GNOSIS
Cristianismo Esotérico
TOMO III
Boris Mourevieff
CS Ediciones
Callao 737 (1 023) BUENOS AIRES - ARGENTINA
Capítulo VII
Sentido de la misión de la Ortodoxia Oriental
Pp 88-91
En principio consideraremos algunas características de la
Organización de la Iglesia de Oriente. Mientras que la Iglesia
romana se funda sobre el principio de la unidad eclesiástica
y está sometida a un régimen aristocrático y monárquico
bajo la suprema autoridad del Soberano Pontífice, la Iglesia
ortodoxa tiene por base el principio democrático de la unión.
Esta es una unión federativa de Iglesias autocéfalas, es decir,
administrativamente autónomas, y reflejan, guardando toda
proporción, la autocefalía de las Iglesias primitivas.
Normalmente, cada Iglesia autocéfala es nacional en el sentido
que su juridicción se extiende a todas las diócesis comprendidas
en los límites del Estado sobre el territorio en el cual ejerce su
autoridad eclesiástica. Allí está, de alguna manera, el aspecto
temporal que asegura la comodidad de las relaciones entre la
Iglesia y el Estado. La creación de nuevas Iglesias autocéfalas
es por consecuencia siempre posible; por otra parte, es lo que
ha pasado en Polonia después de la primera guerra mundial,
paralelamente a la reconstrucción del Estado polaco. Y como
en la ortodoxia no existe una lengua litúrgica única,
contrariamente al caso del latín en la Iglesia católica, y que los
oficios son celebrados en las lenguas vivientes, el factor
lingüístico se coloca al margen del factor territorial en las
características de las Iglesias autocéfalas. De todas formas,
el último factor prima sobre el otro; es así que hay tres
Iglesias ortodoxas autocéfalas: la de Constantinopla, la
de Grecia y la de Chipre, que utilizan la misma lengua.
Las Iglesias autocéfalas se reconocen mutuamente como tales,
Cada una frente al conjunto y el conjunto frente a cada una. Sin
embargo, desde el punto de vista canónico, la Ortodoxia es una
e indivisible. Esta unidad está asegurada por un principio mayor
en virtud del cual la Iglesia ortodoxa, contrariamente a la Iglesia
romana, no admite una evolución dogmática.Desde este punto
de vista, se atiene a las decisiones de los siete Concilios
ecuménicos y no reconoce a los otros siete que han sido
convocados por Roma.
El sentido profundo de esta posición está contenido en el
principio, tácitamente admitido por toda la Ortodoxia, según el
cual la plegaria, y de una manera general el trabajo espiritual,
así como todos los esfuerzos que tienen por objeto la Redención,
tiene primacía sobre los problemas de disciplina, lo que,
prácticamente, excluye la necesidad misma de una innovación
dogmática; y ello. a su turno, se explica por el hecho de
importancia primordial -pero que a menudo pasa desapercibido
- de que en los ortodoxos, como en los musulmanes, la plegaria
es esencialmente una necesidad y no un deber.
Así se explica el comportamiento actual de la Iglesia de oriente.
Al contrario que en el caso de la de Occidente, la Iglesia
Ortodoxa no se mezcla con la vida exterior. Víctima de los
abusos del Estado desde la época de Constantino el Grande,
los ha aceptado como pruebas, considerando que sería
rebajarse al entrar en lucha contra lo temporal en el plano
temporal. Ateniéndose rigurosamente al plano espiritual,
siempre ha salido victoriosa de las persecuciones y de los
ataques más duros, sin jamás haber abandonado nada de su
pureza.
Tal actitud le ha sido posible porque, en principio, la Iglesia
Ortodoxa tiene muy pocos lazos con la vida temporal de la
sociedad humana. En este punto, ofrece un real contraste con
la Iglesia romana. En primer lugar es pobre: no goza de ningún
poder financiero, no tiene órganos de prensa, no se ocupa de
la enseñanza propiamente dicha y no regentea ni colegios ni
universidades "ortodoxas". No se encuentran ni partidos
políticos ni sindicatos "ortodoxos". Sólo en rarísimos casos los
prelados ortodoxos asumen cargos públicos y nunca han
aceptado militares. Las Iglesias autocéfalas, ni individualmente
ni en su conjunto, mantienen representantes diplomáticos
cerca de los Estados, y jamás han sustentado órdenes de
caballería religiosa, tales como los Templarios, los Teutónicos,
los Porta-Espadas, etc. La Iglesia ortodoxa jamás ha incluido en
su seno órdenes monásticas como las que se encuentran entre
los católicos: Benedictinos, Jesuitas, Dominicanos,Franciscanos
y otros. Cada monasterio ortodoxo es dirigido por un
Heugoumerzo (superior), surgido él mismo de la Iglesia
autocéfala en cuya jurisdicción está situada la comunidad, y el
mismo principio se aplica a los fieles: un ortodoxo cae
automáticamente bajo la jurisdicción de la Iglesia autocéfala en
cuyo territorio se encuentra. Es así que se expresa la unión
cspiritual de las Iglesias administrativamente autocéfalas.
En segundo lugar, la Iglesia ortodoxa jamás ha conocido la
Inquisición, que instituida por Santo Domingo, enciende las
hogueras en Europa durante seis siglos y origina "cruzadas"
de cristianos contra cristianos. Tampoco ha conocido, y menos
adoptado, la tesis católica del Mérito, con las Indulgencias
vencidas o acordadas.
La Iglesia ortodoxa no hace proselitismo ni envía misiones más
Que cuando se lo piden. Esta actitud puede tener sus partidarios
y sus adversarios, pero es, en todo caso, un hecho histórico.
Al Occidente le corresponde el mérito de haber difundido la
Palabra del Cristo en el mundo desconocido en los tiempos de
los apóstoles. Al Oriente le corresponde el mérito de haber
conservado en su seno la Gnosis revelada por Nuestro Señor.
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