mentalidad moderna, y peligran de quedar inoperantes.
Sin poder detallar el proceso de desacralización progresiva del mundo moderno desde el fin de la Edad Media, notamos no obstante que la última etapa de esta decadencia se ha realizado en el curso de los diez últimos años, y de una manera espectacular en lo que solemos llamar “la crisis de Ia Iglesia”. En particular, el “la desclerificación” o la secularización del clero ha
44. Si se nos opone que existe aún países, en Oriente por ejemplo, donde el sentido de lo sagrado y la religión no se han perdido, precisaremos que nuestro propósito concierne en primer lugar a 0ccidente y que el “tinieblas occidentales” han invadido ya una gran parte del resto de la humanidad.
destruido su carácter sagrado, negándose a hacer del sacerdote un persoaje separado, “puesto aparte” como lo indica precisamente la significación de la palabra “sagrado”. Paralelamente la religión misma ha sido reducida a un humanismo o a un socialismo cualquiera que, obviamente, no merece ya el nombre de religión 45.
Ciertos objetarán sin duda que lo sagrado no lo es esencial de la religión y que, conforme al Evangelio, el Cristianismo está caracterizado por el amor de Dios y del próximo y que debe desembarazarse de lo sagrado “de origen judío o “pagano”.  Desafortunadamente esta opinión procede de un “libre examen” evidente, característica del protestantismo y el modernismo, y que ha hecho tabla rasa de veinte siglos de Tradición. A pesar de una decadencia y de una incomprehensión crecientes, lo “sagrado” existía todavía, pero más bien como una “supervivencia” antes del hundimiento de los diez últimos años: el seminarista más limitado, avanzando para recibir el subdiaconado, tenía el sentido de lo sagrado, y se podrían multiplicar los ejemplos.
Hoy todo eso está muerto, salvo quizá en los últimos “bastiones de la resistencia” donde algunos tradicionalistas retrasados llevan un combate de retaguardia perdido por adelantado. No queda pues ya a los “nostálgicos del pasado” que escribir obras sobre la simbólica románica o sobre la iconografía bizantina.
Esta oración fúnebre parecerá obviamente demasiado pesimista a los que van aún a Solesmes o que asisten a una liturgia ortodoxa. Pero los católicos que están condenados al “nuevo Ordo“de la misa romana no podrán sino probar aún más la pérdida de lo sagrado de la cual son víctimas y  vomitar más aún la pseudoreligión humanitaria que se les propone en su lugar.
Ciertos discernirán  en la desaparición de lo sagrado, o en “la muerte de Dios”, una especie  de purificación o de “noche obscura “de la Fe, precediendo la aurora de la Resurrección. Otros verán allí “la abominación de la desolación”, predicha por las Escrituras y precediendo el Parousía o el “fin de los tiempos. Se hará
45. En las Actas del Coloquio internacional de Cerisy-la-Salle (13 en 20-7-73), consagrado a “René Guénon y la actualidad del pensamiento tradicional”, ver más particularmente la conferencia de Jean Tourniac: Reflexiones sobre la obra de René Guenon
  Observar que lo “sagrado” se manifiesta actualmente fuera de las Iglesias “establecidas”, en en ciertos movimientos marginales. Pero es decir tanto como que la religión se ha refugiado en las innumerables “sectas” que no ofrecen a sus adherentes más que una parodia y una falsificación de la verdadera religión.
Resulta de todo lo que precede que tener hoy día el “sentido de lo sagrado “, es tomar conciencia de su desaparición: Dios está muerto, el hombre está muertoó, lo sagrado a fortiori está muerto, los Ángeles también están muertos, la Escalera de Jacob está rota.
Todo lo que acabamos de decir no asombrará de ninguna manera a quiénes saben a que atenerse sobre “la edad oscura” (Kali yuga) 46 predicha por las Escrituras y caracterizado por un número considerable de “signos”, entre los que figura la pérdida de de lo sagrado. En el “fin de los tiempos”, es ciertamente abusivo decir que “Dios está muerto” o que “el hombre está muerto”, pero es necesario saber reconocer que lo que se murió - o en  la agonía – son las “mediaciones” entre Dios y el hombre: lo Sagrado, la Religión, la Fe. Es más exacto decir que en el mundo moderno, desacralizado y ateo, Dios se considera como “ausente”, las relaciones entre Dios y el hombre están cortadas, lo que, finalmente, permite dar un sentido a las expresiones abusivas que nosotros hemos citado. Es equivalentes a decir que debido al “endurecimiento” del Cosmos, del “caparazón” que cubre el mundo actual, las “influencias espirituales” no pasan ya 47. El hombre privado de la Gracia puede ser considerado como “muerto”; Dios, cuya Gracia no desciende ya o está interceptada, puede también  ser considerado como “muerto”.  
Sin embargo, lo que acabamos de decir correspondemos más bien a un límite hacia el cual se tiende, pero que no es alcanzado nunca en el proceso de desarrollo del mundo manifestado. Dicho de otra manera, el agotamiento completo de la Gracia, la estanqueidad completa del caparazón mencionado más arriba, la “muerte de Dios “y la “muerte del hombre” no son jamais realizados, o no pueden
46, Kali-yuga significan “edad mala ” o “edad de los conflictos es el cuarto  y último período de la historia romana, y la traducción de Kali yuga por “edad sombría”  si no etimológicamente excata, traduce bastante bien la situación actual .
47 René Guénon El Reino de la cantidad y los signos de los tiempos Cap. XVII
ser alcanzados más que en el límite, es decir al “fin de los tiempos que se situa fuera del tiempo, como el límite se sitúa fuera la serie de términos de los cuales es precisamente el limite 48. Si el agotamiento de la Gracia fuera completo, el mundo actual cesaría  inmediatamente de existir e esto sería “el fin”. Este mundo no subsiste pues más que por la presencia de “espirituales”, evidentemente muy raros, y que corresponden al pequeño número de los “elegidos”; y la palabra evangélica: “Estoy con vosotros hasta la consumación del siglo” (Mat. XVIII, 20), confirma lo que acabamos de decir. En cualquier caso está igualmente escrito “Cuando el Hijo del Hombre vuelva, ¿ encontrará aún la fe? (Luc XVIII, 8). Además, está dicho también: “No he venido para los sanos, sino para los enfermos “(Mat. X, 12-13), lo que restablece la esperanza, y en fin “a cada uno le será pedido según lo que haya recibido” 49 y se acordará del obrero de la undécima hora (Mat. XX 1-16)50.
Feliz el hombre de la edad de Kali, dicen también a los Hindúes. Ved las obras mas bien: las obras de Arte sagrado que están en los museos o en los libros. La catedral de Chartres levanta sus torres en medio de un desierto espiritual; los turistas afluyen, pero no hay ya seminaristas. Una ciencia puramente empírica y conjetural inventa teorías que lo tienen nada que ver con la Verdad; la inteligencia de los filósofos, privada de la Gracia, fabrica sistemas  extravagantes y las “ciencias humanas” proponen explicaciones aberrantes, psicológicas y sociológicas, de la Religión o del hecho religioso, En fin, el hombre está  aplastado por montaña de máquinas que le embrutecen completemente en su trabajo como en sus ocios, sin hablar de las atrocidades de la guerra, ¡reforzadas por las mismas máquinas!I pero, dice el Maestro Eckhart “no  hay nada más noble del sufrimiento- Féliz el hombre de la edad de Kali : ¡no ha recibido nada, no le será pedido nada!
Si el intelecto, oculto en el Corazon del Hombre, purificado e iluminado  
48. René Guénon, los Principios del el Cálculo infinitesimal, Chap, XII,
49. Alusión la parábola de los talentos (Mat. XXV, 14-30),
50. Se dice también en Islam que aquél que al principio omitía un décimo de ley será condenado  pero al fin de los tiempos aquél que practicará un décimo  de la Ley será salvo
por la Gracia, se vuelve capaz de comprender inmediatamente el lenguaje de la Revelación y de la Metafísica traditional, concibe la Divinidad (la Deidad o el Hiperteos) como el Principio Supremo, eterno e inmutable, conteniendo los todos seres en modo principial, arquetípico e indestructibles. En este nivel, la “muerte de Dios” o la “muerte de hombre” no tienen ningún sentido. Pero cuando los “salen” - ilusoriamente por otra parte – del Principio Supremo, comienzan su existencia manifestada, y Dios también comienza “a existir. Por contra , cuando ellos vuelen a entrar en el seno del Principio supremo, del que no habían salido más que en modo ilusorio, es entonces que  se puede decir, con el Maestro Eckhart, que “Dios desaparece”, y el hombre, tal como nosotros le conocemos en su modalidad existencial, corporal o psíquica, desaparece igualmente 51.
Lo que muere, es lo que no ha existido nunca más que en modo ilusorio. La reintegración de todas las cosas in divinis es pues una necesidad y una evidencia metafísica. Pero no puede haber entrado allí más que si ha salido“correlativamente”: la una y la otra no se sitúan evidentemente en el tiempo que no es más que una condición particular de existencia. Son, por decirlo así, coeternas a la Divinidad: “Hay así multiplicación incesante del Uno inagotable y unificación incesante de la indefinida Multiplicidad “52. “Yo era un tesoro ocultado y yo quise ser conocido; entonces yo creé el Mundo “(Corán).
Esta última proposición: “Yo era un tesoro ocultado y y o quise ser conocido, entonces yo creé el Mundo suministra la clave y el fundamento ontologico de lo sagrado: el Mundo. No se trata del “mundo” en sentido neotestamentario, donde esta palabra designa el reino de Satán, “príncipe de este mundo”. Se trata del Mundo (mundus = puro) “saliendo de las manos del Creador”, o también del Cosmos, del “caos organizado” por el Fiat Lux 53. Este Mundo es esencialmente sagrado, pero no en el sentido de “puesto aparte” que esta
51. Ver el Misterio de la deidad en Maître Eckhart y santo Denys el Aréopagite (Tratado 1.5).
52. A.K. COOMARASWAMY, Hinduismo y Budismo, p. 27. Pero, dice aún Eckhart, “Mi abertura es bien más nobles que mi salida”.
53. “Hágase la luz”, primera palabra de Dios al principio del Genesis.
palabra tendrá más tarde debido a la “Caída” y de la desacralización progresiva del Cosmos 54.
El misterio comienza o persiste cuando se afirma por una parte que la “caída” era inevitable por el simple hecho que el Mundo no es Dios y por otra parte que es imputable al hombre (cf. Epístola a los Romanos I, 18-32). Se puede decir también que el mundo es sagrado, pero no  es divino, lo que le confiere solamente su función de mediador entre Dios y el Hombre.
Si, en el origen, todo es sagrado y si la “Naturaleza virgen” sirve de Templo a la Divinidad y al Hombre, en el “fin de los tiempos”, como hemos desarrollado suficientemente, todo está desacralizado. Entre los dos, el hombre tiene necesidad de templos, siendo precisamente el Templo una imagen o un símbolo del Cosmos. Así, a lo largo de toda la historia, lo sagrado aparece en su significado y su papel propiamente dichos: elementos de este mundo “puesto aparte”, “consagrado” para la mediación entre Dios y el hombre, La Iglesia y el Orden sacramental, el Sacerdocio, el Sacrificio (sacrum facere), el Arte sagrado pertenecen con toda evidencia al ámbito de lo Sagrado. 
Esta cuestión comporta aún otro aspecto que es el problema delicado de los “hechos sagrados”, como la Virginidad de María, la Resurrección del Cristo, su Ascensión gloriosa, etc. Los racionalistas, que, por definición, no creen en lo sobrenatural, están reducidos a explicaciones lamentables de los Evangelios. Si se mantiene que la Resurrección del Cristo es un “hecho histórico” para evitar observarla como una ficción, conviene sin embargo no ponerlo sobre el mismo plan que un accidente de coche o que la batalla de Austerlitz,
Se trata esencialmente de un “hecho sagrado” es decir, aplicando lo que dijimos más arriba, de un hecho “puesto aparte”, fuera de la serie, si se puede expresarse así, y que no se sitúa  en el tiempo ordinario, en una fecha precisa. La mejor prueba es que los Evangelios se callan sobre lo que pasó entre la Crucifixión y el descubrimiento de la tumba vacía. Es así imposible situar el “descenso a los Infiernos”, mientras que la iconografía  
54. A menos de considerar el “Caos organizado”, el Cosmos, como una sacralización (primordial) del caos de las posibilidades, una  “puesta a parte” de las posibilidades de manifestación con relación a la nada. En este sentido, IExistence es sagrada.
 representa al Cristo glorioso descendendiendo a los Infiernos; incluso, sobre la Cruz, el Cristo le dice al buen ladrón: “ Hoy mismo estarás conmigo en el Paraíso “(Luc XXIII, 43).
Todo esto indica una determinada “contemporaneidad” de estos acontecimientos, pero su naturaleza hasta de alguna manera “transhistórica” le confiere una “realidad” muy superior a un simple hecho histórico. Se excluye que el cadáver de Jesús haya sido “reanimado” y haya salido de la tumba, lo que muestra la diferencia entre el Resurrección del Cristo y la “resurrección de Lázaro” que vuelve de nuevo a la vida ordinaria. Se trata esencialmente del “Cuerpo glorioso”, que no difiere esencialmente del Corpus natum, el cuerpo nacido de la Virgen, que no podía ser mñas que “glorioso”, debido a la Unión hipostatica de la naturaleza humano y la naturaleza divina, pero que disimulaba su gloria en el anonadamiento de la “Kenosis” 55. Es evidentemente el mismo Cuerpo glorioso que se manifiesta finalmente en las apariciones, y finalmente en la Ascensión, ¡pero ésta no es de ninguna manera comparable al despegue de un cohete! Estamos sobre otro “eon”, de naturaleza superiores “al eon de este mundo “, y que incluye la posibilidad de manifestarse aquí sin ser afectado por las condiciones de este mundo: el Cristo resucitado comía con sus discípulos, pero no tenía necesidad de comer 56.

Es interesante notar en último lugar que los “hechos sagrados” de los que hemos hablado están atestiguados por la presencia de los Ángeles, cuya función mediadora los emparenta a lo sagrado, y se los encuentre aún en la Parusía (Mat XXIV, 31; XXV, 31). A este respeto, no se sabría podría hacer demasiado hincapié en el papel de los Ángeles, intermediarios entre Dios y el hombre, el episodio “de la Escala de  Jacob “ lo afirma netamente y la historia  de Natanael (Jean l, 45-51) nos parece particuliàrement iluminadora; Jesús minimiza el acontecimiento de la higuera y declara: “En verdad, os lo digo, vosotros veréis  en adelante el cielo abierto y los ángeles de Dios sobiendo  y descendiendo sobre el Hijo del hombre.” Todo esto ilustra y
55. Ver: Pilipenses, II, 7. Tener en cuenta también que esta gloria se manifestó en la Transfiguración.
56. R. GUÉNON, El Hombre y su devenirr según el Vêdânta, capítulo XXIV (2ª éd.). Ver también el comentario de Maestro Eckhart reproducido en F. CHENIQUE, Comentario simbólico del Cántico de las Criaturas, nota p. 109.
Confirma la teoría de los “tres mundos”, el mundo informal ( o angélico) sirviendo de intermdiario entre la manifestación formal y lo No-Manifestado.




No hay comentarios: